Freitas y Soares se acusan mutuamente de dividir a los portugueses

El candidato conservador a la presidencia de la Rep¨²blica portuguesa, Diego Freitas do Amaral, acusa a su rival socialista de dividir a los portugueses entre izquierdas y derechas y de pretender alcanzar la jefatura del Estado a trav¨¦s de los votos del miedo. Mario Soares considera que la presidencia de la naci¨®n no puede ser ocupada, 12 a?os despu¨¦s de la revoluci¨®n de los claveles, por una personalidad que no luch¨® contra la dictadura salazarista y no tiene "nada que ver" con el 25 de abril de 1974. Tal es, en resumen, el contenido del debate televisado el martes por la noche entre los aspirantes a ocupar el Palacio de Belem.La hora y media de debate, animado e incisivo en la primera parte, con los dos adversarios procurando abrir las defensas del antagonista y aprovechar sus puntos d¨¦biles, perdi¨® el ritmo despu¨¦s de una pausa, con ventaja de un Freitas m¨¢s fr¨ªo y met¨®dico sobre un Soares m¨¢s apasionado.

Soares fue m¨¢s brillante, estuvo m¨¢s a sus anchas y consigui¨® varias veces establecer con el electorado de izquierda una especie de complicidad tejida con alusiones a un pasado com¨²n, m¨¢s o menos lejano, del que excluy¨® sistem¨¢ticamente al democristiano, "un hombre que se convirti¨® a la democracia a los 31 a?os", tras la ca¨ªda de la dictadura.

Pol¨¦mica con los apoyos

La pol¨¦mica acerca de los apoyos del partido comunista a Mario Soares y de la extrema derecha involucionista a Freitas tuvo el m¨¦rito de poner en evidencia el papel decisivo que ambos atribuyen al electorado comunista en el desenlace de los comicios.Freitas dijo que Soares le felicit¨® en varias ocasiones por el papel que desempe?¨® como l¨ªder del Centro Democr¨¢tico Social (CDS) para contener y convertir a la democracia a los sectores m¨¢s reaccionarios de la derecha portuguesa; record¨® el Gobierno de coalici¨®n entre el Partido Socialista (PS) y el CDS de 1979, y revel¨® que en 1984 Soares, entonces primer ministro, le invit¨® a formar parte de la comisi¨®n de honor del d¨¦cimo aniversario de la revoluci¨®n.

Soares se present¨® como el mejor garante de la estabilidad pol¨ªtica y social, capaz de dialogar con empresarios y trabajadores para convencerles de suscribir un contrato de progreso para la modernizaci¨®n de la econom¨ªa y de la sociedad lusas, pero Freitas le contest¨® recordando "el p¨¦simo Gobierno" de Soares y la estrepitosa derrota socialista en octubre.

Freitas, quien defiende que la elecci¨®n no es ideol¨®gica, sino que se trata de escoger la personalidad m¨¢s adecuada para ser el "presidente de todos los portugueses", llev¨® el duelo a su terreno y consigui¨® dos tantos importantes: cuando evidenci¨® con citas las muchas contradicciones del discurso de Soares en los ¨²ltimos a?os, y cuando devolvi¨® al l¨ªder socialista la acusaci¨®n de fomentar la divisi¨®n de la sociedad portuguesa, al tiempo que se presenta como "el candidato del pueblo de izquierda" y pretende reducir a la condici¨®n de "ciudadanos de segunda" a los muchos millones de portugueses que no intervinieron en la lucha contra la dictadura.