?Un campo de libertad?
El 6 de diciembre de 1978 acud¨ª a votar por segunda vez, dentro del proceso democr¨¢tico que se hab¨ªa iniciado en Espa?a a partir de la muerte de Franco.Vot¨¦, sabiendo que, si bien era necesario un marco constitucional que permitiera desarrollar el proceso democr¨¢tico t¨ªmidamente iniciado, ese marco nac¨ªa con limitaciones.
Hoy, 6 de diciembre de 1985, siete a?os despu¨¦s de aquel refer¨¦ndum, con sucesivos Gobiernos de UCD y PSOE, los ciudadanos de este pa¨ªs, hombres y mujeres que participamos en ese proceso, nos preguntamos si la aprobaci¨®n mayoritaria de aquel texto fue el marco m¨ªnimo de libertades reconocidas, y si su desarrollo posterior ampli¨® y garantiz¨® el ejercicio cotidiano de los mismos. Creo tambi¨¦n que es un sentir colectivo, que la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n signific¨® el fin de una etapa de opresi¨®n, y que todos nos sentimos dispuestos a encauzar nuestra convivencia en un marco diferente.
Y en estos a?os, en los que ineludiblemente se ha pasado por momentos de tensi¨®n democr¨¢tica, ese marco se ha convertido en un aire respirado por todos, pero cuya pureza est¨¢ a¨²n lejos de ser realidad. El desarrollo posterior ha producido en algunos casos la sensaci¨®n de que se nos robaba parte del aire de libertad que encontraron en la aprobaci¨®n del texto constitucional.
La garant¨ªa y protecci¨®n que esos derechos constitucionales deber¨ªan merecer a los poderes p¨²blicos y al conjunto de la Administraci¨®n del Estado, se vieron igualmente limitados ante la falta de un verdadero esp¨ªritu democr¨¢tico en esa Administraci¨®n, o al menos en una gran parte de ella, que les hiciera velar decididamente por su ejercicio y defensa. Y precisamente por ello, la reforma de esa Administraci¨®n anquilosada, burocratizada y, en cierto modo, in¨²til, se hac¨ªa tan evidente y necesaria como profunda y en¨¦rgica, y lo ¨²nico que hemos visto en estos siete a?os son t¨ªmidos proyectos que demoran y soslayan la reforma y mantienen intocables las instituciones.
Podemos preguntarnos qu¨¦ hemos encontrado y qu¨¦ no hemos encontrado los espa?oles, tanto en nuestro texto constitucional como en el desarrollo legislativo posterior, para avanzar en la formaci¨®n de un Estado democr¨¢tico y progresista.
Pros y contras
Hemos encontrado en la Constituci¨®n, la garant¨ªa del derecho a la vida, a la integridad f¨ªsica y a no ser sometidos a tortura. Hemos encontrado en estos a?os demasiadas muertes "por accidente" ocasionadas por las fuerzas de orden p¨²blico, y por ciudadanos inculcados en un falso esp¨ªritu de tomarse la justicia por su mano, y casos de malos tratos que dif¨ªcilmente se compaginan con dicha garant¨ªa.
Hemos encontrado la abolici¨®n de la pena de muerte, excepcionalmente mantenida en leyes militares. No hemos encontrado que se haya mantenido un esp¨ªritu contrario a la pena de muerte, y en el desarrollo legislativo de esa posibilidad se ha mantenido una permisividad y amplitud que choca frontalmente con el esp¨ªritu constitucional.
Hemos encontrado la igualdad ante la ley de forma program¨¢tica, sin discriminaci¨®n de sexo, religi¨®n, opini¨®n, etc¨¦tera. No hemos encontrado la igualdad de acudir ante la ley mediante el ejercicio de la justicia gratuita, ni hemos encontrado la igualdad de defenderse cuando no se tiene la misma posibilidad de independencia, como ocurre, entre otros casos, a la mayor¨ªa de las mujeres.
