Rebaja de la pena contra los cazadores furtivos de Medina Sidonia

El juicio contra 13 ciudadanos de Medina Sidonia acusados de sedici¨®n qued¨® visto para sentencia. El fiscal rebaj¨® la petici¨®n inicial de dos a?os para cada procesado por la de un mes y un d¨ªa. Los hechos ocurrieran el 23 de octubre de 1982, cuando varios centenares de vecinos se concentraron ante el cuartel de la Guardia Civil para pedir la libertad de tres j¨®venes detenidos por caza furtiva. En la concentraci¨®n se produjo un apedreamierito sobre el cuartel, y la Guardia Civil hizo uso de material antidisturbios. La sustancial modificaci¨®n en la petici¨®n del fiscal sorprendi¨® a los numerosos asistentes a la vista oral seguida ayer en la secci¨®n segunda de la Audiencia Provincial de C¨¢diz. El ministerio p¨²blico rebaj¨® su solicitud de dos a?os de prisi¨®n por la te¨®rica de un mes y un d¨ªa. Si la sentencia atendiese la petici¨®n del fiscal, los acusados quedar¨ªan en libertad porque ya estuvieron casi un mes en prisi¨®n preventiva.

El juicio despert¨® gran inter¨¦s por el recuerdo de los hechos. A las puertas de la Audiencia, varias fuerzas sindicales y pol¨ªticas instalaron pancartas, en la sala hab¨ªa numerosos vecinos de Medina Sidonia, dirigentes sindicales y pol¨ªticos, senadores y el diputado del PSOE Ram¨®n Vargas Machuca, que en su d¨ªa intent¨® una mediaci¨®n.

El 23 de octubre de 1982 varios Cente nares de vecinos de Medina Sidonia se concentraron ante el cuartel de la Guardia Civil para pedir la liberaci¨®n de tres j¨®venes, detenidos por cazar furtivamente en las fincas La Cantora y El Yeso. Hacia la medianoche, y en un ambiente de gran tensi¨®n, el diputado Vargas Machuca, que regresaba de un acto electoral, intent¨® mediar, sin conseguirlo. Instantes despu¨¦s se produjo un apedreamiento del cuartel y una carga de la Guardia Civil contra lqs concentrados. Una semana despu¨¦s, la Guardia Civil detuvo a seis personas, y siete d¨ªas m¨¢s tarde, a otras siete, que fueron trasladadas a la prisi¨®n de C¨¢diz, de la que salieron a los 23 d¨ªas bajo fianza de 300.000 pesetas cada uno. El fiscal les acus¨¦ de sedici¨®n.

Reconocieron su presencia

En la vista p¨²blica, los acusados reconocieron su presencia en la concentraci¨®n, pero negaron su autor¨ªa en el apedreamiento, y aseguraron que la iluminaci¨®n era deficiente como para reconocerse. Varios guardias civiles s¨ª reconocieron, sin embargo, a los acusados, principalmente a tres de ellos: los hermanos Aurora y Luis Macas y Juan Astorga. Finalmente, en la lectura de los informes el fiscal se reafirm¨® en la sedici¨®n pero rebaj¨®, ante la sorpresa general, la pena a su grado m¨ªnimo. En su exposici¨®n, el fiscal jefe, Jaime Ollero, dijo que ante la deprimida situaci¨®n social de la zona muchos tienen que recurrir al "deporte de la caza". El defensor, Jos¨¦ Manuel Jare?o, se deshizo en elogios hacia el fiscal, pero dej¨® entrever en su informe la responsabilidad del cabo primero comandante accidental de puesto en aquel momento Jos¨¦ Priego, que dos meses despu¨¦s fue trasladado de puesto.