El museo antidid¨¢ctica
El pasado domingo estuve visitando el legado de obras de arte, conjunto verdaderamente excepcional , que perteneci¨® a don Jos¨¦ L¨¢zaro Galdiano y que se guarda en el museo que lleva su nombre en Madrid.Este museo es un caso realmente sorprendente, pues en vez de informar al visitante de lo que est¨¢ viendo, es al rev¨¦s; es ¨¦ste el que tiene que averiguar lo que contiene el museo. Y no exagero. En la escalera, por ejemplo, hay 18 cuadros, de los cuales s¨®lo de uno conocemos el autor; del resto no se sabe ni autor, ni escuela, ni tema, ni siglo, ni nada. El hall, que consta de dos plantas (salas 11 y 29), tiene 19 cuadros: s¨®lo en cinco se indica el autor; el resto carece de la m¨¢s m¨ªnima identificaci¨®n. Esto es t¨®nica general en el resto de las salas.
Por otro lado, es poco racional la colocaci¨®n did¨¢ctica de los cuadros: en la sala 12, por citar un caso, nos encontramos cuadros de pintores tan variados como Alenza, Reynols, Asensio Juli¨¢, Ti¨¦polo, escuela inglesa y los consabidos no sabe, no contesta".
Con respecto al mobiliario del museo, que cuenta con piezas excepcionales, como la mesa-escritorio de Maria Leczinska, se sigue con la t¨¦cnica del "averig¨¹elo usted mismo", pues no existe en ning¨²n caso la m¨¢s m¨ªnima explicaci¨®n.
La conservaci¨®n del palacio es triste. Me limitar¨¦ a citar una serie de casos: las paredes tienen rozaduras y numerosas manchas de suciedad; hay goteras en dos salas, la 34 y la 36; hay bombillas fundidas, por no hablar del cartel que lleva al menos cinco a?os junto al ascensor y que dice: "No funciona".
Pero mi mayor sorpres¨¢fue una vez acabada la visita, al leer el pr¨®logo de la gu¨ªa del museo, que dice: "La entrega sin condiciones de este gran conjunto de arte a Espa?a obliga al mayor cuidado y amor para su conservaci ¨®n y estudio". Pues bien, aqu¨ª hay de todo menos cuidado y amor en la conservac¨®n y estudio: lo ¨²nico que encontr¨¦ fue desidia. Por estos motivos quiero hacer un llamamiento desde su peri¨®dico a la Fundaci¨®n L¨¢zaro Galdiano para que se responsabilice de la conservaci¨®n de este importante patrimonio cultural y para que considere el hecho de que la mayor¨ªa de los espa?oles no somos catedr¨¢ticos de Historia del Arte y, por tanto, no tenemos por qu¨¦ ir haciendo especulaciones sobre la naturaleza art¨ªstica de los bienes del museo.-
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