El canje de Charanski en BerI¨ªn fue un espect¨¢culo publicitario
ENVIADO ESPECIAL El canje de esp¨ªas entre Este y Oeste, gracias al cual qued¨® en libertad el disidente sovi¨¦tico Anatoli Charanski, se realiz¨® ayer en el puente Glienicke, de Berl¨ªn, ante las c¨¢maras de televisi¨®n de todo el mundo y sin contratiempos de ning¨²n tipo. Pocos minutos antes de las once de la ma?ana, Charanski y tres agentes occidentales cruzaban la raya blanca que marca, en el centro del puente, la frontera entre la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana y el sector norteamericano de Berl¨ªn Occidental.
Cinco esp¨ªas orientales que cumpl¨ªan condena en la RFA y en Estados Unidos cruzaban la raya en direcci¨®n opuesta. Se consum¨® as¨ª el canje de agentes m¨¢s importante de la posguerra.M¨¢s de un centenar de periodistas y decenas de c¨¢maras de televisi¨®n fueron testigos de la operaci¨®n. La Uni¨®n Sovi¨¦tica y Estados Unidos ten¨ªan inter¨¦s, por motivos diferentes, en que este canje de prisioneros tuviera una publicidad sin precedentes.
La Uni¨®n Sovi¨¦tica ha logrado, al menos parcialmente, su objetivo de reafirmar ante la opini¨®n p¨²blica la acusaci¨®n de espionaje contra el disidente sovi¨¦tico. La Administraci¨®n de Reagan se ha apuntado el ¨¦xito de la liberaci¨®n de este prisionero tras largos a?os de protestas internacionales.
El canje se convirti¨® en un gran espect¨¢culo, retransmitido en directo por las cadenas de televisi¨®n norteamericanas y alguna europea, como culminaci¨®n de una negociaci¨®n con resultados bien visibles. El m¨¢s espectacular de todos ellos, el rostro sonriente del peque?o disidente jud¨ªo, de 38 a?os de edad, que la opini¨®n p¨²blica occidental s¨®lo conoc¨ªa por algunas fotograf¨ªas antiguas.
Charanski, que llevaba nueve a?os detenido en la Uni¨®n Sovi¨¦tica bajo la acusaci¨®n de espionaje, vol¨® ayer mismo a Israel, donde fue recibido entusi¨¢sticamente. "Hay momentos y sentimientos que no se pueden expresar en ning¨²n idioma", afirm¨®, emocionado, Charanski a su llegada a Tel Aviv.
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Charanski y tres esp¨ªas occidentales, canjeados por cinco agentes del Este en el puente Glienicke de Berl¨ªn
Viene de la primera p¨¢gina
El canje de esp¨ªas m¨¢s importante de la posguerra se llev¨® a cabo algo antes de lo previsto. A las 10.45 horas, una caravana de cinco coches y dos furgonetas de las fuerzas armadas norteamericanas, escoltada por veh¨ªculos de la polic¨ªa alemana, cruzaba las barreras instaladas en la calle Real que da acceso al puente Glienicke, en una zona exhaustivamente vigilada gracias a un gran despliegue policial. A mediana velocidad, los veh¨ªculos recorrieron los cerca de 300 metros que separaban la barrera de control del puente.
Dejando atr¨¢s a los periodistas, api?ados junto a las barreras a ambos lados de la calle, parte de la caravana se estacion¨® junto al puente en una franja de seguridad acordonada por la polic¨ªa, mientras los microbuses continuaban su marcha hasta el mismo centro del puente fronterizo.
All¨ª, las furgonetas quedaron cruzadas. El embajador norteamericano en Bonn, Richard Burt, que particip¨® en la ¨²ltima fase de la negociaci¨®n, recorror¨ªo a pie la parte occidental del puente y se dirigi¨® hacia Anatoli Charanski cuando ¨¦ste, en compa?¨ªa de los tres agentes liberados por el Este, se acercaba a la l¨ªnea fronteriza. Tras saludarle, le puso una mano en el hombro y le separ¨® de inmediato de los tres esp¨ªas.
Instantes despu¨¦s, Burt y Charanski, sonriente bajo un gorro de piel negra, se dirigieron al coche oficial de Burt, un Mercedes con la matr¨ªcula 100 del Departamento de Estado norteamericano, y emprendieron rumbo al aeropuerto militar norteamericano de Tempelhof. Sentado en el asiento posterior del autom¨®vil, entre el embajador norteamericano y Ludwig Relinger, el mediador de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Charanski salud¨® repetidamente a los periodistas que flanqueban el trayecto del autom¨®vil.
