24 / 'Escorial'
Escorial. "Revista de cultura y letras". "Opus Miraculum Orbis". Debajo hay una vi?eta del Escorial. Madrid, 1941. Sumario: Un pr¨®logo de Jos¨¦ Antonio. Ensayos. C. P¨¦rez Bustamante: "El Conde de Gondomar y su proyecto de invasi¨®n de Inglaterra". Mart¨ªn de Riquer: "Relaciones entre la literatura renacentista castellana y la catalana en la Edad Media". Xavier Zubiri: "S¨®crates y la sabidur¨ªa griega". Poes¨ªa. Manuel D¨ªez Crespo: "Nocturno". Luis Felipe Vivanco: "Baladas interiores". La Obra del Esp¨ªritu: Federico Sope?a: "Notas sobre la m¨²sica contempor¨¢nea". De la vida cultural. Textos edificantes. "Escorial". Notas: "Hechos de la Falange". "Memorias de un diplom¨¢tico", por Constante Azpiroz. "Poemas arabigoandaluces". por D¨¢maso Alonso. "Ejemplo y valor del esfuerzo justinieaneo", por Dar¨ªo Fern¨¢ndez Fl¨®rez. Cr¨®nica de libros. Se trata del tomo II, de enero del a?o citado. De este n¨²mero se hicieron 100 ejemplares numerados para los suscriptores de honor. Direcci¨®n y administraci¨®n: Alfonso XII, 26. Tel¨¦fono 14491. Silverio Aguirre, impresor. Tel¨¦fono 30366. Madrid. En contraportada hay cinco estilizadas flechas con yugo, enmarcadas en corona de laurel o alguna otra hierba guisandera. 6 pesetas. Un pr¨®logo de Jos¨¦ Antonio. "Insertamos como ed¨ªtorial en este n¨²mero el pr¨®logo de Jos¨¦, Antonio a un libro circunstancial y poco divulgado: La Dictadura de Primo de Rivera juzgada en el extranjero", impreso en 1931. El pr¨®logo no ha sido publicado despu¨¦s -que sepamos-, m¨¢s que fragmentariamente, como cita, en un libro sobre Jos¨¦ Antonio de Francisco Bravo: "En rigor, dentro de cada clase social hay masa y minor¨ªa aut¨¦ntica. Como veremos, es caracter¨ªstico del tiempo el predominio, aun en los grupos cuya tradici¨®n era selectiva, de la masa y el vulgo. As¨ª, en la vida intelectual, que por su misma esencia requiere y supone la cualificaci¨®n, se advierte el progresivo triunfo de los seudointelectuales, incalificados y descalificados por su propia contextura". (Todo esto para justificar una dictadura, aunque fuere paterna). El texto es del 8 de diciembre de 1931. El n¨²mero lleva vi?etas que son planimetr¨ªas del Monasterio.El ensayo de P¨¦rez Bustamante sobre el Conde de Gondomar y su proyecto de invasi¨®n de Inglaterra es casi tan c¨®mico como cuando La Codorniz, por aquellos a?os, le declar¨® la guerra a Gran Breta?a. Pero tiene un trasfondo claro de apelaci¨®n a la Espa?a expansiva, imperial, invasora. Siquiera ensay¨ªsticamente, hab¨ªa que hablar de aquellas cosas para mantener la moral, no ya del pueblo, que no le¨ªa Escorial, sino de los intelectuales, que no se las cre¨ªan. Mart¨ªn de Riquer, con sus "relaciones entre las literaturas castellana y catalana" en la Edad Media, est¨¢ tocando/atenuando el problema clave de la convivencia nacional franquista: Catalu?a. Pero lo sit¨²a buc¨®licamente en la Edad Med¨ªa, y establece un sistema de relaciones que m¨¢s bien nos da idea de cordial intercambio: secreto ejemplo, quiz¨¢, de lo que debi¨¦ramos hacer en 1941. Zubiri, ya est¨¢ dicho, escribe sobre S¨®crates y la filosof¨ªa griega. Zubiri cita a Jenofonte: "S¨®crates, en efecto, no hablaba como la mayor¨ªa de los otros acerca de la Naturaleza entera, de c¨®mo surgi¨® eso que los sabios llaman Cosmos y de las necesidades en virtud de las cuales acontece cada uno de los sucesos del cielo, sino que, por el contrar¨ªo, hac¨ªa ver que los que se romp¨ªan la cabeza con estas cuestiones eran unos locos". Zubiri, en fin, predica conformismo, pues hubiera sido peligroso suscitar al S¨®crates anterior a Cristo. S¨®lo cabe hacerse las preguntas, fundamentales despu¨¦s que Cristo o la Biblia les han dado respuesta.
