Los jefes de la polic¨ªa de la Generalitat se excedieron al cumplir las ordenes del juez
Los responsables de la Direcci¨®n General de Seguridad Ciudadana de la Generalitat se excedieron al cumplir las instrucciones del juez de guardia cuando entregaron a siete miembros de la secta Ceis (Centro Esot¨¦rico de Investigaciones) a sus familiares para su ingreso en un centro psiqui¨¢trico, pese a ser mayores de edad y a que no exist¨ªa ning¨²n informe m¨¦dico que aconsejara su internamiento. Esto afirma el auto de procesamiento dictado por el juez Jos¨¦ Escolano L¨®pez-Montenegro, titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de Barcelona, contra el director general, Llu¨ªs Renau; el subdirector general, Caries Torras, y el funcionario Antoni Tarrida, a quienes se acusa del delito de detenci¨®n ilegal cometida por funcionario p¨²blico.
El conseller de Gobernaci¨®n, Maci¨¤ Alavedra, afirm¨® en octubre de 1984 que en aquella entrega los Mossos d'Esquadra (polic¨ªa auton¨®mica) hab¨ªan actuado "de acuerdo con las instrucciones verbales del juez", en su respuesta a una pregunta formulada por el diputado de la oposici¨®n socialista Francesc Casares. Y agreg¨® que "los funcionarios de la Generalitat se limitaron, a petici¨®n de los familiares y con la aquiescencia de los propios afectados, a acompa?arlos hasta Corbera de Llobregat".El 20 de junio de 1984 la polic¨ªa auton¨®mica procedi¨® a detener a un numeroso grupo de miembros de la secta Ceis y a registrar varios domicilios ocupados por ¨¦stos. Al juzgado de guardia pasaron 14 detenidos, mientras otros siete -los hermanos Elena, Concepci¨®n y V¨ªctor Riera Blume, Amelia y Mar¨ªa Luz Casado P¨¦rez, Teresa Sales y Javier Bruna Reverter-, "junto con unas personas menores de 18 a?os", fueron llevados a las dependencias de la direcci¨®n general, para continuar las investigaciones.
"Como quiera que Carles Torras, subdirector general de dicho organismo, y Antoni Tarrida [un funcionario de la direcci¨®n general, pero no un polic¨ªa auton¨®mico], que hab¨ªan participado materialmente en las diligencias de entrada y registro y detenci¨®n hicieron patente al juez de guardia que varios de los que consigo ten¨ªan, podr¨ªan llegar hasta el suicidio, al ver desarticulada la organizaci¨®n y detenidos en el juzgado a sus dirigentes, el juez, ante tan graves manifestaciones dio la orden verbal, reiterada por escrito el 26 de junio, de que las personas ligadas de alguna forma a la secta, que hubieran quedado en libertad provisional, fueran entregadas a sus familiares recomend¨¢ndoles en caso necesario, para los que fueran mayores de edad, que de forma voluntaria ingresaran en alg¨²n centro psiqui¨¢trico para devolverles su estabilidad ps¨ªquica", dice al auto, al que ha tenido acceso este diario.
Pese a que los siete citados eran mayores de edad y sobre ellos no pesaba ninguna acusaci¨®n, y a pesar de las instrucciones del juez -el entonces titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero seis, C¨¦sar Planas, contra el que tambi¨¦n se han querellado los miembros de la secta- en relaci¨®n a la voluntariedad de su tratamiento, "prevali¨¦ndose de tal orden, Antoni Tarrida, en connivencia con Llu¨ªs Renau, a cuyas ¨®rdenes directas actuaba y que estaba presente aquella noche en las dependencias de la direcci¨®n general, atento a lo que ocurr¨ªa, junto con Carles Torras, ordenaron el traslado al hostal Can Rafel, sito en el t¨¦rmino municipal de Corbera de Llobregat, por lo menos a 30 kil¨®metros de Barcelona, en sitio aislado, agreste y lejano del casco urbano, los referidos mayores de edad ( ... ), cuyo traslado se hizo espectacularmente en la madrugada del 21 de junio, de uno en uno, viajando en autom¨®viles oficiales custodiados en cada caso por dos mossos d'esquadra, sin indicarles el motivo del viaje y el lugar de destino, caus¨¢ndoles el consiguiente temor".Informaci¨®n exagerada
El auto afirma que no consta que fuera real, "y en todo caso evidentemente exagerado", el cuadro del grave estado emocional de los deteniddos que Torras expuso al juez. Las instrucciones del juez, a?ade el auto, ten¨ªan "fines tuitivos" y no atentaban a la libertad de las personas.
Al llegar al citado hostal, "preparado desde varias semanas antes por Tarrida", dice el auto, siendo "tal sitio buscado de prop¨®sito para su internamiento, fueron entregados los detenidos a sus familiares, a los que en todo momento, y desde antes de contratar el hostal, se les hab¨ªa hecho saber por Tarrida que la entrega ser¨ªa perfectamente legal y contar¨ªa con la autorizaci¨®n judicial pertinente, y para confirmar todo ello, al d¨ªa siguiente o al otro, recibieron y firmaron unas actas en las que se dec¨ªa que tal entrega se hac¨ªa por haberlo as¨ª dispuesto el juez C¨¦sar Planas". En las actas, "confeccionadas por Tarrida con el benepl¨¢cito de Renau y Torras, se hac¨ªa constar que era patente el estado de desorientaci¨®n de los entregados, sin que hubiera precedido examen o dictamen m¨¦dico". El auto a?ade que el 29 de junio, Torras, acompa?ado de Tarrida y de una letrada requerida de oficio, se person¨® en el hostal y recibi¨® declaraci¨®n a las personas llevadas all¨ª contra su voluntad, "a las que se trat¨® como detenidas".
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