Romay evit¨® que el Estudiantes revaluar¨¢ su liderato
Cinco tapones de Romay, en dos minutos de poder absoluto, acabaron con el Estudiantes cuando se avecinaba un final de infarto. El Madrid abus¨® en esta ocasi¨®n de una de sus rentas, que no fueron ni la defensa, ni el poder de Mart¨ªn, ni el contraataque, ni la actuaci¨®n de alguno de los norteamericanos, ni la tradicional y cacareada dedicaci¨®n de sus jugadores hasta el ¨²ltimo minuto. El Estudiantes comenz¨® a perder cuando, dada su ventaja de 10 puntos y el desconcierto madridista, era previsible su victoria. Entonces pudo el peso de la historia porque se trataba de mantener el liderato en el pabell¨®n. Y un sudor fr¨ªo, acompa?ado de precipitaci¨®n, le descompuso por unos minutos. No fue el Madrid, al que luego salv¨® Romay en los minutos finales con su poder intimidador.Desde el minuto tres hasta el 35 el Estudiantes domin¨® el marcador. Mantuvo su condici¨®n de l¨ªder con todas las consecuencias porque l¨ªderes modestos suelen ser pasto goloso de un marcador escandaloso en el pabell¨®n, donde suelen acabar con sus delirios. ?se parec¨ªa el papel a desempe?ar por el equipo estudiantil, si no fuera porque sali¨® sereno, con cabeza, jugando bien y desarticulando a un Madrid que mostr¨® tal gama de imperfecciones que ya es dif¨ªcil repetirla. Lafuente y Montes, presionando desde arriba al juego de dos bases, consiguieron lo que se propon¨ªan: que el Madrid jugara al ritmo del Estudiantes, que no es otro que la acci¨®n guerrillera en todo el campo. En un contraataque espectacular, el equipo mostr¨® una falta de respeto a las instituciones vigentes digna de sorpresa. En el descanso venc¨ªa por 57-52.
En el Madrid el desconcierto fue absoluto. Biriukov qued¨® en entredicho ante la presi¨®n de Lafuente, Iturriaga no est¨¢ para nada estos d¨ªas, Townes ya no es que no tire, sino que falla el lanzamiento aun cuando est¨¢ solo, y Mart¨ªn y Robinson se quedaron solos a luchar, porque otra cosa no puede decirse, con Pinone y Rodr¨ªguez. S¨®lo Del Corral est¨¢ en buena disposici¨®n y tard¨® menos tiempo de lo habitual en sustituir a Townes.
La ventaja de diez puntos lleg¨® en la segunda parte, cuando la agon¨ªa madridista era evidente y su impotencia sorprendente. Fue entonces cuando el Estudiantes quiso correr demasiado deprisa para sentenciar el partido y se equivoc¨®. Tir¨® sin cuento, escondiendo el miedo a la victoria, porque en ese instante iba para ganador. Garrido, el t¨¦cnico, sac¨® entonces a Vicente Gil para buscar la luz de la experiencia, aun cuando el Real Madrid hab¨ªa reducido a un punto la diferencia. Le dejaron tomar un respiro y lo aprovech¨® bien, sobre todo por la eficaz defensa de Townes a Russell, quien se oscureci¨®. En Townes el Madrid ha encontrado a un gran defensor, pero a un miedoso tirador. Mejor ser¨¢ que lo acepten as¨ª, de momento, para hacerlo m¨¢s rentable.
Y, aunque sigui¨® el dominio estudiantil, con ventajas de cinco puntos, la cuenta de personales empez¨® a ir en su contra, mientras el ataque madridista se aliviaba con los impecables lanzamientos de tiros libres (95% de efectividad y 22 de los 50 puntos conseguidos en el segundo per¨ªodo). A falta de cinco minutos el empate se manten¨ªa.
Y, al final, con el equipo local viviendo del gota a gota de los tiros libres, lleg¨® la intimidaci¨®n de Romay bajo los tableros. Empe?ado el Estudiantes en juga rm¨¢s cerca de la canasta, se encontr¨® con el largo manotazo de Romay, guardameta del aro que paraba a taponazos todo bal¨®n que volaba por el aire. Lo hizo en cinco ocasiones consecutivas para frustrar el final de infarto. Pero el Estudiantes, transformado en l¨ªder, se mantuvo m¨¢s que dignamente: busc¨® la victoria, que no es poco.
?Y la Demencia? Inmejorable. Derrot¨® en toda regla a la obtusa afici¨®n madridista. Domin¨® todos los rincones del pabell¨®n, desde su peque?o habit¨¢culo, con sus c¨¢nticos y consignas. La afici¨®n contraria no tuvo otra salida que la imitaci¨®n. Y la Demencria, trasplantada de madridista, result¨® rid¨ªcula. ?No ser¨ªa mejor que el Madrid, para su secci¨®n de baloncesto, fichara a la Demencia? El principal problema, aparte de otros de tipo estructiral, ser¨ªa que ¨¦sta, por su idiosincrasia, s¨®lo aceptar¨ªa rupias, dinhares, maraved¨ªes o qui¨¦n sabe si doblones de oro.
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