Pablo de Azcarate y el nacimiento de un Estado
Pablo de Azc¨¢rate no era un diplom¨¢tico de carrera; catedr¨¢tico de universidad, empez¨® a trabajar en los a?os veinte en la Sociedad de Naciones, de la que lleg¨® a ser secretario general adjunto hasta que renunci¨® a ese cargo, en septiembre de 1936, cuando el Gobierno republicano le pidi¨® que aceptase la Embajada de Espa?a en Londres. Durante la II Guerra Mundial sigui¨® desplegando en Londres, al lado de Juan Negr¨ªn, una intensa labor pol¨ªtica defendiendo la causa de la democracia espa?ola. Cuando en 1945 empieza a funcionar la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas, era l¨®gico que utilizase la experiencia de antiguo funcionario de la Sociedad de Naciones.A finales de 1947, Pablo de Azc¨¢rate recibi¨® la propuesta del secretario general de la ONU de hacerse cargo, al lado del norteamericano Ralph Bunche, de la secretar¨ªa de la reci¨¦n constituida Comisi¨®n de Palestina. Azc¨¢rate no s¨®lo acept¨®, sino que insisti¨® en la necesidad de que la ONU estuviese presente sobre el terreno; en marzo de 1948 lleg¨® a Jerusal¨¦n al frente de un grupo avanzado de la citada comisi¨®n, en el que figuraban un coronel noruego, un economista indio y un jurista griego. Eran las ¨²ltimas semanas del mandato que el Reino Unido ven¨ªa desempe?ando en Palestina desde hac¨ªa 25 a?os; las fuerzas militares brit¨¢nicas, responsables en teor¨ªa del orden, preparaban su evacuaci¨®n en medio de la guerra que se estaba desarrollando entre jud¨ªos y ¨¢rabes.
La tesis de la ONU en ese momento es la partici¨®n de Palestina para constituir dos Estados, uno ¨¢rabe y otro jud¨ªo. La llegada del grupo avanzado, de la ONU es acogida con alegr¨ªa por la Agencia Jud¨ªa, que era el embri¨®n del futuro Estado israel¨ª; en efecto, la partici¨®n, legitimada por la ONU, daba una base legal a la creaci¨®n de ¨¦se Estado; los ¨¢rabes, en cambio, se oponen totalmente a esa tesis; para ellos Palestina es ¨¢rabe sin m¨¢s, y el problema es expulsar a los jud¨ªos; por eso sabotean el ¨®rgano de la ONU, que se desenvuelve, con escasa protecci¨®n brit¨¢nica y con dificultades sin nombre, en un Jerusal¨¦n ya dividido y teatro de permanentes combates.
Cuando se acerca la fecha fat¨ªdica del 14 de mayo, fin del, Mandato brit¨¢nico, la Asamblea de la ONU celebra una sesi¨®n especial y Azc¨¢rate es llamado a Nueva York. La Comisi¨®n de Palestina es disuelta y se crean tres nuevos ¨®rganos: una Comisi¨®n Consular de Tregua, formada por los c¨®nsules en Jerusal¨¦n de Francia, B¨¦lgica y EE UU, de la que Azc¨¢rate es designado secretario. El conde Bernadotte es nombrado mediador de la ONU. A la vez, para afirmar el car¨¢cter internacional de Jerusal¨¦n, la ONU designa a un cu¨¢quero norteamericano, Harold Evans, como comisario municipal de dicha ciudad, pero mientras ¨¦ste toma posesi¨®n (cosa que nunca ocurrir¨¢), Azc¨¢rate -que ha logrado volver casi por milagro a un Jerusal¨¦n, el 11 de mayo, en plena guerra- es nombrado asimismo comisario municipal provisional.
Es, sin duda, el per¨ªodo m¨¢s peligroso de las diversas misiones que le toca desempe?ar. Palestina est¨¢ ya dividida; Israel proclama su nacimiento en Tel Aviv y logra ampliar su territorio con r¨¢pidas operaciones militares; en Jerusal¨¦n se apodera de la parte moderna sin excesivo problema. Azc¨¢rate se esfuerza por mantener contacto con las dos administraciones que han surgido, la jud¨ªa y la ¨¢rabe, pero pasar de una parte de la ciudad a la otra es una aventura, atravesando el frente, con largos rodeos a pie, con las maletas cargadas en una mula, por las afueras de la ciudad. No se puede olvidar que en ese Jerusal¨¦n, poco tiempo despu¨¦s, un atentado pondr¨¢ fin a la vida del conde Bernadotte y, m¨¢s tarde, a la del rey Abdullah. de Jordania. Por otro lado, la eficacia de esas gestiones" peligros¨ªsimas, era nula. Los jud¨ªos y los ¨¢rabes organizaban sus territorios cada uno por su lado; el comisario de la ONU visit¨® alguna escuela u hospital, sobre todo en la zona jud¨ªa. Pero la idea de que la ONU pod¨ªa heredar algo del mandato brit¨¢nico era pura ficci¨®n.
