Gestos antideportivos de Karpov y Kasparov en el Campeonato Mundial de ajedrez
La mayor¨ªa de los especialistas acreditados en Mosc¨² para la final del Campeonato Mundial de ajedrez califican como antideportiva la conducta del actual poseedor del t¨ªtulo, el sovi¨¦tico Anatoli Karpov, de 34 a?os, que notific¨® ayer al ¨¢rbitro su abandono en la 19? partida, aplazada el jueves en posici¨®n desesperada para ¨¦l. El aspirante, su compatriota Gari Kasparov, de 22, clausur¨® la sesi¨®n de anteayer con un gesto de prepotencia tambi¨¦n criticado. Kasparov domina por 10,5 puntos a 8,5, y le basta con dos m¨¢s en las cinco partidas que restan para ser el campe¨®n m¨¢s joven de la historia.
De acuerdo con la ¨¦tica usual en el ajedrez profesional, Karpov debi¨® abandonar el jueves la 19? partida, que estaba en posici¨®n completamente perdida para ¨¦l cuando se cumpli¨® la quinta hora de juego. Probablemente, Karpov se sinti¨® incapaz de soportar la previsible reacci¨®n del p¨²blico si reconoc¨ªa la derrota en ese momento. De hecho, cuando el campe¨®n se march¨® de la sala, mientras Kasparov reflexionaba sobre la jugada secreta, los espectadores m¨¢s impacientes comenzaron a aplaudir, previendo la segura victoria del aspirante. El ¨¢rbitro principal, VIadas Mikenas, tuvo que acudir personalmente al centro del escenario para pedir silencio.Por si los aficionados no hab¨ªan disfrutado bastante toda la tarde con la emoci¨®n que presidi¨® la partida, Kasparov decidi¨® poner la guinda con un gesto teatral. El aspirante ya ten¨ªa escrita su jugada bajo sobre, que deb¨ªa quedar en poder del ¨¢rbitro, pero, incapaz de contener sus sentimientos, cambi¨® de opini¨®n y la jugada secreta dej¨® de serio. Tom¨® su dama y captur¨® un pe¨®n, dando jaque al rey de Karpov. Era la estocada final, ante el delirio de sus seguidores, que le despidieron entre gritos y aplausos.
Cr¨ªtica un¨¢nime
La actitud de Kasparov fue un¨¢nimemente criticada por los especialistas, sobre todo por los sovi¨¦ticos, que la calificaron como "infantil y prepotente". Realmente, el gesto del aspirante es poco frecuente en la pr¨¢ctica magistral. Renunciar al derecho de que la jugada siguiente al aplazamiento de una partida sea secreta puede ser interpretado como una muestra de soberbia, no exenta de cierto sadismo. Todos los expertos consultados por este peri¨®dico coinciden en que el error de Karpov fue, una vez m¨¢s, su plantemaiento de la apertura. A pesar de los malos resultados obtenidos con la defensa Nimzo-india, volvi¨® a plantearla, esta vez con una variante casi desconocida. Seguramente, Karpov quer¨ªa provocar un gran consumo de tiempo por parte de su rival. Desde el punto de vista psicol¨®gico, la idea parece razonable porque la menor experiencia de Kasparov pod¨ªa propiciar un fallo de su sistema nervioso ante una eventual presi¨®n del reloj. La realidad fue bastante distinta. Tras su 13? jugada, muy criticada, Karpov qued¨® en clara inferioridad posicional y con agobios de tiempo tan graves como los de su rival.Tras unas jugadas de transici¨®n, la partida alcanz¨® momentos de inusitada tensi¨®n. Kasparov mantuvo la serenidad hasta el final. Logr¨® colocar fuera de juego a un caballo de Karpov y organiz¨® un decisivo ataque sobre el rey adversario. Para presenciar los ¨²ltimos movimientos, realizados a gran velocidad por ambos jugadores, el p¨²blico se puso de pie. Los grandes maestros dejaron de analizar la partida y se volcaron sobre los monitores de televisi¨®n, mientras los ¨¢rbitros se ve¨ªan impotentes para calmar los nervios de algunos espectadores.
Al t¨¦rmino de la partida, el gran maestro Lev Polugaevsky, gran amigo de Karpov, coment¨®: "?C¨®mo puede el campe¨®n mundial jugar de esta manera?".
Los dos puntos de ventaja para Kasparov en el marcador parcial le auguran como probable vencedor del encuentro, pero debe tenerse en cuenta que el empate final supondr¨ªa la retenci¨®n del t¨ªtulo por parte de Karpov, que jugar¨¢ con las piezas blancas en tres de las cinco partidas restantes. El principal problema para el actual poseedor del t¨ªtulo mundial radica en que su juego de las ¨²ltimas dista mucho del que le acredita como uno de los mejores ajedrecistas de todos los tiempos. Y Kasparov est¨¢ aprovechando muy bien sus bazas.
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