Los m¨¦dicos afirman que las instrucciones del ministerio sobre recetas y facturas atentan contra el secreto profesional

La Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial no acepta los nuevos modelos de receta m¨¦dica propuestos por el Ministerio de Sanidad y se opone a la obligatoriedad de conservar una relaci¨®n de facturas en la que se especifique el nombre de los pacientes, porque, en su opini¨®n, ambas cosas atentan contra el secreto profesional, seg¨²n declar¨®, ayer el doctor Ramiro Rivera, que mostr¨® tambi¨¦n su extra?eza por el escaso valor que se concede en Espa?a al secreto m¨¦dico, incluso por parte de los pacientes.

La asamblea de presidentes de los colegios provinciales de m¨¦dicos, celebrada el pasado s¨¢bado, acord¨® impugnar el decreto ministerial que les obliga a expender y entregar facturas y ponerlas a disposici¨®n de una inspecci¨®n, as¨ª como el reciente nombramiento por parte del Ministerio de Sanidad, sin consultarles previamente, de Luis Hernando Avenda?o como representante de los colegios y asociaciones profesionales m¨¦dicas en las Comunidades Europeas. La asamblea decidi¨® tambi¨¦n negociar con el ministerio los nuevos modelos de recetas m¨¦dicas.Esta nueva pol¨¦mica entre la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial (OMC) y el Ministerio de Sanidad se produce al desarrollarse un real decreto, de septiembre de 1984, por el que el Ministerio de Sanidad abr¨ªa un plazo de un a?o para regular los modelos de recetas m¨¦dicas, tanto en el r¨¦gimen de la Seguridad Social como en el ejercicio libre de la medicina.

El ministerio remiti¨® a ¨²ltimos de enero a la OMC los criterios con los que se iban a dise?ar las futuras recetas, ya que el modelo actual es "malo e insuficiente", seg¨²n Felix Lobo, director general de Farmacia. "El ministerio da unas normas de homologaci¨®n y trata de presentar un modelo que facilite al m¨¦dico su labor, sin que se pierdan datos o se cometan errores".

Datos del paciente

Seg¨²n el proyecto del ministerio, en las nuevas recetas deber¨¢n ir claramente especificados datos como el nombre, apellidos y fecha de nacimiento del paciente, nombre del f¨¢rmaco, forma de administraci¨®n y el n¨²mero de unidades que se recetan. La principal innovaci¨®n es que la receta tendr¨¢ dos partes claramente diferenciadas, una para el farmac¨¦utico y otra para el paciente.

Se esta pensando en la conveniencia de que existan tres modelos diferentes. Uno para tratamientos de larga duraci¨®n con psicrotopos, otro para estupefacientes y un tercero para tratamientos generales.

Las nuevas recetas deber¨¢n estar validadas por el colegio de m¨¦dicos y cada talonario estar¨¢ numerado, constar¨¢ el nombre del facultativo y su especialidad.

"La OMC est¨¢ de acuerdo con las normas que se especifican en el real decreto, pero no lo est¨¢", manifest¨® Rivera, "con el desarrollo de estas normas, ya, que hay contradicci¨®n entre unas y otras".

En medios m¨¦dicos se subraya que, aunque en el texto del real decreto se recoge claramente la protecci¨®n a la intimidad personal del paciente, en el proyecto de orden ministerial por el que se establecen los modelos de recetas se especifica que s¨®lo ser¨¢n v¨¢lidas aquellas que tengan cumplimentados todos os apartados, as¨ª como la obligatoriedad de que el farmac¨¦utico firme y selle tambi¨¦n el volante que queda en posesi¨®n del paciente con las instrucciones del tratamiento. En ¨¦ste ir¨ªa consignado el diagn¨®stico m¨¦dico, con lo que se vulnera el secreto profesional.

Seg¨²n F¨¦lix Lobo, para la b¨²squeda de estos futuros modelos, obligatorios en el r¨¦gimen de Seguridad Social y "probablemente s¨®lo recomendados" en la asistencia privada hemos seguido recetas ideales hechas por m¨¦dicos".

"La cr¨ªticas del Consejo de M¨¦dicos son desaforadas, porque desde el ministerio nos hemos limitado a consultarles sobre unos criterios. Se inicia ahora la fase de discusi¨®n de ¨¦stos. Despu¨¦s se proceder¨¢ a realizar los bocetos y, en una ¨²ltima y tercera fase, probablemente- se realice un estudio piloto de utilizaci¨®n de distintos modelos en ambulatorios y centros de salud", se?ala Lobo. Esto supone que las nuevas recetas tardaran a¨²n bastante en entrar en vigor, probablemente un a?o para los modelos recomendados en la medicina privada. Anualmente se expenden unos 600 millones de recetas, de ellas m¨¢s de 400 millones en la Seguridad Social.