En realidad, lo ¨²nico eficaz que la ONU puede hacer es intentar poner fin a las hostilidades, ayudar a que se negocie una tregua entre los jud¨ªos y lo S ¨¢rabes. Para ello no resulta eficaz la Comisi¨®n Consular, que se reun¨ªa en el consulado franc¨¦s de Jerusal¨¦n, en medio de un tiroteo casi permanente en los alrededores, que cost¨® la vida, el 22 de mayo de 1948, a uno de sus miembros, el c¨®nsul de EE UU Thomas Wasson. Sus funciones fueron asumidas por el mediador, el conde Bernadotte, que obtiene quiz¨¢ el resultado m¨¢s importante en toda la acci¨®n que la ONU ha desplegado en la cuesti¨®n de Palestina: una tregua en los combates, cuyo cumplimiento era vigilado por un cuerpo de observadores internacionales.
En ese per¨ªodo, de junio a diciembre de 1948, Pablo de Azc¨¢rate fue el representante del mediador de las Naciones Unidas (Bernadotte, hasta su asesinato, el 17 de septiembre, y Ralph Bunche, despu¨¦s) cerca del Gobierno egipcio y de la Liga ?rabe. En su etapa de Jerusal¨¦n hab¨ªa establecido una relaci¨®n m¨¢s estrecha con los dirigentes de la Agencia Jud¨ªa; en este per¨ªodo en El Cairo, su trabajo se iba a enfocar sobre todo a convencer a los dirigentes ¨¢rabes de que les conven¨ªa colaborar con la acci¨®n de paz de las Naciones Unidas. A comienzos de 1949, la tregua se transform¨® en los cuatro armisticios firmados en la isla de Rodas, primero entre Israel y Egipto, luego con L¨ªbano, Jordania y Siria.
Pero Azc¨¢rate estaba ya entonces iniciando su ¨²ltima etapa, la m¨¢s larga y sin duda la m¨¢s dura y poco gratificante en relaci¨®n con el problema palestino; la Asamblea General de la ONU hab¨ªa nombrado una Comisi¨®n de Conciliaci¨®n, encargada de lograr "un arreglo final de todas las cuestiones pendientes" entre los Gobiernos de la zona; se trataba, pues, de preparar, no ya un cese de hostilidades, sino una paz estable y constructiva en Oriente Pr¨®ximo. Azc¨¢rate fue nombrado secretario principal de dicha comisi¨®n, que estaba formada por los representantes de Francia, EE UU y Turqu¨ªa; dicha comisi¨®n organiz¨® innumerables reuniones, en particular dos conferencias, una en Lausanne, en 1949, y otra en Par¨ªs, en 1951. Esta larga experiencia pon¨ªa de relieve la imposibilidad de encontrar puntos de coincidencia entre Israel y los Estados ¨¢rabes. Resulta sorprendente comprobar hoy hasta qu¨¦ punto los mismos problemas, trazado de las fronteras, retorno de los refugiados, estatuto de Jerusal¨¦n, que entonces hac¨ªan imposible una conciliaci¨®n, siguen estando en el centro de las discusiones actuales sobre el problema palestino.
Terrible decepci¨®n .
Con esa larga experiencia, Azc¨¢rate sufri¨®, una terrible decepci¨®n: ¨¦l hab¨ªa tenido siempre una propensi¨®n a confiar en la virtud de la negociaci¨®n para resolver cualquier problema internacional. De ah¨ª nac¨ªa, sin duda, su entusiasmo inicial, al ponerse a trabajar en el tema palestino, y su amargura al final fue profunda. Sin embargo, merece reflexi¨®n que, mientras la Espa?a de Franco estaba excluida de las Naciones Unidas, una personalidad espa?ola sin pasaporte mereciese un apreciable grado de confianza de la comunidad internacional para desempe?ar funciones diplom¨¢ticas y pol¨ªticas relevantes. Para ello ten¨ªa que compensar con eficacia y profesionalidad la carencia de apoyo estatal, cosa nada f¨¢cil en el ambiente de la ONU.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.