El dilema de Arafat

Yasir Arafat dispone de un plazo de dos meses para hacer lo que ha rechazado desde que hace 17 a?os fue elegido presidente del Comit¨¦ Ejecutivo de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP): reconocer a Israel. De lo contrario, su principal aliado ¨¢rabe, el rey Hussein de Jordania, buscar¨¢ otros asociados para intentar entablar una negociaci¨®n de paz con el Estado israel¨ª.

A principios de la semana, tres personalidades ¨¢rabes de muy diverso signo pero en buenas relaciones con el l¨ªder palestino han confirmado que el monarca hachem¨ª dio pr¨¢cticamente el 12 de noviembre un ultim¨¢tum a Arafat, que expirar¨¢ en febrero, para que acepte de una vez por todas, sin embig¨¹edades, las resoluciones 242 y 338 del Consejo de Seguridad de la ONU.Aprobado en 1967, el primero de estos textos, completado en 1973, aboga por una retirada de Israel de Cisjordania y Gaza pero, al mismo tiempo, le reconoce el derecho a unas fronteras seguras, una f¨®rmula que equivale a un reconocimiento del derecho a la existencia del Estado de Israel, y circunscribe la cuesti¨®n palestina a un mero problema de refugiados.

El primero en dar cuenta de la resoluci¨®n terminante del soberano jordano fue el presidente egipcio, Hosni Mubarak, que, en una entrevista con una cadena de televisi¨®n norteamericana, asegur¨® que si no obtuviera una respuesta positiva tras el vencimiento del plazo, el rey Hussein al que describi¨® como impaciente, "encontrar¨¢ otro camino para seguir promoviendo conversaciones de paz, pero sin el l¨ªder de la OLP". Arafat, a?adi¨®, ser¨ªa entonces "el gran perdedor".

Las revelaciones del rais fueron confirmadas a la vez en Jerusal¨¦n por Hanna Siniora, un palestino ultramoderado. cuyo nombre ha sido citado para formar parte de una delegaci¨®n negociadora; y en Kuwait por Salah Jalaf, m¨¢s conocido por su nombre de guerra de Abu Iyad y como n¨²mero dos de Al Fatah, que fue incluso mas preciso al explicar lo que har¨ªa el rey si Arafat se negase a complacerle: "Se dirigir¨ªa hacia Siria".

Hussein, con la ayuda de Mubarak, obtuvo ya una importante concesi¨®n del viejo l¨ªder palestino cuando, el pasado mes de noviembre, ¨¦ste suscribi¨® solemnemente en El Cairo una declaraci¨®n en la que la OLP renunciaba y condenaba la violencia antiisrael¨ª fuera de los territorios ocupados de Cisjordania y Gaza y de Israel.

Acaso ahora, con su espectacular reconciliaci¨®n con Siria, cuyo c¨¦nit ser¨¢ alcanzado este mismo mes con la cumbre entre Hussein y su hom¨®logo sirio, Hafez el Assad, el monarca pretenda chantajear al l¨ªder de la resistencia palestina para, seg¨²n la expresi¨®n de un diplom¨¢tico, "obligarle a jugar su ¨²ltima carta, la del reconocimiento". A menos que se trate, simplemente, como lo ha dado a entender el Departamento de Estado, de "intentar arrimar a Damasco al incipiente proceso de paz".

?Qu¨¦ va a hacer Arafat frente a esta exigencia del soberano hachem¨ª, que formula por su cuenta una condici¨®n esgrimida numerosas veces por la Administraci¨®n de EE UU, la ¨²ltima vez en Bruselas, a mediados de diciembre? El secretario de Estado, George Shultz, dijo, en efecto, en dicha fecha, y en la citada capital belga, que deseaba que "la OLP acepte las resoluciones 242 y 338 de la ONU", aunque, de todas formas, a?adi¨®, la organizaci¨®n palestina se hab¨ªa autoexcluido del proceso e paz a causa "su continua participaci¨®n en el terrorismo".

Opiniones divergentes

Sobre este punto, las opiniones divergen. Abu Iyad opina que la OLP nunca reconocer¨¢ la resoluci¨®n 242. Seg¨²n ¨¦l, el propio rais confiesa en voz baja que esa resoluci¨®n "carece de sentido". Por su parte, Hanna Siniora se muestra convencido de que, si a cambio de su nueva concesi¨®n obtiene garant¨ªas sobre su inclusi¨®n en una negociac¨ª¨®n, Arafat empezar¨¢ por dar su visto bueno en privado antes de correr el riesgo de aceptarla en p¨²blico. A caballo entre ambas opiniones, Mubarak cree que, como le ha confesado el propio Arafat, el l¨ªder palestino se esforzar¨¢ por encontrar una f¨®rmula para aprobar ambas resoluciones aunque, a?ade el presidente egipcio, "dice que esto llevar¨¢ tiempo y que a cambio desear¨ªa alg¨²n reconocimiento del derecho a la autodeterminaci¨®n" del pueblo palestino que la 242 ignora por completo.

Como es su costumbre, Arafat da largas y agota al m¨¢ximo el plazo que le ha sido concedido para explorar las otraspocas v¨ªas que a¨²n le permanecen abiertas. Apalabrada para la semana pasada, su visita a Aminan ha sido aplazada para darle probablemente tiempo a zanjar las dudas que le sumergen, aunque el motivo oficial del retraso son los peque?os problemas de salud que aquejan a un hombre que, hasta ahora, siempre hab¨ªa viajado incluso cuando se encontraba enfermo. La Prensa del Golfo evoc¨® incluso su traslado a Mosc¨² para ser ingresado en un hospital, pero un portavoz de la OLP asegur¨® que estaba ya repuesto de una simple gripe.

Como tambi¨¦n suele hacer, Israel no le ha facilitado su labor, y ha prohibido, a mediados de diciembre, el desplazamiento a la capital jordana de una delegaci¨®n de 13 personalidades de Cisjordania y Gaza que pretend¨ªan convencer a Arafat de la necesidad de dar ese nuevo paso que permita, por fin, poner en marcha el hasta ahora estancado proceso de paz.