El Nobel de la Paz
Deseo salir al paso de la hipocres¨ªa hist¨¦rica de los Gobiernos de EE UU, la RFA y el Reino Unido en tomo a la concesi¨®n del Premio Nobel de la Paz. No deja de ser parad¨®jico que, hablando de paz, se ponga en la picota a Evgeni Chazov, cofundador de la Asociaci¨®n Internacional de M¨¦dicos para la Prevenci¨®n de la Guerra Nuclear, entidad cuyo s¨®lo nombre es ya bastante acusatorio para los Gobiernos acusadores. Pero es a¨²n m¨¢s parad¨®jico que para criticar a Chazov se valgan de otro premio Nobel, Andrei Sajarov, argumentando que fue criticado a su vez por aqu¨¦l en 1973.La viga en el ojo propio, elegida para criticar la paja en el de Chazov, no ha podido ser m¨¢s desafortunada. No es de recibo boicotear la entrega del Premio Nobel de la Paz a un grupo que trata de evitar la guerra nuclear enarbolando la imagen de Sajarov. Porque la imagen de Sajarov es algo m¨¢s que la de un defensor de los derechos humanos en la URSS, cosa que todos apreciamos. Para la historia, Sajarov es adem¨¢s el padre, convicto y confeso, de la bomba H sovi¨¦tica; no tiene ni siquiera el atenuante o eximente que hay que conceder a Einstein de no saber exactamente lo que hac¨ªa, pues cuando Sajarov trabajaba espec¨ªficamente para producir el engendro ya hab¨ªan estallado otros. Sajarov no podr¨¢ negar a nadie que estaba trabajando para el militarismo sovi¨¦tico y que no lo hizo por presiones, pues a un cient¨ªfico de ese nivel nadie le puede empujar a tama?a aberraci¨®n si ¨¦l no quiere. Es posible que Sajarov viva ahora atormentado y arrepentido por tan horrenda paternidad y tratando de reparar su pasado luchando por los derechos humanos, que, dicho sea de paso, son 30, muchos de ellos m¨¢s importantes que el derecho a salir del pa¨ªs o el de fijar residencia a un hombre cuyo cerebro tiene la llave para la destrucci¨®n del planeta. Por mi parte estoy dispuesto a perdonar, pero no a olvidar, y mucho menos a aceptar que la figura de Sajarov sea intocable ni implique un s¨ªmbolo de paz, ni menos a¨²n se convierta en un arma arrojadiza contra un colectivo de cient¨ªficos que s¨ª que tiene lo que hay que tener para recibir el Nobel de la Paz - .
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