Precios
El descenso en el precio de las gasolinas se ha considerado una buena noticia. Es, sin embargo, una noticia deprimente. Obs¨¦rvese con la objetividad el escaso entusiasmo que ha despertado. No es para menos. El destino de los precios es crecer y crecer. La inflaci¨®n ha operado como una inexorable met¨¢fora de la escalada hist¨®rica. Una baja en los precios es un regreso a un estadio anterior. No s¨®lo m¨¢s barato, sino menos desarrollado. No s¨®lo m¨¢s enano sino m¨¢s antiguo. La modernidad se entiende mal sin esa tensi¨®n que muestran las l¨ªneas rampantes del dibujo estad¨ªstico. En un gr¨¢fico ascendente, y a despecho del perjuicio que su interpretaci¨®n arroje, hay siempre una tensi¨®n dram¨¢tica sin la cual es dificil concebir la actualidad. La inflexi¨®n, por el contrario, muestra una p¨¦rdida de cl¨ªmax deplorable. Aun siendo t¨¦cnicamente algo bueno, es siempre emocionalmente algo peor.El precio de una mercanc¨ªa representa el ¨ªndice de su erecci¨®n. Se entiende as¨ª que la seducci¨®n de un objeto se encuentre confundida con lo que vale. La etiqueta que cuelga de un art¨ªculo es parte del art¨ªculo. No informa s¨®lo sobre el art¨ªculo, lo conforma. Bajar es, en el sistema general de precios establecidos, rebajar. Y se rebaja -como se ve en los irrespetuosos comportamientos de los compradores durante las rebajas- no s¨®lo el precio sino la estima en que se tiene al objeto. El precio se asocia tan ¨ªntimamente al producto que llega a ser como su alma. Imposible creer, por tanto, que un art¨ªculo rebajado no oculte una u otra clase de degeneraci¨®n.
Est¨¢ bien que nos bajen los precios de la gasolina y seguramente tambi¨¦n los del tel¨¦fono. A lo mejor se les ocurre rebajarnos alguna cosa m¨¢s. No importa. A cada paso, y tras la porci¨®n de alivio primitivo, se caer¨¢ irremisiblemente en la melancol¨ªa de la decrepitud. La vida no discurre en esa direcci¨®n. Y el agrado, si es eso lo que buscan, no ha de venir de una oferta de precios castrados. Para hacernos menos infelices no hay que rebajar, ni bloquear, ni congelar; constantes palabras de muerte. La ¨²nica efusi¨®n la provoca el alza. No bajen nada, suban los sueldos.
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