Jos¨¦ Napole¨®n Duarte: "Los alzados en armas han perdido su base popular"
"Managua es el santuario de los rebeldes" - "Felipe Gonz¨¢lez es consciente del esfuerzo que estamos haciendo"
Jos¨¦ Napole¨®n Duarte, presidente de El Salvador desde junio de 1984, cumplir¨¢ 60 a?os el pr¨®ximo 23 de noviembre, dos d¨ªas despu¨¦s de que venza el plazo para la firma del Acta de Contadora, cuesti¨®n sobre la que se muestra claramente pesimista. En su primera visita oficial a Espa?a -la anterior la hizo poco antes de llegar a la presidencia-, ha cenado en privado con el rey Juan Carlos y se entrevistar¨¢ en dos ocasiones con Felipe Gonz¨¢lez.
Pregunta. ?Est¨¢ usted de acuerdo en que la situaci¨®n en su pa¨ªs est¨¢ bloqueada, sin evoluci¨®n positiva ni esperanzas de paz?
Respuesta. Creo que es mejor ver la situaci¨®n desde una perspectiva din¨¢mica, desde la que cada d¨ªa se ve m¨¢s cercana una posibilidad de negociaci¨®n. El proceso sigue. Desde el punto de vista pol¨ªtico, ha habido cuatro elecciones que han estabilizado el pa¨ªs como nunca lo hab¨ªa estado antes. Hay que acordarse que hemos vivido 50 a?os de dictadura militar.
P. ?Y desde el punto de vista militar?
R. Se ha producido un proceso de profesionalizaci¨®n de las fuerzas armadas que las ha fortalecido en la defensa del proceso democr¨¢tico, que las ha hecho tambi¨¦n m¨¢s capaces para defender la raz¨®n de su existencia, que es la Rep¨²blica y el Estado democr¨¢tico. Esto tiene tambi¨¦n un efecto pol¨ªtico, y es que el Ej¨¦rcito tiene ahora una raz¨®n por la qu¨¦ luchar. El Ej¨¦rcito no defiende dictaduras ni totalitarismos, defiende la democracia y esto fortalece el proceso en marcha. El Ej¨¦rcito se ha fortalecido hasta el punto de que tiene una permanente iniciativa sobre los alzados en armas, los subversivos.
P. ?Los logros del proceso al que usted se refiere son s¨®lo pol¨ªticos y militares? ?C¨®mo afectan al pueblo salvadore?o?
R. En 1979 se pod¨ªan ver en las calles de mi pa¨ªs manifestaciones de 100.000 o 200.000 personas en apoyo del Bloque Popular Revolucionario, que era el brazo popular del FDR-FMLN [Frente Democr¨¢tico Revolucionario-Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional]. Hoy eso no existe, no porque el. pueblo tenga miedo a las represalias, sino porque no lo siente. Los alzados en armas han perdido su base popular. Se han ido alejando del pueblo, han desconcertado su propia raz¨®n de ser. La concepci¨®n de Mao Zedong de que no hay revoluci¨®n sin un pueblo revolucionario est¨¢ siendo comprobada en El Salvador, donde el pueblo rechaza la revoluci¨®n violenta marxista. Los alzados en armas han tratado de desestabilizar el pa¨ªs desde el punto de vista econ¨®mico. La destrucci¨®n del sistema econ¨®mico es tan grande que significa el doble o tal vez el triple de cualquier ayuda econ¨®mica que hayamos recibido. Sin embargo el pa¨ªs sigue produciendo.
P. ?Aprecia usted una variaci¨®n de la t¨¢ctica de la guerrilla?
R. Los objetivos de la guerrilla anteriormente eran, si usted quiere, justificables porque se supon¨ªa que era una revoluci¨®n contra una dictadura, pero hoy eso no existe. Hoy queman buses, secuestran, asesinan... Todo eso indica una tendencia de la guerrilla al terrorismo. Hoy han dejado de ser guerrilleros y se han convertido en terroristas. Hoy la guerrilla trata de justificar el secuestro. Secuestran a la hija del presidente y lo justifican diciendo que ¨¦sta es una guerra psicol¨®gica y que la hija del presidente es un objetivo, militar. ?Imag¨ªnese qu¨¦ significa que los parientes se conviertan en objetivos militares! Esto les ha llevado a una confrontaci¨®n entre sus propias filas.
P. ?Esa divisi¨®n apareci¨® durante el secuestro de su hija?
R. El secuestro lo hizo el partido comunista y se lo puso sobre la mesa al FMLN, que se encuentra con un hecho consumado. La guerrilla primero ignora el secuestro y se inventa un nombre, Comando Pedro Antonio Castillo [grupo que reivindic¨® el secuestro] que no existe. ?Y qu¨¦ dipe Ungo [Guillermo Ungo, dirigente del FDRI de todo esto? Dice que ¨¦l no sabe nada, que no es comandante... Pero hac¨ªa un a?o exactamente, cuando estabamos en La Palma [escenario de la primera ronda de negociaciones entre la guerrilla y el Gobierno] dec¨ªa que el FDR y el FMLN eran una s¨®la cosa. Eso me llev¨® pr¨¢cticamente a eliminar al FDR como el representante v¨¢lido de los guerrilleros.
P. ?Por qu¨¦ se rompi¨® el, di¨¢logo con la guerrilla?
R. Creo que porque se les produjo a ellos una confrontaci¨®n ideol¨®gica interna. A La Palma ambos llegamos de buena fe, con esp¨ªritu de paz y hablamos de paz y llegamos a algunos acuerdos. Pero al d¨ªa siguiente el comandante Villalobos pronunci¨® un discurso en el que rechaz¨® todo lo que hab¨ªa dicho el comandante Cienfuegos en las puertas de la iglesia de Ia Palma y se produjo una lucha entre ellos, que les llev¨® a un endurecimiento y un regreso a su posici¨®n inicial. Desde ese momento ellos esperaron simplemente una oportunidad para poder declarar su aut¨¦ntica posici¨®n, y esa oportunidad fue Ayag¨¹alo [donde se celebr¨® la segunda y ¨²ltima ronda de negociaciones], a donde ya no llegaron con esp¨ªritu de paz. Ah¨ª era una di¨¢logo t¨¢ctico. Ah¨ª era una oportunidad para aprovechar los medios de propaganda para decirle al pa¨ªs y al mundo sus consignas de guerra. Despu¨¦s yo propuse otra negociaci¨®n ' buscando los puntos de encuentro, no las diferencias. Yo propon¨ªa celebrar reuniones que no fueran protocolarias, que no tuvieran proyecci¨®n propagand¨ªstica, reuniones privadas fuera de El Salvador. La respuesta fue no.P. ?Tiene usted hoy una nueva oferta de di¨¢logo?
R. Est¨¢ en pie la que le he dicho.
P. ?Cuenta usted con el apoyo del Ej¨¦rcito para esa negociaci¨®n?R. Yo creo que tengo el apoyo del pueblo salvadore?o, no s¨®lo de las fuerzas armadas. ?sa es la raz¨®n de mi gobierno, el pueblo me dio ese mandato y yo tengo que serle fiel.
P. ?Cree usted que el Ej¨¦rcito puede ganar la guerra?
R. Esta es una guerra pol¨ªtica, una guerra ideol¨®gica, una guerra social, una guerra econ¨®mica, una guerra internacional y una guerra sicol¨®gica; y es la guerra integral la que hay que ganar. Vistas as¨ª las cosas, mi respuesta es no.
P. ?Teme que le pidan en su pa¨ªs que la negociaci¨®n a la que ha accedido para liberar a su hija la mantenga en otros secuestros?
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