Fuerte dispositivo policial
A¨²n pasaron 15 minutos m¨¢s antes de que, en un microb¨²s civil llegado entre tanto al puente, los tres agentes liberados por el Este abandonaran el lugar escoltados por numerosos polic¨ªas. Aunque tanto las autoridades norteamericanas como el Gobierno alem¨¢n occidental manten¨ªan ayer su negativa a confirmar los nombres de los esp¨ªas canjeados en la operaci¨®n, un miembro de la misi¨®n militar norteamericana en Berl¨ªn asegur¨® ayer, nada m¨¢s ocurrir el intercambio, que los nombres publicados por la Prensa "son correctos".Los tres agentes liberados por el Este son: Dietrich Niestroj, de 50 a?os, y Wolf Georg Frohn, de 42, ambos colaboradores de los servicios secretos de la RFA y condenados en la Rep¨²blica Democr¨¢tica de Alemania (RDA) a prisi¨®n de por vida, y el checoslovaco Jaroslav Jaworski, de 44 a?os, condenado en 1979 a 13 a?os de prisi¨®n en la RDA por su implicaci¨®n en una operaci¨®n de fuga a Occidente.
Los cinco agentes orientales liberados son el matrimonio Karl y Hana Koecher, condenados en Estados Unidos por colaboraci¨®n con los servicios secretos checoslovacos; el oficial de los servicios secretos polacos Jerzy Kaczmarek, encarcelado en la RFA desde marzo del pasado a?o; el miembro de la delegaci¨®n comercial sovi¨¦tica en Polonia Yevgeni Semliakov, condenado a tres a?os por espionaje industrial, y el agente de los servicios secretos de la RDA Detlef Skharferiorth, condenado a cuatro a?os por actividades de captaci¨®n de agentes en universidades de Alemania Occidental.
Hasta poco antes del intercambio hab¨ªa dudas sobre el n¨²mero exacto de los agentes que el Este se avendr¨ªa a liberar.
La operaci¨®n en s¨ª fue "muy correcta y fluida", seg¨²n manifest¨® despu¨¦s el portavoz de la misi¨®n norteamericana en Berl¨ªn, Ed Harper. Seg¨²n explic¨®, el canje se prolong¨® m¨¢s de lo previsto, ya que algunos agentes ten¨ªan equipaje que hab¨ªa que trasladar de unos veh¨ªculos a otros.
El lunes, el propio Harper hab¨ªa manifestado que la operaci¨®n durar¨ªa un cuarto de hora o 20 minutos. Sin. embargo desde la llegada de la caravana de autom¨®viles a la parte occidental hasta la partida de los agentes, transcurrieron exactamente 45 minutos.
Sobre el desarrollo de la operaci¨®n, en la parte oriental no se dispon¨ªa ayer de datos, ya que las autoridades de la RDA negaron a ¨²ltima hora la autorizaci¨®n para que los periodistas all¨ª acreditados presenciaran el intercambio desde Potsdam. S¨ª se pudo ver desde la ribera occidental al abogado alem¨¢n oriental Wolfgang Vogel, que una vez m¨¢s ha actuado con ¨¦xito como mediador en una operaci¨®n de intercambio de prisioneros. Su coche, un Mercedes, tambi¨¦n estuvo aparcado sobre el puente junto a las furgonetas militares norteamericanas.
Kohl y Reagan, satisfechos
La misi¨®n de EE UU en Berl¨ªn facilit¨® ayer un breve comunicado conjunto del presidente norteamericano, Ronald Reagan, y el canciller de la RFA, Helmut Kohl, en el que expresaban su satisfacci¨®n por el ¨¦xito de la operaci¨®n y Reagan agradec¨ªa al Gobierno de Bonn su intervenci¨®n en el caso.El portavoz del Gobierno de la RFA, Friedhelm Ost, confirm¨® ayer que la liberaci¨®n el pasado s¨¢bado de tres alemanes occidentales presos en la URSS por delitos econ¨®micos, tambi¨¦n formaba parte de la operaci¨®n. Por su parte, el ministro franc¨¦s de Asuntos Exteriores, Roland Dumas, se alegr¨® de la liberaci¨®n de Charanski e insinu¨® que podr¨ªa tratarse del primero de una serie de intercambios similares.
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