Carta abierta a los asesinos d mi hermano

Despu¨¦s de los momentos de profunda emoci¨®n y ternura por la p¨¦rdida de mi querido hermano y amigo, que sustituy¨® a mi padre, a quien no conoc¨ª porque tambi¨¦n me lo quitaron. Mis pensamientos ahora son de inmensa pena y compasi¨®n hacia ustedes (s¨®lo hablo de t¨² a las gentes de bien).Me imagino estar¨¢n ahora escondidos esperando otra orden de asesinato. Mil preguntas me gustar¨ªa hacerles personalmente si no se escondieran en el cobarde anonimato; pero s¨ª me gustar¨ªa decirles, como vasco orgulloso de serlo, ?c¨®mo se atreven a titular estos hechos como la guerra de ETA? En mi opini¨®n, siempre personal, en una guerra dos bandos defienden sus ideas en el campo de batalla, con honor y con valent¨ªa. ?C¨®mo se atreven ustedes a titularse Comando Espa?a?

Este nombre se acrisol¨® a trav¨¦s de siglos de nuestra historia con la sangre y el honor de tantas gentes, entre las que se destacaron en no pocas ocasiones aquellos que llevan en sus venas, lo mismo que yo, sangre noble y vasca.

Aparte de estas ideas que siento en lo m¨¢s hondo de mi ser, quiero expresarles ahora mi profunda gratitud por hacerme sentir orgulloso de los apellidos de mi familia, ganados en mil hechos de honor. El ¨²ltimo, por la muerte en servicio de mi hermano Crist¨®bal, que no nos podr¨¢n quitar ni anular, porque simplemente pertenecen a la historia de Espa?a, porque nos obligan a seguir ense?ando a nuestros hijos estos ideales de nuestra tradici¨®n, sin odio ni rencor, y finalmente decirles que mientras su grupo terrorista est¨¢ oculto, nosotros estamos acompa?ados de todas las buenas gentes de nuestra querida patria, y que podemos gritar desde lo m¨¢s hondo de nuestra alma, "viva Espa?a", "viva el Rey y nuestras gloriosas Fuerzas Armadas".

Gracias, hermano Crist¨®bal, por tu ¨²ltima lecci¨®n.