Poes¨ªa. Manuel D¨ªez Crespo y Luis Felipe Vivanco. En el primero, tercetos encadenados, sonetos. Un sentimiento puro en una forma cl¨¢sica. Las formas cl¨¢sicas volvieron, en poes¨ªa, m¨¢s que como una moda, como una consigna. Vivanco intentaba el verso libre "de la izquierda", que luego llegar¨ªa a dominar plenamente, como en Arte po¨¦tica, dedicado al pintor Jos¨¦ Caballero: "No te parezcas nunca, oh ca?ariega, oh alma, m¨¢s que al valle del Ti¨¦tar o al resol de la Sagra". (El poeta/farmac¨¦utico Jes¨²s Acacio har¨ªa, asimismo, un Cancionero de la Sagra, con sentimientos, m¨¢s bien, "del otro lado"). Pero en aquel primerizo 1941, Vivanco no dominaba a¨²n ese mar/potro que es el verso libre (nunca tan libre como parece) y que tuvo en Aleixandre no s¨®lo su maestro m¨¢ximo, sino su oponente t¨¢cito a toda la ret¨®rica espa?ola tradicional, buena o mala, buena y mala. Federico Sope?a escribe unas finas notas sobre la m¨²sica contempor¨¢nea. La secci¨®n miscel¨¢nea "Notas" se abre con "Hechos de la Falange": "Breve rese?a del V Congreso de la Secci¨®n Femenina" (los imperiales hac¨ªan mucho gasto de romanos). Pero las erratas, sagradas para Breton, dejaban ya sangrar el subconsciente colectivo: "Errata importante: p¨¢gina 132, l¨ªnea 21, dice: la ciudad m¨¢s contraria; debe decir "la ciudad m¨¢s construida". Las ciudades contrarias -tantas- hab¨ªan quedado reducidas a una errata. Otra octavilla volandera, advierte entre las p¨¢ginas: "La reciente perturbaci¨®n en el tr¨¢fico ferroviario ha retrasado la llegada a nuestros talleres del papel con que este n¨²mero ha sido impreso. A ello se debe el retraso en su salida. En n¨²meros ulteriores se corregir¨¢ paulatinamente la actual demora". Eran los famosos retrasos de la Renfe, uno de los cuales hab¨ªa permitido a Franco poner nervioso a Hitler en Hendaya. D¨¢maso Alonso glosa las versiones de Emilio Garc¨ªa G¨®mez de la l¨ªrica arabigoandaluza. Eduardo Aun¨®s acaba de publicar Justiniano el Grande y Dar¨ªo Fern¨¢ndez Fl¨®rez (el de Lola, espejo oscuro) glosa este libro. La cr¨®nica de libros se restringe a Alemania, con abundante bibliograf¨ªa, desde los cl¨¢sicos al problema jud¨ªo.
En p¨¢gina de anuncios se publicita La Alemania eterna, que es una antolog¨ªa de poemas recopilada y editada por Federico de Urrutia. Ya hemos dicho c¨®mo las formas tradicionales, en poes¨ªa, llegaron a ser una especie de consigna u homenaje impl¨ªcito a una Espa?a inmanente y fundamentalista, tambi¨¦n en lo literario (o sobre todo en lo literario), que era la ¨²nica que pod¨ªan reivindicar los escritores franquistas. As¨ª, el verso libre, que hoy nos parece la manera natural de producirse la poes¨ªa, tuvo por entonces un valor. de cosa subversiva, m¨¢xime cuando lo cultivaban comunistas confesos, como Pablo Neruda, o resistentes impl¨ªcitos, como el citado Aleixandre. Incluso un protestatario como Dionisio Ridruejo, fue casi siempre fiel al soneto, y un revolucionario como Blas de Otero lo altern¨® con otras formas de verso. Pero el soneto fue un poco la armadura de palabras de que se revest¨ªan aquellos caballeros poetas. Escorial, en fin, es una revista con cierta solemnidad de presentaci¨®n, pero pobre de contenido, limitada de informaci¨®n y -para una sensibilidad de hoy- asfixiada por un perfume de postguerra, censura y germanismo que dejan un poco excesivos tantos n¨²meros romanos. Escorial es la desesperaci¨®n elegante de unos cuantos intelectuales por hacer cultura dentro de un sistema que es la brutalidad organizada (y no siempre).
Escorial ha quedado como una haza?a del franquismo disidente, y no lo era. Disidente s¨®lo es el que se sienta en silla aparte, y all¨ª todos se iban sentando en la misma silla, que era la silla demontar del C¨¦sar Visionario. Estos p¨¢lidos esfuerzos culturales no pod¨ªan despertar el inter¨¦s de Franco. En puridad no conduc¨ªan a nada. Quiz¨¢ s¨®lo eran la autojustificaci¨®n colectiva de un grupo. Y el autoenelaustramiento herm¨¦tico de una conciencia, como en los versos de LuisTelipe Vivanco: "He tardado mucho en llegar. D¨ªa tras d¨ªa iban mis pasos comprendiendo el camino, y unas veces me alejaba de Dios, y otras me acercaba m¨¢s a ?l; a veces me besaban unos labios, y a veces los sent¨ªa muy lejanos de m¨ª y casi muertos en la noche". Yo hac¨ªa estraperlo de pan blanco a la puerta de los mercados.
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