Razones para el optimismo en la econom¨ªa

EL RECIENTE informe del Banco de Espa?a sobre la evoluci¨®n de la econom¨ªa espa?ola contiene una serie de informaciones estad¨ªsticas del mayor inter¨¦s, comenzando por la estimaci¨®n del crecimiento econ¨®mico en 1985, cifrado en un 1,7%. Se trata de una tasa de aumento de la producci¨®n m¨¢s baja de lo que hasta hace muy poco hab¨ªan venido anunciando los responsables de la Administraci¨®n y que no llega, ni con mucho, a la registrada por los pa¨ªses de la CEE, que cerraron el a?o pasado con un crecimiento algo superior al 2,5%. El bajo crecimiento registrado en 1985 se compuso, en realidad, de dos per¨ªodos bien diferenciados: en el primero, que en l¨ªneas generales corresponde al primer semestre del a?o, el crecimiento fue pr¨¢cticamente nulo, mientras que en el segundo la tasa de crecimiento rond¨® el 4%, lo cual puede dar pie a un cierto optimismo para 1986.Sin embargo, en el crecimiento del segundo semestre del pasado a?o intervinieron algunos factores cuyo car¨¢cter excepcional hace poco previsible que vuelvan a darse en 1986. Se trata, en primer lugar, de las expectativas relacionadas con la adhesi¨®n de Espa?a a la CEE, que motivaron, entre otras cosas, el adelantamiento de exportaciones y, probablemente tambi¨¦n, la compra anticipada de bienes de consumo duradero por el temor de que la entrada en vigor del IVA encareciese su precio; el auge de las ventas de autom¨®viles en el ¨²ltimo trimestre de 1985 y el posterior derrumbamiento en el mes de enero parecen apuntar en esta direcci¨®n. Por su parte, la libertad de amortizaci¨®n decidida en abril para los bienes de equipo adquiridos en 1985 es uno de los factores que explican el aumento de las compras de estos bienes a lo largo del segundo semestre del a?o.

En cuanto a los intercambios con el exterior, el informe estima el excedente registrado en la balanza por cuenta corriente en 2.950 millones de d¨®lares (m¨¢s de 500.000 millones de pesetas). Esta magnitud representa casi un 2% del producto interior bruto, cifra sumamente elevada para un pa¨ªs que cuenta con una tasa de desempleo superior al 20% de la poblaci¨®n activa y que no debiera exportar su ahorro con tanta largueza. El excedente se produjo a pesar de que las importaciones crecieron m¨¢s que las exportaciones, y la raz¨®n hay que buscarla en la modificaci¨®n favorable de los precios relativos de nuestro comercio exterior como consecuencia de la ca¨ªda de los precios del petr¨®leo y de las materias primas. Esta evoluci¨®n continuar¨¢ a¨²n con mayor vigor en 1986, lo cual podr¨ªa conducirnos a un excedente superior a los 5.000 millones de d¨®lares. Cabe preguntarse, ante semejante perspectiva, cu¨¢les son las intenciones del Gobierno en materia de crecimiento econ¨®mico. Ser¨ªa dif¨ªcilmente explicable que termin¨¢semos el a?o con un excedente en la balanza por cuenta corriente a¨²n mayor que el registrado en 1985 y con una tasa de crecimiento de la econom¨ªa que fuese de nuevo inferior a la de los pa¨ªses de la CEE.

Hasta ahora no puede decirse que el Gobierno haya mostrado un inter¨¦s desmesurado por discutir esta cuesti¨®n. El aplazamiento sin fecha determinada del informe de la OCDE sobre la situaci¨®n econ¨®mica espa?ola y la parquedad de declaraciones sobre las opciones de pol¨ªtica econ¨®mica que la reducci¨®n de los precios del petr¨®leo ha puesto en manos de los responsables, son una buena prueba de ello.