Sombra de lo que eran
Les Luthiers son ahora una nostalgia: aparecen como un recuerdo, como una sombra de lo que fueron, y se les quiere y se les aplaude por lo que evocan. Su espect¨¢culo ha ido cambiando. Al principio eran los intelectuales que hab¨ªan inventado unos instrumentos estrafalarios con los que parodiaban distintas m¨²sicas: fueron a?adiendo letra ir¨®nica, intencionada; textos donde aparec¨ªan burlas de discursos o de fondo de noticiario de radio o cine. Eran espect¨¢culos de una gran riqueza de temas, en los que se cre¨® la figura inolvidable de Johan Sebastian Mastropiero.En el espect¨¢culo que presentan ahora hay remedos o recuerdos de todo ello, incluso algunos n¨²meros del repertorio antiguo. El lenguaje sigue siendo una base esencial, sobre todo en juegos de palabras: el canon que da un sentido distinto a la letra de una canci¨®n, el franc¨¦s macarr¨®nico o las frases de doble sentido. La Interpretaci¨®n actoral mantiene el encanto de que estos seis caballeros de esmoquin puedan ser marineros de zarzuela, esclavas o viejecitas que evocan su nostalgia; la m¨²sica mantiene el sonido propio al que le dan los instrumentos improvisados. Pero es dif¨ªcil considerar todo ello como un espect¨¢culo unido. No cuaja, no engarzan sus n¨²meros. La iron¨ªa y la burla se han debilitado, y sus propios recursos personales se han hecho t¨®picos. A pesar de lo cual gusta verles, y juega el resorte de la nostalgia y de la evocaci¨®n: de lo que fueron ellos o quiz¨¢ de lo que fuimos nosotros.
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