Hemos encontrado el derecho a la libertad y a la seguridad, y el derecho a no ser privados de ellas. No hemos encontrado la concreci¨®n e esos derechos sino, por el contrario, leyes que si bien se les quiere dar un car¨¢cter restrictivo, son una aut¨¦ntica restricci¨®n de los mismos (ley Antiterrorista, etc¨¦tera).
Hemos encontrado el derecho a expresar y difundir libremente el pensamiento, ideas y opiniones. Nos hemos encontrado demasiadas veces con procesos a periodistas y a particulares por no permitirse la cr¨ªtica abierta a determinadas instituciones.
Hemos encontrado la posibilidad de participar en la vida pol¨ªtica a trav¨¦s de los partidos pol¨ªticos que conformen la voluntad de los ciudadanos, en la diversidad y en la pluralidad de las distintas opciones pol¨ªticas. No hemos encontrado el desarrollo electoral posterior que permita esa opci¨®n plural, cada vez m¨¢s determinada por la exclusi¨®n de todas las que no sean mayoritarias, lo que empobrece el panorama pol¨ªtico general.
Hemos encontrado el derecho a la educaci¨®n, como pleno desarrollo de la personalidad humana. No hemos notado ni un cambio de textos, ni un reciclaje obligado a todos los encargados de darla, para conseguir una aut¨¦ntica coeducaci¨®n no sexista que permita la formaci¨®n igualitaria de todos los que la reciben, con independencia de su sexo.
Hemos encontrado el reconocimiento del derecho y del deber del trabajo, y a una remuneraci¨®n suficiente para satisfacer a sus necesidades, sin discriminaci¨®n del sexo. No hemos encontrado una pol¨ªtica de defensa de los puestos de trabajo, y s¨ª de destrucci¨®n de muchos de ellos.
Hemos encontrado el reconocimiento constitucional de velar por la seguridad e higiene en el trabajo. No hemos encontrado la exigencia de esa seguridad a las empresas y vemos con dolor el aumento de la siniestralidad laboral.
Hemos encontrado la obligaci¨®n del Estado de garantizar la suficiencia econ¨®mica de la tercera edad. Hemos le¨ªdo con estupor los recortes de esas pensiones en leyes restrictivas de esos derechos.
No hemos encontrado en la Constituci¨®n el derecho a poder elegir los hijos que deseemos tener, ni a la interrupci¨®n voluntaria del embarazo. Encontramos cada d¨ªa a mujeres sometidas a todo tipo de control de su libre decisi¨®n de interrumpir su embarazo, limitado por la ley y por la militancia ideol¨®gica hip¨®crita de quienes deben respetar y hacer posible esa decisi¨®n.
Encontramos en la Constituci¨®n la necesaria protecci¨®n a la juventud y los ni?os. Miles de j¨®venes no encuentran su primer empleo y carecen de defensas ideol¨®gicas y culturales para poder combatir las continuas provocaciones que reciben para marginarse de la sociedad. Cientos de ni?os son maltratados, explotados, abandonados, sin encontrar un sistema humanizado de protecci¨®n a los mismos.
Encontramos en la Constituci¨®n la protecci¨®n de los derechos y libertades de los extranjeros. Vemos c¨®mo se expulsa a colectivos que merec¨ªan nuestra solidaridad, y se hacen leyes restrictivas sobre extranjer¨ªa que suponen la ignorancia de esos derechos.
Pretende el pre¨¢mbulo de la Constituci¨®n colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pac¨ªficas entre los pueblos. Se nos compromete en la pertenencia a un bloque militar.
En definitiva, la Constituci¨®n es un buen marco para la armon¨ªa, pero su desarrollo en uno u otro sentido determina el avanzar o retroceder en la construcci¨®n de una "sociedad democr¨¢tica avanzada", como tambi¨¦n establece su pre¨¢mbulo Creemos que es indispensable tener una vigilancia diaria que impida retrocesos irrecuperables en un Estado democr¨¢tico. Parte de esa vigilancia es reflexionar cr¨ªticamente sobre el desarrollo de estos a?os de vigencia constitucional.
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