Una decisi¨®n larga y ag¨®nica
"Solamente un terremoto, un se¨ªsmo, cambiar¨ªa la actual actitud de los espa?oles contraria a la OTAN", dec¨ªa, a comienzos de mayo de 1983, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra. Menos de tres a?os despu¨¦s, el se¨ªsmo parece haberse producido, al menos por lo que al vicepresidente respecta: ayer, el propio Guerra mostraba su absoluta convicci¨®n en que el Gobierno ganar¨¢ el refer¨¦ndum, en que ser¨¢ favorable a la permanencia del pa¨ªs en la Alianza Atl¨¢ntica.Un largo, doloroso, per¨ªodo de "reconversi¨®n y ajuste", en palabras de un dirigente socialista, ha sido preciso para llegar a la convocatoria de este refer¨¦ndum.
No es sino en torno a la primavera de 1983 cuando comienza a apreciarse el cambio de orientaci¨®n en la pol¨ªtica socialista hacia la Alianza Atl¨¢ntica. Todav¨ªa en junio de aquel a?o, el presidente Felipe Gonz¨¢lez aseguraba a sus parlamentarios que el Gobierno ser¨ªa "neutral" en relaci¨®n con el refer¨¦ndum prometido en el programa electoral.
Un a?o despu¨¦s, en junio de 1984, la calculada ambig¨¹edad de Gonz¨¢lez ya proclamaba que el Gobierno no era partidario "ni del neutralismo ni de la plena integraci¨®n militar" en la Alianza.
Se completa el giro
En octubre, dos meses antes de la celebraci¨®n del 309 congreso del PSOE, que iba a decantar definitivamente las cosas, el giro de Felipe Gonz¨¢lez se hab¨ªa completado. Pero las bases socialistas se mostraban levantiscas y la opini¨®n p¨²blica parec¨ªa sensiblemente influenciada por la anterior campa?a antiatlantista llevada a cabo por los socialistas.En tales condiciones, el se¨ªsmo que, seg¨²n Guerra, se har¨ªa necesario para cambiar la actitud de los espa?oles parec¨ªa dif¨ªcil de lograr. Algunas voces surgieron dentro del PSOE, p¨²blica y privadamente, recomendando el olvido de la celebraci¨®n del refer¨¦ndum y la anticipaci¨®n de las elecciones generales.
Pero, en el debate sobre el estado de la naci¨®n, de octubre de 1984, Gonz¨¢lez proclam¨® su dec¨¢logo sobre seguridad exterior y fij¨® para febrero de 1986 la fecha en la que la consulta popular deb¨ªa tener efecto.
Desde entonces, todo han sido incertidumbres, presiones de la oposici¨®n (y no s¨®lo) contra el refer¨¦ndum e imprecisiones legales -muy pocos parec¨ªan conocer a fondo la Ley Org¨¢nica del Refer¨¦ndum
Aplazamientos varios
Los varios aplazamientos del prometido debate parlamentario sobre seguridad exterior ilustran perfectamente el clima vivido dentro del Gabinete, varios de cuyos integrantes se mostraron m¨¢s de una vez -siempre en privado- contrarios a una consulta popular que parec¨ªa "peligrosa" y "sin sentido".'La alarma de quienes, desde fuera del Gobierno, se mostraban favorables a la celebraci¨®n del refer¨¦ndum fue creciendo desde que el prometido debate sobre pol¨ªtica y seguridad exterior no se celebr¨® como estaba previsto en abril del pasado a?o.
Al mismo tiempo, crec¨ªa el contento de la oposici¨®n conservadora y la centrista, que ve¨ªan c¨®mo parec¨ªan cumplirse sus profec¨ªas en el sentido de que la consulta popular no iba, finalmente, a celebrarse. ?Cab¨ªa mejor prueba que el aplazamiento del debate parlamentario, ligado, de alguna manera entonces todav¨ªa imprecisa, a la convocatoria del refer¨¦ndum en una fecha precisa?
El debate se pospuso en cuatro ocasiones, la ¨²ltima de ellas en noviembre: el secretario de Estado para las Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, pidi¨® otro aplazamiento, esta vez hasta febrero. Felipe Gonz¨¢lez justific¨® el retraso por "problemas de calendario" y cit¨®, adem¨¢s de la gran actividad del Parlamento, sus pr¨®ximos viajes a Luxemburgo y Bruselas.
Por su parte, el conjunto de las fuerzas parlamentarias de oposici¨®n critic¨® la decisi¨®n de aplazar el debate sobre seguridad y pol¨ªtica exterior.
El rumor de la crisis auton¨®mica
Paralelamente, se difund¨ªa el rumor de que algunos altos cargos socialistas barajaban la posibilidad de evitar la celebraci¨®n del refer¨¦ndum provocando una crisis en alguna comunidad aut¨®noma. As¨ª, la consiguiente celebraci¨®n de elecciones en esa comunidad evitar¨ªa la consulta sobre la OTAN, en virtud de las disposiciones legales, que proh¨ªben que un refer¨¦ndum se realice a menos de tres meses de distancia de unas elecciones.Pero, finalmente, se estableci¨® para el 4 de febrero de 1986 la celebraci¨®n de una sesi¨®n parlamentaria ¨²nica para el debate de pol¨ªtica exterior y la autorizaci¨®n parlamentaria de la convocatoria del refer¨¦ndum sobre la Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte.
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