Europa debe escapar de la dominacion de los "dos imperios", seg¨²n Altiero Spinelli

Altiero Spinelli, en la mejor tradici¨®n de los prohombres europeos como Conrad Adenauer, Paul-Henri Spaak, Robert Schumann y Alcide de Gasperi, hoy desaparecidos, es, a sus 78 a?os, un superviviente de la generaci¨®n que cre¨® en la posguerra la Comunidad Europea y que todav¨ªa mantiene, tras m¨¢s de 40 a?os de lucha y a pesar de numerosos obst¨¢culos, la ilusi¨®n por ver cumplidos los objetivos de completar la uni¨®n europea al margen de los "dos imperios".

Spinelli, un romano independiente que representa al Partido Comunista Italiano en el Parlamento europeo desde 1976, ha asistido en Madrid a la Conferencia Internacional sobre el futuro de la Unidad de Europa, organizada por la Asociaci¨®n de Periodistas Europeos.Su principal obsesi¨®n ha sido siempre el vencer en el seno de la Comunidad la contradicci¨®n existente entre los objetivos -de supranacionalidad y la falta de poder de los instrumentos con que se ha dotado la organizaci¨®n para conseguir esos fines. Altiero Spinelli ha trabajado en ello desde que fundara en 1943 el Movimiento Federal Europeo, nada m¨¢s salir del campo de concentraci¨®n donde fue llevado en plena guerra mundial por su oposici¨®n al fascismo. Y hoy, las reformas al Tratado de Roma que discuten desde hace un a?o los jefes de Estado y de Gobierno de la CEE llevan su sello personal.

Nada m¨¢s entrar en el Parlamento Europeo form¨® un grupo, llamado el club del cocodrilo, con seis o siete eurodiputados interesados en aumentar la velocidad de esos objetivos. "Hoy, el movimiento federalista es ya un importante grupo de presi¨®n", recuerda Spinelli.

"El drama europeo sigue siendo la Europa gubernamental y, aunque en los ¨²ltimos a?os han aumentado las competencias supranacionales de algunas instituciones, el poder sigue estando en los gobiernos nacionales", dice Spinelli sin ocultar su profundo odio por los diplom¨¢ticos. Para el parlamentario italiano, los diplom¨¢ticos son los culpables de la lentitud con la que marcha la cuesti¨®n de las competencias. Ellos son los que preparan el trabajo de los ministros, "pero s¨®lo les presentan aquellas alternativas que quieren" y, desde luego, entre ellas no se encuentran las de perder ninguno de sus poderes frente a los parlamentarios, sigue diciendo. Por ello, recomienda a los partidos pol¨ªticos espa?oles que elijan "personas de talla", fuera de afiliaciones o recompensas, para el Parlamento Europeo. "S¨®lo la llegada de europe¨ªstas de verdad y con prestigio en la lucha por una voz y una soberan¨ªa propiamente europea permitir¨¢ que sean los europeos los que resuelvan sus problemas".

El papel de Estados Unidos

Spinelli, que no est¨¢ afiliado al PCI, aunque lo representa en la CEE, cree que, si los europeos no resuelven sus problemas, "lo har¨¢n otros". Aqu¨ª surge la pragm¨¢tica visi¨®n que el eurodiputado tiene del papel de Estados Unidos en Europa Occidental.

"La historia europea desde el final de la segunda guerra mundial consiste en dos imperios. La Uni¨®n Sovi¨¦tica tiene un imperio muy fuerte pero muy fr¨¢gil, al mantener la unidad s¨®lo bajo la amenaza del empleo de la fuerza. Estados Unidos ha establecido una dominaci¨®n m¨¢s compleja, parecida a la que ten¨ªa el imperio romano con la garant¨ªa defensiva que ofrec¨ªan sus legiones", dice Spinelli.

El eurodiputado italiano cita los siguientes ejemplos: "Mientras Estados Unidos tienen la fuerza nuclear, los dem¨¢s aportan las fuerzas auxiliares; ellos tienen el control monetario con el d¨®lar, los dem¨¢s somos los comerciantes de ese dinero; ellos Doseen las industrias avanzadas, los dem¨¢s tenemos las m¨¢s anticuadas; ellos tienen un gran influencia cultural en todos los campos,, los, dem¨¢s aportamos los cerebros para su progreso".

Seg¨²n Spinelli, hasta que los europeos no sean conscientes de que necesitan una "visi¨®n global y no regional" y una responsabilidad tambi¨¦n global que se adquiere con latinidad, no podr¨¢n considerar a Estados Unidos como un "socio". "La diferencia est¨¢ en que Estados Unidos es un imperio liberal, que admite las cr¨ªticas, mientras que la Uni¨®n Sovi¨¦tica es un imperio monol¨ªtico, que no admite nada", comenta con resignaci¨®n este padre europeo.