Nicaragua y la Iglesia

El domingo d¨ªa 12 de este mes de enero emiti¨® Televisi¨®n Espa?ola un programa titulado La verdad sobre la Iglesia en Nicaragua. Ya el t¨ªtulo del mismo pod¨ªa sugerir una actitud dogm¨¢tica y adoctrinante: no se trataba, al parecer, de informar o confrontar opiniones para que el telespectador se formara su criterio propio, sino de manifestarle solemnemente la verdad. El desarrollo del programa materializ¨® con cumplida perfecci¨®n las expectativas negativas de su t¨ªtulo.Efectivamente, ante una realidad que ha generado tomas de posici¨®n enormemente diversas, como es el proceso revolucionario nicarag¨¹ense y la decisiva participaci¨®n de miembros de la Iglesia cat¨®lica en el mismo, cuya ¨²nica presentaci¨®n objetiva requer¨ªa, por tanto, ser pluralista, el programa estuvo dominado por un tono absolutamente monocorde: s¨®lo son¨® la voz del cardenal Obando y la de Jos¨¦ Luis Mart¨ªn Descalzo, alabando y arropando dicha figura. Es sabido que monse?or Obando no se ha caracterizado -dicho eufem¨ªsticamente- por sus simpat¨ªas hacia el r¨¦gimen sandinista. Sus opiniones, sin duda, son tan respetables informativamente como las de sus contradictores; lo malo es que en el monopolio ejercido se convert¨ªan en la verdad. Y se vertieron acusaciones contra el Gobierno nicarag¨¹ense con la impunidad -e indefensi¨®n del telespectador para formarse un juicio propio- de quien silencia la parte contraria.

Hubo, ciertamente, un momento de lucidez en el programa: cuando afirm¨® Mart¨ªn Descalzo que en Espa?a "hab¨ªa mucha informaci¨®n tendenciosa sobre Nicaragua"; olvid¨® se?alar que el programa representaba un claro ejemplo de tal tendenciosidad.

Algo especialmente grave es que tales actitudes se impongan en los espacios de un ente p¨²blico, apropiado claramente en este caso como veh¨ªculo de propaganda pol¨ªtica unilateral y encono de la dram¨¢tica situaci¨®n que vive un pueblo hermano.-

Presidente de la Asociaci¨®n de Amistad Hispano-Nicarag¨¹ense Rub¨¦n Dar¨ªo.