Una danza hipn¨®tica
La hermosa bailarina Malavika Sarukkai posee el encanto suficiente para mantener en tensi¨®n, durante casi dos horas, a todo el p¨²blico que llenaba el teatro Espa?ol.La mayor¨ªa de los n¨²meros que interpret¨® comenzaron con un ritmo pausado para marcar el sentido o el tema que desarrollar¨¢ la danza, para despu¨¦s llegar a una coda (aqu¨ª usamos como referencia el t¨¦rmino occidental), donde la rapidez de movimiento de los pies se acent¨²a con los brazos, trazando al mismo tiempo en el aire ideales figuras geom¨¦tricas de mucha precisi¨®n. La atm¨®sfera se va llenando de gestos, el color del traje ondea desde el fondo al proscenio y poco a poco Malavika consigue envolver a los espectadores hasta llevarlos fuera del espacio del teatro. Con la ayuda de una m¨²sica que no intenta imponerse, sino s¨®lo acompa?ar los movimientos, el aura de atemporalidad progresa y nos crea la ilusi¨®n de que un relieve policromado, animado misteriosamente, consiguiera danzar a la perfecci¨®n.
Danzas del sur de la India
Malavika Sarukkai. Coreografia: S. K. Rajaratnam. Teatro Espa?ol, 15 de octubre, ocho de la tarde.
El rescate
Se puede afirmar que esta danza pervive hoy d¨ªa gracias a Rukmini Devi, que a partir de 1930 se dedic¨® tenazmente a recuperar -el Sadir Attam -lo que hoy conocemos como Bharatha Natyam- Esta mujer (que ten¨ªa adem¨¢s formaci¨®n de bailarina cl¨¢sica), luch¨® por elevar el nivel de esta danza a la altura que hab¨ªa ostentado anta?o. Entra entonces en escena el gur¨² S. K. Rajaratnam -quien todav¨ªa hace la voz masculina que acompa?a a Malavika-, que se hace cargo de la abandonada escuela Barabur, diferente de la rama recuperada por Rukmini Devi. Rajaratnam encontr¨® en Sartikkai las dotes necesarias para revivir algo que dorm¨ªa en las esculturas del templo de Tanjore, y estudi¨® las poses de las estatuas. Entonces comenz¨® un aprendizaje de casi 20 a?os (?nueve de ellos para los pies!) hasta conseguir la depuraci¨®n actual.
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