El Barcelona acabo con la imbatibilidad del Madrid
Cuentan los libros que el buitre suele mostrarse en todo su explendor en los meses de noviembre y diciembre. La teor¨ªa se fundamenta en el hecho de que es en esa ¨¦poca cuando le viene el celo. Todo el mundo sabe, aunque no lo digan los libros, que el buitre no es ave de presa. El halc¨®n, s¨ª. Y el halc¨®n peregrino, m¨¢s. Los libros cuentan que el halc¨®n peregrino es el ave de presa m¨¢s apreciada por los cetreros, a causa de su corpulencia, la velocidad de su vuelo, que llega a alcanzar hasta los 200 kms / h., su codicia y su resistencia. Es un aut¨¦ntico maestro en la caza de altaner¨ªa, en la que colaboran a un tiempo el halc¨®n, que caza solo; el perro, cuya misi¨®n es levantar la caza, y el cetrero, que coordina y dirige la labor de ambos.Bernd Schuster, uno de los alemanes m¨¢s criticados desde que muri¨® Adolfo Hitler, dio anoche todo un recital de f¨²tbol y caza, en el buen sentido de la palabra. Schuster, al igual que el Barcelona, estaba hasta las narices de que se dudara de su capacidad, no ya para ganar encuentros, sino incluso para optar al t¨ªtulo de Liga o de Europa. Y, junto a Terry Venables, organiz¨® el despliegue de fuerzas del actual campe¨®n frente al que, sin duda, ser¨¢ su gran rival de la temporada: un Real Madrid que todav¨ªa no hab¨ªa perdido ni un, solo encuentro.
Unos y otros est¨¢n hartos de que les salgan pretendientes a sus t¨ªtulos. Que si el Athl¨¦tic de Bilbao, que si el Sp¨®rting de Gij¨®n, que si el Atl¨¦tico de Madrid... Y anoche, con media Espa?a, ante el televisor, intentaron demostrar que son los mejores. El partido se decant¨® del lado azulgrana por diversas y muy justificadas razones. Por un lado, los barcelonistas estaban mejor puestos sobre el c¨¦sped. En segundo lugar, buscaron el triunfo desde el primer minuto (buena prueba de ello es que el primer gol lleg¨® a los 120 segundos de juego). Y, en tercer lugar, el buitre jug¨® medio solo, mientras el halc¨®n cont¨® con la colaboraci¨®n, no solo de sus 10 compa?eros, sino incluso 100.000 espectadores y un t¨¦cnico ansioso de triunfos.
Empezar el partido con un gol en contra convierte el resto de minutos en un juego contra reloj. Tras el tanto, el Barcelona cambi¨® de t¨¢ctica y decidi¨® esperar al Real Madrid atr¨¢s y buscar el contragolpe. Pero mientras el Barcelona se presentaba ante Ochotorena en cosa de segundos, en tres pases, los blancos jugaba en corto, entreten¨ªan la bola -especialmente Gallego- y cuando pisaban el ¨¢rea azulgrana todos los barcelonistas estaban colocados. De poco sirvi¨® la entrega de hombres como Sanchis, Michel o Butrague?o. De poco. Once pueden m¨¢s que cuatro, sobre todo si esos once tienen una deuda pendiente y est¨¢n dispuestos a dejarse la piel en el empe?o.
Chendo so?ar¨¢ con Marcos, Molowny tal vez se arrepiente de no haber colocado un perro de presa sobre Schuster -anoche nadie vigil¨® a nadie- y Calder¨¦ se sac¨® la espina que se le clav¨® en Oporto. El partido, que no fue de gran calidad, s¨ª fue espectacular y vibrante. Los minutos parec¨ªan tener m¨¢s de 60 segundos. Unos jugaban para recuperar el tiempo perdido y otros para llevarse a casa la peana de un trofeo que, de haber ganado en el Camp Nou, hubiese 'estado casi en sus manos. Pero como al buitre no le dieron carro?a y el halc¨®n prepar¨® magistralmente su cacer¨ªa, el Real Madrid perdi¨® el primer partido de la Liga y el Barcelona acab¨® con brillantez una semana en la que ha demostrado que tiene lo que han de tener los grandes.
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