Luz contra tinieblas
Legend es el cuarto largometraje de Ridley Scott, el cineasta de Los duelistas y, sobre todo, de Alien y Blade runner, y significa un paso m¨¢s en su concepci¨®n del cine como espect¨¢culo cuyo secreto radica en el dominio de la luz. En Legend, la batalla entre luz y oscuridad no s¨®lo inspira las soluciones formales, sino que es la m¨¦dula misma de la historia, recreaci¨®n fabulosa y legendaria de un para¨ªso perdido que entra en crisis cuando es invadido por seres procedentes de la parte oscura de ese universo ideal. La pel¨ªcula es un brillante despliegue de efectos especiales, hermosos decorados y soluciones visuales de gran belleza, pero eso no basta para liberarla de la sensaci¨®n de dej¨¢ vu, algo muy peligroso cuando lo que se tiene entre manos es un producto car¨ªsimo emparentado con las t¨¦cnicas publicitarias por algo m¨¢s que las estrategias de lanzamiento al mercado.Legend fue, concebida inmediatamente despu¨¦s de Alien, en 1979, antes de que el panorama cinematogr¨¢fico mundial se viera invadido por multitud de hadas, gnomos retozones, duendes, diablillos y toda la subliteratura metaf¨ªsica que acostumbra a acompa?ar a esas criaturas salidas de un planeta a¨²n m¨¢s maniqueo que el nuestro. Para su desgracia, el rodaje fue retras¨¢ndose y, una vez iniciado, un accidente en forma de incendio destruy¨® el bosque que Norman Dorme hab¨ªa creado en el interior de un estudio londinense. Esos avatares dieron largas al final de la realizaci¨®n, interponi¨¦ndose Blade runner y otras complicaciones. Todo esto sirve para situar Legend y comprender que, a pesar de unas apariencias que emparentan la pel¨ªcula con otras m¨¢s bien poco distinguidas, la de Scott no es un plagio, sino la iniciadora de un fil¨®n.
Legend
Director: Ridley Scott. Int¨¦rpretes: Tom Cruise, Mia Sara, Tim Curry, David Bennett, Alice Playten, Billy Barty. Gui¨®n: William Hiortsberg. Fotograria: Alex Thompson. M¨²sica: Jerry Goldsmith. Decorados: Norman Dorme. Efectos especiales: Nick Allder. Brit¨¢nica, 1985. Estreno en Real Cinema, Paz y Richmond, de Madrid.
Fuentes lejanas
Legend bebe de fuentes m¨¢s lejanas y cultas, como pueden ser las locuras f¨ªlmicas de un Cocteau pasado por el tamiz de los millones y la tecnolog¨ªa, tamiz al que se ha acusado de haber borrado la posible poes¨ªa de la propuesta. No es ¨¦sta mi impresi¨®n, que m¨¢s bien se inclina por sentirse admirada ante el atrevimiento de un cineasta que utiliza los grandes presupuestos para desarrollar sus ideas de puesta en escena sin sentirse coaccionado. Claro que ese esp¨ªritu libre no siempre sirve para crear grandes obras o, cuando menos, obras que est¨¦n a la altura de los medios de que se ha dispuesto. Legend es, en parte, La bella y la bestia, pero tambi¨¦n En compa?¨ªa de lobos, con la que tiene en com¨²n el leer adultamente los cuentos infantiles, con toda su carga de sexualidad e instinto cruel. El arranque, que se dir¨ªa entresacado de varios spots, pronto es dignificado por esas apabullantes demostraciones de dominio de la m¨¢s complicada parafernalia cinematogr¨¢fica, con la s¨²bita aparici¨®n de un invierno temible y un continuo jugar con referentes pict¨®ricos. Luego, ya m¨¢s avanzada la pel¨ªcula y antes de las secuencias culminantes del enfrentamiento con el mal o el se?or de las tinieblas, asistimos a la mejor y m¨¢s inventiva de las situaciones del filme, que es la que corresponde a la danza de la hero¨ªna, que de pronto descubre en s¨ª misma esa, fascinaci¨®n ante la posibilidad de expresar libremente todos sus deseos, incluidos los vetados por los relatos infantiles.Legend no es, como Blade runner o Alien, una pel¨ªcula que conecta con el esp¨ªritu de la ¨¦poca. Puede que tampoco el lanzamiento que se hace de ella sea el m¨¢s adecuado, asoci¨¢ndola a un p¨²blico infantil que -como en el remake de El mago de Oz- no va a divertirse demasiado con las ma?as de un cineasta dedicado a crear. climas inquietantes y terror¨ªficos. Pero las pel¨ªculas no est¨¢n destinadas a servir de sustituto moderno del animal que los romanos destripaban para leer en sus entra?as las venturas y desventuras del futuro. Lo malo de Legend es que todo el virtuosismo de Scott queda a medio camino de todo, que s¨®lo en esa secuencia del baile alcanza plenitud, ya que el resto del tiempo no sabe qui¨¦n es su interlocutor, si un ni?o de seis a?os al que se quiere atemorizar o una persona adulta con la que se desea reflexionar sobre la proximidad existente entre lo bello y lo siniestro.
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