Jos¨¦ Mar¨ªa Casasola
Sacerdote, expulsado de los franciscanos por querer ser cura obrero, ha emigrado a Nicaragua para defender la revoluci¨®n
Jos¨¦ Mar¨ªa Casasola, sacerdote expulsado de los franciscanos por su esp¨ªritu cr¨ªtico y su empe?o en ser cura obrero, ha hecho de su vida cristiana un compromiso social y pol¨ªtico en defensa de los m¨¢s d¨¦biles. Este compromiso le ha llevado ahora a marcharse a Nicaragua, donde trabajar¨¢ como acupuntor en un centro de medicina natural que ¨¦l y otro grupo de entusiastas voluntarios van a crear.
Naci¨® en Alcauc¨ªn, un pueblecito de la sierra malague?a de Tejeda. Ten¨ªa seis a?os cuando su familia emigr¨® a V¨¦lez M¨¢laga, buscando trabajo su padre. Ahora, 40 a?os m¨¢s tarde, ha vuelto a emigrar, pero esta vez a Nicaragua para defender la revoluci¨®n.Ingres¨® en el seminario muy joven, con 11 a?os. Desde entonces, Casasola ha experimentado una evoluci¨®n en su vida religiosa y en su actitud ante la vida, pasando incluso por su expulsi¨®n de la orden franciscana. "En una ocasi¨®n, siendo seminarista, que m¨¦ todos los sobres que con motivo del D¨ªa del Seminario iban a enviar a gente pudiente para que nos dieran dinero. Pensaba yo, y pienso, que nosotros no ten¨ªamos por qu¨¦ justificar la vida de nadie recibiendo dinero de malos ricos".
A?os despu¨¦s, ya como sacerdote, su contacto con la realidad social andaluza fue haciendo nacer en ¨¦l una conciencia pol¨ªtica que le llevar¨ªa a militar en la Organizaci¨®n Comunista de Espa?a (OCE), Bandera Roja y CC OO. Fue en su contacto con los jornaleros de Lebrija, con los algodoneros de Brenes, los obreros de las marismas, los trabajadores del arroz y sobre todo su trabajo en la construcci¨®n, donde vivi¨® las primeras luchas antifranquistas de Espa?a, lo que le convirtieron en un l¨ªder obrero y en un cura popular en Sevilla.
Era el comienzo de los a?os setenta, y por entonces entr¨® en contacto con Diamantino Garc¨ªa y otros curas obreros, seguidores de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, que por primera vez reivindicaban el derecho de los cristianos a militar en partidos de izquierda.
La ¨¦poca en que Casasola tra baj¨® en la construcci¨®n, entre 1973 y 1979, fue la m¨¢s dura de su vida. En 1976 estuvo encarcelado nueve veces, "con las correspon dientes palizas". "Por lo general", a?ade, "no me pegaban en la comisar¨ªa, sino en el momento de detenerme y tambi¨¦n cuando me trasladaban. A veces me met¨ªan en el portamaletas del coche para que la gente del barrio no viera que me llevaban".
En varias ocasiones recibi¨® amenazas de muerte, generalmente de la extrema derecha. "Cuando me apalearon en la iglesia de La Corza, donde nos hab¨ªamos encerrado alrededor de 100 trabajadores, un polic¨ªa me dijo: 'So cabr¨®n, hace tiempo que quer¨ªamos hacerte esto y cuando te veamos otra vez te mataremos" Un corte de carreteras para pedir mejoras en el barrio obrero sevillano de Torreblanca le vali¨® permanecer sometido a vigilancia domiciliaria desde 1979 hasta hace pocos meses. Ahora, ya libre, ha decidido marcharse "a defender la libertad donde m¨¢s peligro corre. Nicaragua debe sobrevivir y por eso voy all¨ª". Con sus conocimientos de acupuntura y medicina naturalista, participar¨¢ en la puesta en marcha de un centro de medicina natural en Nicaragua, "lo que ahorrar¨¢ mucho dinero al pa¨ªs y contribuir¨¢ a su independencia".
En cuanto a la posibilidad de que pudiera verse envuelto en un conflicto b¨¦lico, Casasola afirma: "No he cogido un fusil nunca, y no voy a coger all¨ª las armas, pero hay palabras que tambi¨¦n son metralletas. La izquierda y los cristianos nos jugamos mucho en Nicaragua".
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