Fugas de menores
"El se?or Miret reitera su confianza en los trabajadores del reformatorio" (v¨¦ase EL PAIS de 21 de noviembre de 1985). S¨ª hay un m¨¦todo educativo, Renasco, y un fracaso del mismo: motines, fugas, etc¨¦tera; lo que se cuestiona es el m¨¦todo y al responsable del mismo, precisamente al se?or Miret. Lo que no est¨¢ bien es "reiterar la confianza en los educadores" desviando responsabilidades como si fuera de ellos de quien se dudara.Se acusa a no s¨¦ qu¨¦ contubernio de que manipula a los menores fugados d¨¢ndoles popularidad, "como al Torete y al Vaquilla". La verdad es que todos tenemos muy claro qui¨¦n fabrica y manipula esos mitos cuando vemos con regularidad programada aquellas im¨¢genes en que el Vaquilla, derribado en tierra, con una bota policial sobre el cuello, es detenido.
Al parecer, el contubernio estar¨ªa organizado por "entidades privadas". Conocida y burda falacia: o entidades p¨²blicas o entidades privadas. Pues bien, no entidades privadas porque el problema es p¨²blico, pero tampoco entidades p¨²blicas si esconden el m¨¢s inoperante nepotismo y compadreo intereses privados igualmente. Existen m¨¢s opciones: ni esto ni aquello, sino los intereses de los ciudadanos. Infinidad de instituciones, grupos y personas vienen denunciando desde hace a?os que la pol¨ªtica represiva de menores se est¨¢ haciendo a escondidas de los ciudadanos.
Se dice tambi¨¦n que los del contubernio "s¨®lo buscan negociar" a costa de los menores. Sutil dominio del lenguaje desviar la atenci¨®n de un problema real o uno supuesto: ya no estar¨ªamos tratando del caso Renasco, sino de supuestos beneficios a terceros. Los presupuestos estatales no son bienes de la Direcci¨®n General de Protecci¨®n Jur¨ªdica del Menor sino contribuci¨®n de los ciudadanos. Los ciudadanos exigen su adecuado empleo; en vez de alimentar tanta burocracia, e intereses a costa de los menores, debe proteg¨¦rseles.
Finalmente me parece grav¨ªsimo que presuntos tutores atribuyan a sus menores tutelados supuestos delitos no probados para, subrayando la peligrosidad, desviar la atenci¨®n de la propia incompetencia.-
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