El control de las diputaciones dificulta las negociaciones para elegir al presidente de la Xunta

Las resistencias de algunos presidentes de diputaciones gallegas a aceptar la p¨¦rdida de independencia en el gobierno de las corporaciones provinciales, exigida por Coalici¨®n Galega para apoyar la elecci¨®n de Gerardo Fern¨¢ndez Albor como presidente de la Xunta, puede bloquear la reelecci¨®n del candidato de Coalici¨®n Popular. El acuerdo de principio entre el PSOE y el PSG-Esquerda Galega para promover un gobierno de progreso, junto con la crisis interna de Coalici¨®n Popular, provocan incertidumbre sobre la sesi¨®n de investidura que tendr¨¢ lugar ma?ana y en la cual el presidente del Parlamento gallego, Antonio Ros¨®n, propondr¨¢ la candidatura de Fern¨¢ndez Albor.

A lo largo del d¨ªa de ayer, los dirigentes populares negociaron con los presidentes de las diputaciones provinciales -aut¨¦nticos reinos de taifas dentro de la Coalici¨®n- el apoyo y la firma de las exigencias puestas por Coalici¨®n Galega para votar a favor de la investidura de Fern¨¢ndez Albor como presidente de la Xunta. El resultado se sabr¨¢ hoy, cuando Coalici¨®n Popular y Coalici¨®n Galega mantengan una nueva reuni¨®n.A pesar de haber manifestado su intenci¨®n de no entrar en pactos de Gobierno, Antonio D¨ªaz Fuentes, presidente de Coalici¨®n Galega, manifest¨® a EL PA?S: "Tal vez tengamos que reconsiderar nuestra actitud si ma?ana [por hoy] no nos satisface la respuesta de la Coalici¨®n Popular a los seis puntos". "Galicia", agreg¨®, "no puede estar sin Gobierno y, para ello, habr¨¢ que hacer algo". D¨ªaz Fuentes se muestra esc¨¦ptico sobre las garant¨ªas que los conservadores puedan dar a las seis medidas solicitadas, "dada la falta de autoridad interna que revelan los procesos congresuales de Alianza Popular en las provincias".

La Coalici¨®n Popular tiene ante s¨ª un empe?o muy dif¨ªcil porque las seis medidas solicitadas por los reformistas gallegos vienen a recortar sensiblemente el poder de las diputaciones, sobre el que asientan su influencia algunos de los jefes pol¨ªticos de la derecha gallega, como Francisco Cacharro Pardo y Victorino N¨²?ez. El primero, presidente de la Diputaci¨®n de Lugo, ha declarado que se niega al recorte de la autonom¨ªa provincial. Y el segundo, presidente de la Diputaci¨®n de Orense y de uno de los partidos que integran la Coalici¨®n Popular, ha sido m¨¢s contundente al descalificar, en unas declaraciones publicadas en la Prensa gallega, las negociaciones pol¨ªticas con Coalici¨®n Galega, cuyas condiciones consider¨® que no deben ser asumidas en ning¨²n caso" y tach¨® de improcedentes.

Gobierno de progreso

Mientras tanto, socialistas y nacionalistas intentan atraer a Coalici¨®n Galega a la formaci¨®n del llamado gobierno de progreso. Los 11 esca?os de los reformistas son imprescindibles para superar, junto con los 22 del PSOE y los tres del PSG-EG, los 34 de Coalici¨®n Popular.Despu¨¦s de los comicios auton¨®micos, todo indicaba que iba a ser Fern¨¢ndez Albor el seguro presidente del Gobierno gallego. Para ello necesitaba la abstenci¨®n de un grupo parlamentario o dos votos afirmativos en la sesi¨®n de investidura.

Los profundos enfrentamientos internos, con pu?etazos e insultos incluidos -como en la frustrada asamblea de Alianza Popular en Lugo-, unido a cierto distanciamiento entre Gerardo Fern¨¢ndez Albor,y Jos¨¦ Luis Barreiro Rivas, secretario regional de AP y ex vicepresidente de la Xunta, impidieron tomar la iniciativa de las negociaciones a la Coalici¨®n Popular. Fueron los restantes partidos los que las iniciaron.