Mayor vigilancia desde ayer en los aeropuertos de Madrid y Barcelona

Las fuerzas de seguridad en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, y de El Prat, en Barcelona, han aumentado la vigilancia durante las ¨²ltimas horas a ra¨ªz de los atentados terroristas ocurridos el pasado viernes en los aeropuertos de Roma y Viena, seg¨²n informan fuentes del aeropuerto madrile?o.Los controles especiales en los dos aeropuertos espa?oles incluyen una revisi¨®n de equipajes y dependencias y la verificaci¨®n de pasajeros. Tales medidas se pusieron en pr¨¢ctica ayer por la ma?ana a la salida del vuelo 888 de Iberia con destino a Tel Aviv, el primero en Espa?a con destino a Israel desde que se produjeron los atentados terroristas contra la l¨ªnea a¨¦rea El Al en Italia y Austria.

El vuelo de Iberia parti¨® con una hora de retraso. Se ten¨ªa que haber iniciado a las 9.30 horas, pero la postura que mantienen los controladores a¨¦reos del cumplimiento estricto del reglamento de navegaci¨®n a¨¦rea hizo que la salida se retrasase una hora.

Las medidas se incrementar¨¢n a partir de hoy, coincidiendo con la salida de vuelos regulares entre Madrid y Tel Aviv a cargo de la compa?¨ªa a¨¦rea israel¨ª El Al. El despacho de estos vuelos, que incluye pasajeros y mercanc¨ªas, se realiza con medidas de seguridad especiales desde que la compa?¨ªa opera con Espa?a.

Hay en el aeropuerto internacional de Madrid-Barajas una vigilancia permanente de personal de la Polic¨ªa Nacional y de la Guardia Civil.

El equipo permanente de artificieros de la Guardia Civil en Barajas realiza siempre a la hora de despacho de la aeronave un peinado de las instalaciones abiertas al p¨²blico ante la posibilidad, siempre supuesta, de la colocaci¨®n de artefactos explosivos.

En otros aeropuertos de Europa tambi¨¦n se han incrementado las medidas de vigilancia ante los atentados.

En Italia, el ministro del Interior, Oscar Scalfari, afirm¨® que se han tomado todas las precauciones en la vigilancia tanto de los aeropuertos como de las estaciones de ferrocarril y de cualesquiera otros puntos estrat¨¦gicos, pero precis¨® que el verdadero problema consiste en controlar a los ciudadanos extranjeros.