El 'arrepentido' Macedo Correia hace perder la entereza a Otelo Saraiva de Carvalho
Las dos semanas transcurridas de interrogatorio del arrepentido Jo¨¢o Macedo Correia en el tribunal de Monsanto, que juzga, desde el 7 de octubre, a los supuestos miembros de las Fuerzas Populares Veinticinco de Abril (FP-25), han sido demoledoras para la defensa del teniente coronel Otelo Saraiva de Carvalho, el principal acusado: han terminado de destruir su figura m¨ªtica del capit¨¢n de abril. Conforme avanza este interrogatorio, Otelo, como es conocido en Portugal el ex jefe del Comando Operacional del Continente (Copcon), pierde entereza y gana en nerviosismo, al tiempo que parece despertar a la dura realidad: una larga condena le espera.Macedo Correia ha conseguido evitar el lado s¨®rdido del papel reservado a los arrepentidos: el del sopl¨®n de la polic¨ªa, delator y acusador de sus ex compa?eros. El Poeta, apodo por el que se le cono ce, no es, frente a sus jueces, el cobarde que trata de salvar su pellejo: es el abogado de los revolucionarios en armas contra los revolucionarios en pantuflas, como llama a los miembros de la direcci¨®n pol¨ªtico-militar del Proyecto Global (PG), que la acusaci¨®n asimila con las FP-25.
Macedo, que se considera "disidente, en ruptura con la organizaci¨®n" de Otelo Saraiva de Carvalho, corrigi¨® a uno de los jueces que se refiri¨® a ¨¦l como uno de los arrepentidos con un seco "conste que hasta ahora no me arrepiento de nada". Macedo Correia est¨¢ haciendo su propia justicia con el m¨¢s soberano desprecio hacia la justicia burguesa, y no s¨®lo en el sentido de vengarse de Otelo, Mouta Liz y Pedro Goulart, dirigentes pol¨ªticos del PG (dijo que en la organizaci¨®n "eran Otelo, Mouta Liz y Goulart los que mandaban, y el resto era paisaje").
Desde el primer d¨ªa de su interrogatorio, afirm¨® que muchos de los reos no deber¨ªan estar en el banquillo porque "ni siquiera sab¨ªan nada acerca de la existencia de las FP-25", y entre las muchas estupideces" que reprocha a los dirigentes est¨¢ el hecho de haber utilizado las casas de militantes de la Fuerza de Unidad Popular (FUP, un partido pol¨ªtico legal) como pisos francos para acciones de las FP-25.
El interrogatorio de Macedo es m¨¢s apretado que el de Otelo, y es evidente que los jueces no tienen para este anarquista confeso, ex miembro de una organizaci¨®n clandestina que realiz¨® atentados y atracos antes de 1974, dos veces preso por la polic¨ªa pol¨ªtica salazarista y "militante de las FP-25 desde 1979", la misma cortes¨ªa reverente que para el ex comandante del Copcon y ex candidato a la presidencia de la Rep¨²blica, a favor de quien se han movilizado comit¨¦s de solidaridad en var¨ªas capitales europeas.
Pero Macedo deshace una por una todas las coartadas de Otelo. ?ste afirm¨® que no ten¨ªa nada que ver con los atentados de las FP-25, que reprobaba personalmente los cr¨ªmenes cometidos y que los hubiera condenado p¨²blicamente si sus compa?eros se lo hubiesen permitido; que los terroristas se hab¨ªan infiltrado en su Proyecto Global para aprovecharse del prestigio de su organizaci¨®n y montar provocaciones. Macedo contraataca sustentando que la Estructura Civil Armada (una de las componentes del PG) y las FP-25 eran la misma cosa, y que recib¨ªa sus ¨®rdenes, daba informaciones y entregaba el producto de los robos al escal¨®n superior del Proyecto Global, es decir, la direcci¨®n pol¨ªtico-militar, cuyo jefe era Otelo.
Desde el banquillo, Otelo escucha las declaraciones del ex responsable de las FP-25 en el norte de Portugal con evidente desconsuelo y malestar. No queda nada de su serenidad de los primeros d¨ªas, cuando era el actor principal del espect¨¢culo: cambia muchas veces de lugar y fuma mucho. Alguien coment¨® que el h¨¦roe del 25 de abril se parece cada vez m¨¢s a un le¨®n enjaulado.
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