Elecciones tras elecciones en Portugal
ESTA VEZ fueron las municipales; en octubre pasado, las parlamentarias; el mes que viene, las presidenciales. Que esta inflaci¨®n de urnas cause cierto cansancio en la opini¨®n portuguesa no puede extra?ar. Es una de las causas de que el porcentaje de abstenciones haya aumentado considerablemente, alcanzando m¨¢s del 36% y convirtiendo as¨ª a los abstencionistas en el partido m¨¢s fuerte. Ello no es un signo positivo para la democracia y probablemente ser¨¢ tenido en cuenta para evitar en el futuro repeticiones electorales en fechas tan cercanas. Lecci¨®n que de paso podr¨ªa aprender Espa?a, que se enfrenta el a?o que viene con el refer¨¦ndum, las elecciones andaluzas, las legislativas y las europeas, y para el siguiente, con las municipales y las auton¨®micas.En todo caso, las elecciones municipales tienen caracter¨ªsticas propias. En ellas influyen m¨¢s las condiciones del lugar y, a menudo por encima de la definici¨®n partidaria, cuenta m¨¢s la persona del candidato, cuya eficacia y comportamiento se puede juzgar a partir de una experiencia concreta. Por otra parte, no todos los partidos portugueses han presentado candidaturas propias en todos los municipios. Se han constituido listas de coalici¨®n circunstancial exclusivamente destinadas a derrotar o conquistar tal o cual alcald¨ªa.
Cabe destacar tres tendencias pol¨ªticas de orden general, que se han manifestado con bastante claridad a trav¨¦s de los votos depositados por los ciudadanos lusos. En primer lugar, el auge y la vitalidad del Partido Social Dem¨®crata. A pesar de que esta formaci¨®n haya asumido el poder desde hace unas semanas y de que haya empezado a tomar medidas econ¨®micas de austeridad, su victoria electoral no ha sido frenada. Tiene ahora las alcald¨ªas de Lisboa, Oporto y Coimbra, infligiendo en los dos ¨²ltimos casos una grave derrota a los socialistas. Su actual dirigente y jefe de Gobierno, An¨ªbal Cavaco Silva, se afirma como un aut¨¦ntico l¨ªder.
El segundo fen¨®meno claro es que el Partido Socialista Portugu¨¦s no ha logrado recuperar el retroceso que sufri¨® en las recientes elecciones parlamentarias. En ellas, su porcentaje descendi¨® de un 36% en 1983 a poco m¨¢s del 20% en octubre pasado. En una serie de casos, los socialistas hab¨ªan establecido acuerdos con los socialdem¨®cratas para arrancar a los comunistas los municipios que gobiernan en la actualidad y por ello no se puede hacer una comparaci¨®n matem¨¢tica de votos. Pero los socialistas han perdido, como hemos visto, alcald¨ªas fundamentales y en Lisboa han quedado detr¨¢s de los comunistas. La esperanza de Mario Soares de utilizar las elecciones municipales como un lanzamiento para la ¨²ltima etapa de su campa?a para las presidenciales no se ha realizado. En general puede decirse que se le ve como a un pol¨ªtico fracasado.
La tercera tendencia que cabe deducir de las ¨²ltimas elecciones es cierta indecisi¨®n en un segmento del electorado de izquierda que, con toda probabilidad, vot¨® socialista en las etapas de auge de este partido y cuya opci¨®n por el nuevo Partido Renovador Democr¨¢tico, creado con el est¨ªmulo directo de Eanes, no se ha confirmado en las elecciones municipales. Este partido ha obtenido resultados modestos, bastante inferiores a los de las parlamentarias de octubre, lo que podr¨ªa explicarse por la carencia de cuadros conocidos y por el hecho de que en este caso el apoyo de Eanes no pod¨ªa manifestarse. No se puede adem¨¢s borrar la impresi¨®n de que el electorado del PRD es a¨²n vacilante y depende mucho del marco en el que se desarrolle una u otra consulta. Muy distinto es el caso del electorado comunista, que ha demostrado una vez m¨¢s su constancia. Los intentos de coalici¨®n para eliminar municipios comunistas han fracasado. Teniendo en cuenta todo ello, en la confrontaci¨®n derecha-izquierda, que ser¨¢ con toda probabilidad el marco de la elecci¨®n presidencial de enero, la izquierda se va a componer de un partido socialista en decadencia, un n¨²cleo comunista firme y disciplinado en torno al 15% y un voto amplio, pero difuso, que se decidir¨¢ en gran parte seg¨²n el candidato.
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