Por qu¨¦ conviene votar 's¨ª' en el refer¨¦ndum
Esos monstruos fr¨ªos que son los Estados no se relacionan hoy, en Europa occidental, a finales del siglo XX, en un mundo hobbesiano. Pero hay intereses nacionales contrapuestos, bazas que jugar, pugnas que dirimir en un clima de mucha mayor colaboraci¨®n internacional que hace, valga el caso, 40 a?os. Y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, la pol¨ªtica exterior no es indisociable de la interior y de sus condicionantes.El ¨¦xito de la estrategia socialista seguida en los a?os 1983 y 1985 ha modificado radicalmente el contexto desde el cual puede y debe contemplarse la relaci¨®n con el resto de los pa¨ªses europeos en la Alianza Atl¨¢ntica. Las visiones del PSOE de 1981 no se ajustan ya a la realidad. El propio Gobierno socialista las ha hecho obsoletas. La convocatoria del refer¨¦ndum tiene en cuenta tales circunstancias. La pregunta formulada puede ser votada tanto desde la izquierda, como desde la derecha. Representa una dificil s¨ªntesis entre desiderata de pol¨ªtica exterior y condicionantes internos, Traduce la voluntad de casi todos los partidos pol¨ªticos del arco parlamentario en que Espa?a permanezca en la Alianza.
Condiciones de la pregunta
El cumplimiento de las condiciones con que el Gobierno socialista rodea la permanencia nos permitir¨ªa:1. Acompa?ar el ritmo de crecimiento de los gastos de defensa a nuestros propios criterios y necesidades. No es una consideraci¨®n desde?able, teniendo en cuenta que en una situaci¨®n de crisis econ¨®mica se dispara el coste de oportunidad de los recursos asignados a la defensa.
2. Obstaculizar el riesgo de militarizaci¨®n a que pudiera verse expuesta nuestra pol¨ªtica exterior en el futuro.
3. Defender un margen de maniobra en la defensa de nuestros intereses nacionales en la medida en que conservar¨ªamos una baza que los dem¨¢s desean que juguemos. Y a estas alturas del siglo est¨¢ claro que, incluso en un clima internacional de colaboraci¨®n, nadie da nada por nada. El PSOE no es la UCD.
Las condiciones representan una s¨ªntesis de aspiraciones por las que la izquierda espa?ola ha pugnado durante a?os. Renunciar a ellas equivaldr¨ªa a dar un salto hist¨®rico... hacia atr¨¢s.
La derecha afirma que s¨®lo desde la integraci¨®n plena en la Alianza pueden defenderse los intereses nacionales. Es, a mi entender, una aseveraci¨®n que raya en el espejismo. Con todo, la bondad de las estrategias se contrasta en los resultados. Hasta ahora, el PSOE ha contrastado la suya. El se?or Calvo Sotelo nunca lo hizo.
Si el pueblo espa?ol, en las futuras elecciones generales, se decidiera por una alternativa de poder, Coalici¨®n Popular tendr¨ªa ocasi¨®n de:
a) Introducirnos inmediatamente en la estructura militar integrada.
b) Mantener el nivel de presencia militar norteamericano en Espa?a o incluso aumentarlo.
c) Incorporar a Espa?a a los esquemas de almacenamiento y preposicionamiento de material b¨¦lico.
En consecuencia, la izquierda deber¨ªa estar interesada en:
1. No favorecer el triunfo electoral de la derecha.
2. Robustecer la postura de un partido que ha dejado constancia de su capacidad de defender los intereses de todos y no los de s¨®lo un peque?o grupo social.
1. No hay, ni ha habido en los ¨²ltimos a?os, peligro alguno de conflicto en Europa. Ha habido preocupaci¨®n en la sociedad: en varios pa¨ªses se han desarrollado potentes movimientos pacifistas. Pero los datos de la ecuaci¨®n estrat¨¦gica no muestran un incremento de nivel de peligrosidad. La relaci¨®n de Espa?a con la Alianza es, esencialmente, una cuesti¨®n pol¨ªtica, no una defensa.
2. Es posible que los problemas de Gibraltar y de la seguridad del Estrecho y sus aleda?os pudieran abordarse m¨¢s eficazmente desde la plena integraci¨®n militar. Sin embargo, no hay elemento alguno que as¨ª lo demuestre. Cuando se juegan todas las cartas, no quedan reservas. En cualquier caso, si la estrategia socialista no diera resultados en el futuro, a medio plazo, otro Gobierno podr¨ªa modificarla.
3. La determinaci¨®n de ¨¢reas de congruencia entre los intereses de seguridad de Espa?a y los del resto de los pa¨ªses miembros de la Alianza llevar¨¢, en cualquier caso, varios a?os. No se pierde el tiempo hoy por mantener el statu quo. No se debilita nuestra defensa. No se reduce nuestra seguridad. Mantener lo contrario es una falacia.
Una eventual salida de la Alianza Atl¨¢ntica, consecuente a un no expresado por el pueblo espa?ol en el refer¨¦ndum:
a) Ser¨ªa dif¨ªcilmente entendida por los dem¨¢s pa¨ªses, hoy conectados con Espa?a en aqu¨¦lla y en la CE.
b) Recortar¨ªa el margen de maniobra espa?ol en la escena internacional de manera dr¨¢stica.
c) Tendr¨ªa repercusiones negativas sobre nuestra capacidad de negociaci¨®n en la CE, y los intereses de todos los espa?oles se resentir¨ªan.
d) Nos pondr¨ªa en una posici¨®n muy d¨¦bil para colaborar en la construcci¨®n de una Europa en la que se juega nuestro propio futuro.
e) Aumentar¨ªa nuestro nivel de dependencia con respecto a Estados Unidos, pero desde una posici¨®n mucho m¨¢s desfavorable que la mantenida hasta ahora.
f) Afectar¨ªa negativamente a nuestra capacidad por luchar contra esa lacra que es el terrorismo.
En definitiva, m¨¢s all¨¢ de la utop¨ªa o de la inconsciencia, por razones estrictamente l¨®gicas, objet¨ªvas, conviene votar s¨ª.
Una pol¨ªtica exterior inteligente requiere cabeza fr¨ªa, buena capacidad de an¨¢lisis, una estrategia correcta y habilidad. La Alianza Atl¨¢ntica ofrece posibilidades. Tambi¨¦n, ?c¨®mo no!, plantea ciertos problemas que hay que resolver. Una pol¨ªtica atenta a la mejor,defensa del inter¨¦s nacional tratar¨¢ de maximizar las primeras y de minimizar los segundos. En ello, la ret¨®rica y la pasi¨®n no son sustitutos de la destreza ni del an¨¢lisis.
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