El triunfo de 'Stammheim' abre v¨ªas comerciales a una pel¨ªcula radical
El filme alem¨¢n Stammheim, de Reinhardt Hauff, fue galardonado anoche en la ceremonia de clausura, celebrada en el Zoo Palast berlin¨¦s, con los dos m¨¢s importantes premios concedidos en esta edici¨®n del Festival de Berl¨ªn, lo que abre v¨ªas comerciales a esta pel¨ªcula radical. Obtuvo -no un¨¢nimemente, pues la presidenta del jurado, Gina Lollobrigida, proclam¨® p¨²blicamente su disconformidad con el fallo-, el Oso de Oro, ¨²nico premio oficial de car¨¢cter absoluto, y -¨¦ste s¨ª fue un¨¢nime-, el extraoficial y prestigioso Premio de la Cr¨ªtica Internacional.
Este doble triunfo abre inesperadas v¨ªas comerciales a una obra muy radical y pol¨ªticamente conflictiva, que destapa la caja de Pandora del famoso caso del grupo terrorista Baader-Meinhof, considerado hoy como un asunto tab¨² en Alemania Occidental y otros pa¨ªses occidentales europeos.No se esperaba en Berl¨ªn un triunfo tan rotundo de este filme, formalmente muy abrupto, plano y dif¨ªcil de ver. Su ¨¦xito ha provocado ya s¨ªntomas de malestar, como algunas airadas reacciones del p¨²blico y una comunicaci¨®n a la Prensa de la presidenta del jurado internacional, la actriz italiana Gina Lollobrigida, quien afirm¨® que el premio a Stammheim "no se concedi¨® de manera un¨¢nime, y despu¨¦s de una intensa controversia". La actriz a?adi¨® que "deseaba proclamar p¨²blicamente su desacuerdo personal con el fallo".
En medios de la Prensa especializada, se piensa que el doble triunfo de Stammheim es, sin embargo, una culminaci¨®n coherente de una competici¨®n cinematogr¨¢fica donde han dominado las pel¨ªculas que tratan de la violencia pol¨ªtica en la RFA, y, en concreto, del fen¨®meno del nazismo. Muchos comentaristas han coincidido en afirmar que la reci¨¦n finalizada edici¨®n del fettival berlin¨¦s ha tenido, as¨ª, una condici¨®n cat¨¢rtica y psicodram¨¢tica para los alemanes, debido a la insistencia de muchos filmes -11- en urgar en estas zonas oscuras del pasado pol¨ªtico germano.
Los filmes que casi obsesivamente rescatan de la memoria el fen¨®meno de la violencia en la ¨¦poca nazi son: Heil Hitler, de Herbert Aschembusch; Heidenl?cher, de Wolfrain Paulus; Interno berlinese, de Liliana Cavani, y Hu¨ªda hacia el norte, de Ingemo Enstr?n, todas ellas producidas por la Rep¨²blica Federal de Alemania; Morir por amar la vida, de Mircea Veroiu, y Glissendo, de Mircea Daneluc, ambas de producci¨®n rumana; Tras el cristal, de Agust¨ªn Villaronga, producida por Espa?a; Mis dos primeros siglos en la vida, de Gyula Ma¨¢r, producida por Hungr¨ªa; La casa del r¨ªo, de Roland Gr?f, producida por la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana y, finalmente, las ocho horas de proyecci¨®n de un estremecedor documento sobre el exterminio de los jud¨ªos por los nazis, Shoah, de Claude Lanzmann, producida por Francia.
Este ¨²ltimo filme, uno de los focos de m¨¢xima atracci¨®n de las apretad¨ªsimas sesiones paralelas del festival, ha sido galardonado, a la par que Stammheim, con el Premio de la Cr¨ªtica Internacional, que ha sido discernido por un jurado compuesto por 17 periodistas, comentaristas pol¨ªticos y cr¨ªticos cinematogr¨¢ficos de pa¨ªses de cuatro continentes, presididos por el franc¨¦s Marcel Martin.
Filme liberador
Este grupo vot¨® por unanimidad a Shoah y a Stammheim. El franc¨¦s Lanzmann declar¨®: "Espero que Shoah sea para los alemanes un filme liberador", palabras que son casi literalmente coincidentes con unas declaraciones de Reinhardt Hauff, director de Stammheim, en un programa de la televisi¨®n alemana.Este predominio de filmes cat¨¢rticos o liberadores acerca del pasado pol¨ªtico alem¨¢n han oscurecido otros dos aspectos relevantes de esta edici¨®n del Festival de Berl¨ªn. Uno es el retorno de legendarios nombres, que hoy son casi historia, de las vanguardias del cine de los a?os cincuenta y sesenta, como el norteamericano Jonas Melcas, fundador del cine underground de Nueva York, y el alem¨¢n Alexander Kluge, que siguen, casi en el anonimato, haciendo laboriosamente sus pel¨ªculas y las han tra¨ªdo a Berl¨ªn.
El otro aspecto oscurecido por la abundancia de cine pol¨ªtico ha sido el vasto y contradictorio panorama que Berl¨ªn ha ofrecido, tanto en la secci¨®n oficial, como en las proyecciones oficiales y el F¨®rum, de las tendencias actuales del cine europeo, en las que se observan s¨ªntomas de que por fin se est¨¢ saliendo de la ya excesivamente persistente crisis de inventiva que padec¨ªa. Merece la pena subrayar el alto porcentaje de primeras pel¨ªculas, o de filmes de cineastas con muy escasa obra detr¨¢s, presentadas a concurso, y la novedad de estilo y las calidades que se perciben en Vera Belmont, L¨¦a Pool, Agust¨ªn Villaronga, Ingemo Engstr¨®n, Nanni Moretti o Kay Pollak, entre otros nombres desconocidos, pero que se les ve como el indicio de un gran relevo.
El resultado final de esta edici¨®n del Festival de Berl¨ªn es, despu¨¦s de los fuertes altibajos por los que el certamen pas¨®, positivo. En lo que al cine espa?ol respecta, hay que lamentar que la relaci¨®n de pel¨ªcula premiadas, que contiene algunas cosas bastante impresentables, no haya recogido alg¨²n aspecto que merec¨ªa ser galardonado de la ¨²nica de las pel¨ªculas espa?olas que concurs¨®, Teo el pelirrojo, y, sobre todo, que Tras el cristal, de Agust¨ªn Villaronga, no llegara a concursar finalmente, cuando inicialmente fue preseleccionada para hacerlo. De haber entrado en la rueda de la secci¨®n oficial y haberse metido en el ba?o de psicodramas pol¨ªticos sobre el nazismo que all¨ª hemos visto, este extra?o filme espa?ol es probablemente el que habr¨ªa aportado mayor violencia y, sobre todo, mayor capacidad agitadora de esa pesadilla europea que se ha pretendido convocar y exorcizar en Berl¨ªn.
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