Sobre cierto 'caballero andaluz'

Aunque sea jugar a perder, quiero expresar mi indignaci¨®n por la manera c¨®mo se est¨¢n comportando algunos medios de comunicaci¨®n que, tal vez inconscientemente y por sus deseos de informar, est¨¢n extrapolando los datos del retorno a Espa?a de cierto caballero andaluz hasta el punto de difuminar sus perfiles para intentar demostrar que no es un posible delincuente com¨²n, merecedor apenas de aparecer en la columna de sucesos, y s¨ª un posible h¨¦roe perseguido por la felon¨ªa de unos dispositivos legales de los cuales, un d¨ªa, huy¨® por haber sido... "mal aconsejado".Helo aqu¨ª, en Espa?a, de retorno, agasajado por una cobertura inso?able de todos los medios de difusi¨®n, que venden de ¨¦l la imagen de un conquistador al que solamente se le adjudica el liviano pecado de la incontinencia verbal. Sin entrar en an¨¢lisis de las responsabilidades penales en las que se encuentre encuadrado, por encontrarse subiudice su condici¨®n de presunto culpado, s¨ª quiero hacer hincapi¨¦ sobre su capacidad de difamar a Tirios y Troyanos, y me pasma corroborar como a¨²n existen criaturas que apuestan por ¨¦l y, por a?adidura, a¨²n osan pleitear que, en Espa?a se precisar¨ªan cuarenta mil empresarios" de esa misma estirpe. S¨®lo le falta a ese se?or, tan bien asesorado por un experto importado, que nuestro ministro de Relaciones Exteriores, ante la inminencia de su puesta en libertad, solicite de Juan Pablo II el pr¨¦stamo por unas horas del papa-movile, para poder hacer, ya que es miembro de una respetabil¨ªsima congregaci¨®n c¨ªvico-religiosa, un desfile triunfal, adornada su frente con los laureles de la victoria, precedido de cofrad¨ªas.

Para terminar, dos preguntas: ?qui¨¦n estaba detr¨¢s de este caballero, ya que ¨¦l carece de los m¨¢s rudimentarios cimientos exigibles para negocios de tal porte?, y ?qui¨¦n aconsej¨® a nuestras autoridades y expertos en materia financiera a hacer uso sumario de dis-

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