El Parlamento dan¨¦s veta la reforma de la CE
CORRESPONSALES, El Folketing, Parlamento dan¨¦s, vet¨® ayer las reformas al Tratado de Roma acordadas el mes pasado por los otros 11 miembros de la Comunidad Europea (CE) -con la participaci¨®n ya en esa ocasi¨®n de Espa?a y Portugal-. El Gobierno de coalici¨®n de centro-derecha presidido por Poul Schl¨¹ter apoyaba la reforma, pero es minoritario en la C¨¢mara. El principal grupo de la oposici¨®n, el Partido Socialdem¨®crata, ha forzado con su voto en contra el no dan¨¦s a la reforma. Schl¨¹ter, que no quiere anticipar las elecciones generales, hab¨ªa anunciado antes del debate parlamentario que, en caso de salir derrotado, someter¨ªa la cuesti¨®n a refer¨¦ndum.
La resoluci¨®n de la oposici¨®n socialdem¨®crata contra el paquete de reformas fue aprobada con 80 votos contra 75, con una abstenci¨®n. La resoluci¨®n exige que Dinamarca negocie de nuevo las reformas con los otros 11 miembros de la Comunidad, y que cualquier acuerdo nuevo ha de ser aprobado por el Parlamento dan¨¦s, informa Ricardo Moreno.Dinamarca, al no aprobar el Folketing la reforma, no podr¨¢ firmar ¨¦sta en el encuentro de los ministros de Asuntos Exteriores de los doce en Luxemburgo, inicialmente previsto para el 27 de enero. La Comunidad renunci¨® ayer a que se celebre la reuni¨®n en esa fecha, en parte porque Italia, en el polo opuesto de Dinamarca, quiere tambi¨¦n consultar antes a su Parlamento.
La reforma trata de ampliar las decisiones por mayor¨ªa para llegar a un verdadero mercado interior sin barreras en 1992 y otorga nuevos poderes, aunque muy limitados, al Parlamento Europeo. El rechazo dan¨¦s -si el refer¨¦nduni no cambiara la situaci¨®n- abrir¨ªa una profunda crisis en la CE. Para ser v¨¢lida la reforma, ha de ser suscrita por todos los pa¨ªses miembros de la Comunidad y pos teriormente ratificada por todos los Parlamentos, ya que es necesaria la unanimidad, informa Andr¨¦s Ortega.
Consecuencias internas
Las consecuencias de esta derrota no se agotan en las relaciones no siempre fluidas de Dinamarca con la Comunidad, sino que se har¨¢n sentir tambi¨¦n en el plano de la pol¨ªtica interna. La cuesti¨®n va a ser dilucidada a trav¨¦s de una consulta popular a cuyo veredicto han prometido someterse los enemigos de la reforma. El refer¨¦ndum probablemente se celebrar¨¢ a finales de febrero.
Tras la votaci¨®n parlamentaria, cuyo resultado negativo era considerado inevitable hasta por el propio ministro de Asuntos Exteriores, Uffe Elleman-Jensen, ¨¦ste viajar¨¢ a todas las capitales de los dem¨¢s pa¨ªses de la Comunidad para informar personalmente sobre la situaci¨®n creada.
El debate parlamentario se orient¨® hacia la eventualidad de que el Gobierno pudiera renegociar con sus pares de la CE el paquete de reformas. Esto fue descartado, sin embargo, por el ministro Elleman-Jensen, quien dijo que, en las negociaciones realizadas, los dem¨¢s pa¨ªses hab¨ªan aceptado expresamente ciertas exigencias danesas, tales como las relacionadas con la preservaci¨®n del medio ambiente y la total libertad de Dinamarca para continuar trabajando juntamente con los dem¨¢s pa¨ªses n¨®rdicos.
Los socialdem¨®cratas, a trav¨¦s de la presidenta de la comisi¨®n sobre los problemas de la Comunidad, Eva Norgaard, sostuvieron que obtener un convenio mejor o rechazar el paquete en su totalidad significar¨ªa en cualquier caso que Dinamarca continuar¨ªa como hasta ahora en su condici¨®n de miembro de la CE. Este criterio, sin embargo, no es compartido por el Gobierno, que sostiene que una negativa a las reformas constituye el primer paso para el abandono de la Comunidad, lo que tendr¨ªa, seg¨²n su parecer, consecuencias econ¨®micas muy desfavorables para Dinamarca.
La mayor¨ªa que decidi¨® el rechazo de las reformas est¨¢ constituida por el Partido Socialdem¨®crata, el Socialista Popular y el Social Liberal. Este partido, que forma parte de la coalici¨®n del Gobierno y que ha sido solidario con su pol¨ªtica econ¨®mica, se ha considerado en libertad de votar en discrepancia en problemas de pol¨ªtica exterior, lo que ha creado m¨¢s de una situaci¨®n inc¨®moda, particularmente en lo que tiene relaci¨®n con las obligaciones originadas por su condici¨®n de miembro de la OTAN. Ahora la situaci¨®n se repite respecto a la Comunidad Europea y en medios gubernamentales no se oculta la preocupaci¨®n respecto al futuro de la coalici¨®n de centro-derecha.
Soberan¨ªa nacional
Los socialdem¨®cratas creen que las reformas minan la soberan¨ªa nacional, y estiman que la elimina ci¨®n de las barreras comerciales atentar¨ªa contra sus exigentes nor mas de calidad. Tampoco quieren dar nuevos poderes al Parlamento Europeo, pues, seg¨²n ellos, se menoscabar¨ªa la soberan¨ªa nacional, ni que se hable de una pol¨ªtica exterior com¨²n de los doce que deje al margen a pa¨ªses escandinavos no miembros de la Comunidad Europea, como Noruega. Sin embargo, no existe unanimidad al respecto dentro del Partido Socialdem¨®crata.
Se considera que el l¨ªderde ¨¦ste, Anker J?rgensen, de cuya mano de primer ministro ingres¨® Dinamarca en la CE en 1973, ha sido empujado a sumarse a la posici¨®n negativa por el ala izquierda de su partido y por la presi¨®n del Partido Socialista Popular. A ello se suma una lucha interna por la sucesi¨®n de J?rgensen, de cuyo relevo en la direcci¨®n del partido se habla desde hace alg¨²n tiempo. Esto se vincula adem¨¢s con su presentaci¨®n para la jefatura del Gobierno en el caso nada extra?o de que las pr¨®ximas elecciones lleven el triunfo a los socialdem¨®cratas. El resultado de la votaci¨®n parlamentaria y del refer¨¦ndum previsto pueden entonces actuar adem¨¢s como detonante en el plano pol¨ªtico interno y en un reacondicionamiento de las distintas fuerzas.
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