La presencia de EE UU ser¨¢ revisada al margen del resultado en el refer¨¦ndum

Tanto si el Gobierno gana como si pierde el refer¨¦ndum, se deber¨¢ revisar de inmediato la presencia militar norteamericana en Espa?a. Si gana el s¨ª, Espa?a y Estados Unidos deber¨¢n "iniciar a lo largo del primer semestre de 1986 negociaciones previas en el proceso que conduzca a la renovaci¨®n del convenio de amistad, defensa y cooperaci¨®n, uno de cuyos objetivos ser¨¢ ajustar la presencia militar norteamericana en Espa?a al nivel que estimen necesario", seg¨²n acordaron ambos pa¨ªses el pasado 10 de diciembre.

Si se pierde el refer¨¦ndum y -como ha prometido- el Gobierno decide abandonar la Alianza Atl¨¢ntica, tambi¨¦n se deber¨¢ replantear la presencia militar estadounidense, en virtud del protocolo adicional al convenio hispano-norteamericano de 1982, firmado el 24 de febrero de 1983, ya con el PSOE en el poder.

Ese protocolo afirma que "si Espa?a abandonase la Alianza Atl¨¢ntica ser¨ªa necesario revisar el convenio seg¨²n el art¨ªculo 6.3". Este art¨ªculo del convenio de 1982 reza: "Si el Gobierno espa?ol decidiera en el futuro modificar su estatus con respect¨® a la Alianza Atl¨¢ntica, los textos pertinentes podr¨ªan ser reexaminados por ambas partes".

En cualquier caso, la renovaci¨®n de los acuerdos deber¨¢ producirse antes de julio de 1988, y la costumbre marca, de hecho, que ¨¦stos comi¨¦ncen a ser renegociados un par de a?os antes de la llegada de su fecha de caducidad.

Cuando estaba en la oposici¨®n, el PSOE se opuso a que el convenio hispano-norteamericano de 1982, negociado por UCD, hiciera referencia a la permanencia de Espa?a en la OTAN. Fue por esta raz¨®n por la que, una vez llegados al poder, los socialistas incluyeron -de acuerdo con los estadounidenses- un protocolo adicional en el que le insist¨ªa en la posible reversibilidad de la entrada en la Alianza Atl¨¢ntica, que de hecho ya era contemplada en el convenio.

Ministros por la denuncia

Seg¨²n manifest¨® el ex ministro espa?ol de Asuntos Exteriores Fernando Mor¨¢n, poco despu¨¦s de su salida del Gobierno, a principios del pasado mes de julio, en el Gabinete socialista hab¨ªa ministros que propon¨ªan la denuncia completa del convenio y la apertura de nuevas negociaciones. Sin embargo, triunf¨® la tesis de a?adirle un simple protocolo al convenio de 1982.

El dec¨¢logo de Felipe Gonz¨¢lez propon¨ªa "proceder a un ajuste en la direcci¨®n de una progresiva menor presencia de fuerzas [estadounidenses] en nuestro territorio y de instalaciones de apoyo, de acuerdo con nuestros intereses nacionales".

Estados Unidos mostr¨® sus reticencias a negociar la reducci¨®n de sus efectivos en Espa?a hasta que se decidiese la permanencia en la OTAN. Desde julio hasta diciembre, Washington fue dando largas al tema y fuentes diplom¨¢ticas norteamericanas llegaron a afirmar repetidas veces que Espa?a tan siquiera hab¨ªa planteado la reducci¨®n.

La confusi¨®n se extendi¨® a lo largo del pasado oto?o, a pesar de que Felipe Gonz¨¢lez hab¨ªa aceptado -en un viaje a Nueva York y Washington, el pasado mes de septiembre- la premisa de no plantear definitivamente la reducci¨®n hasta tener garantizada la permanencia en la OTAN. Finalmente, el pasado 10 de diciembre, los norteamericanos accedieron a aceptar el principio de reducci¨®n.

Hasta el momento, el Gobierno espa?ol no ha dicho oficialmente en qu¨¦ medida ni en qu¨¦ bases sepiensa plantear la reducci¨®n "progresiva". Oficiosamente, en cambio, fuentes gubernamentales han reiterado que se pretende la completa espa?olizaci¨®n de las bases de Torrej¨®n y Zaragoza, por hallarse ¨¦stas cercanas a grandes n¨²cleos de poblaci¨®n. Seg¨²n estimaciones del Ministerio de Defensa, la espa?olizaci¨®n de estas bases implicar¨ªa un incremento en los presupuestos anuales del Ej¨¦rcito del Aire de 5.000 millones de pesetas.