Contraofensiva americana

LE MONDE

El m¨¦todo Gorbachov ha cogido a Washington por sorpresa. Entrevistas vivientes y legibles, repetidos planes de paz m¨²ltiples, viaje a Par¨ªs. Publicidad en el New York Times. (...) No se estaba habituado a semejante activismo y se ha escuchado en el mes de agosto a un portavoz de la Casa Blanca quejarse de los nuevos m¨¦todos de propaganda sovi¨¦tica.Los estrategas americanos han terminado por comprender la vanidad y la ingenuidad de su despecho. El arte de la desinformaci¨®n y de la propaganda es tan viejo en la URSS como la revoluci¨®n, aunque hubiese un raro nivel de nulidad estos ¨²ltimos a?os. Como hombre inteligente y eficaz, Gorbachov vuelve a poner los p¨¦ndulos a la hora y pasa a la ofensiva. Es necesario aprender a vivir con Gorbachov, m¨¢s bien que denunciar sus proezas publicitarias en el New York Times o dar a entender que teniendo una mujer amable viola las reglas no escritas de la coexistencia pac¨ªfica. (. ..)

La invitaci¨®n lanzada al principio de la semana por Reagan para organizar en Nueva York una reuni¨®n de los dirigentes de los siete grandes pa¨ªses occidentales industrializados podr¨ªa indicar que se comienza a ser consciente del problema en la Casa Blanca. ( ... )

El juego no es nuevo. Digamos, para resumir, que Gorbachov busca, naturalmente, como sus predecedores, jugar Europa contra Estados Unidos y que lo hace con gran habilidad. Mejor que asombrarse ser¨ªa preferible exam¨ªnar el estado de las relaciones transatl¨¢nticas y no confundir los problemas y sus consecuencias. Lo que propone actualmente Reagan es una concertaci¨®n a posteriori sobre sus proyectos de guerra de las galaxias. Las nuevas propuestas de reducci¨®n de armamentos hechas por Gorbachov le obligan a ello. Si es todav¨ªa prematuro para emitir un juicio preciso sobre la ¨²ltima iniciativa del Kremlin, se constata ya que reduce a las opiniones p¨²blicas occidentales. ?Qui¨¦n puede oponerse a una disniinuci¨®n del 50% de los arsenales nucleares? Naturalmente, s¨®lo cuando se conozca el detalle de esas propuestas los expertos podr¨¢n decir s¨ª o no, si son equilibradas. Esto no impide que se haya alcanzado el efecto espect¨¢culo, debido a que es dif¨ªcil presentar simplemente los problemas de control de armamentos. As¨ª pues, la guerra de las galaxias corre el peligro de aparecer como un obst¨¢culo a una dism¨ªnuci¨®n dr¨¢stica del nivel de armamentos.

La inquietud de Reagan de ver a los europeos separarse de ¨¦l por la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica es comprensible. Hay que constatar que su preocupaci¨®n es un poco tard¨ªa (...) y que deb¨ªa haberlo previsto mucho antes de tratar de imponerla por la coacci¨®n.(...)

2 de octubre