Clima m¨¢s favorable a la cooperacion tras la visita de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez a Lisboa
La visita de trabajo que el ministro espa?ol de Exteriores, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, concluy¨® ayer en Lisboa, ha confirmado la existencia de un clima m¨¢s favorable al di¨¢logo y a la cooperaci¨®n, despu¨¦s de la clarificaci¨®n del sistema de alianzas bilaterales, concretado, como subrayaron Fern¨¢ndez Ordo?ez y su colega portugu¨¦s, Pires Miranda, con la adhesi¨®n plena a la Comunidad Europea y la ratificaci¨®n de la permanencia de Espa?a en la OTAN.
El marco institucional de las relaciones bilaterales fue definido por el acuerdo de mayo de 1985, sin que la participaci¨®n espa?ola en la Alianza Atl¨¢ntica afecte a la situaci¨®n de Portugal, miembro fundador de la NATO, dada la decisi¨®n de Madrid de no adherirse a la estructura militar integrada.Sorprende agradablemente o¨ªr a un ministro portugu¨¦s de Exteriores empezar un discurso afirmando, como hizo Pires Miranda en la cena ofrecida el martes a su colega espa?ol, que las relaciones mutuas son "excelentes y fraternales". Una fuente de la delegaci¨®n espa?ola comentaba que ¨¦sta era la primera vez en muchos a?os que el tema pesquero no hab¨ªa ocupado el 80% de las conversaciones entre altos funcionarios de ambos pa¨ªses.
Las dos partes han reafirmado la voluntad de dar un nuevo empuj¨®n pol¨ªtico a la cooperaci¨®n, pero mientras Madrid espera que el est¨ªmulo resulte de un encuentro entre los dos presidentes de gobierno, que apenas se conocen, el primer ministro portugu¨¦s quiere que la cumbre, que podr¨ªa celebrarse en junio, sea la culminaci¨®n de una fase de intenso trabajo ya hecho.
El primer ministro portugu¨¦s tiene en cuenta la susceptibilidad de su opini¨®n p¨²blica, que se reflej¨® en la conferencia de prensa conjunta que los dos ministros celebraron al final de la ma?ana de ayer. Los periodistas portugueses volvieron a levantar los temas tradicionales del contencioso hispano-luso: la pesca, las supuestas maniobras proteccionistas de Espa?a contra las exportaciones portuguesas, el eventual mando ¨²nico militar ib¨¦rico y el peligro de subalternizaci¨®n y de menor capacidad negociadora de Portugal en Bruselas, en caso de acci¨®n conjunta de los dos pa¨ªses en el ¨¢mbito comunitario.
En lo bilateral las conversaciones de Lisboa han permitido ordenar en cuatro grandes grupos los temas a tratar. El primero se refiere a las cuestiones pol¨ªticas y sociales y a la necesaria coordinaci¨®n de las pol¨ªticas comunitarias de Espa?a y Portugal en materias como programas integrados y presupuesto.
La parte portuguesa ha colocado el problema de los emigrantes clandestinos portugueses en Espa?a, problema dif¨ªcil, dada la condici¨®n de "doblemente sumergidos" de estos trabajadores portugueses. Las autoridades espa?olas se comprometen a tratar el tema con la m¨¢xima humanidad.
El segundo gran grupo de cuestiones que se relaciona con los temas comerciales y econ¨®micos es el que m¨¢s preocupa al Gobierno de Lisboa. Los dos pa¨ªses han reafirmado su intenci¨®n de incrementar los intercambios para sacar todo el provecho posible de la creaci¨®n de mercados m¨¢s amplios, pero Madrid reconoce la existencia, en esta primera fase, de un peligro de desequilibrar a¨²n m¨¢s la ya fuertemente deficitaria balanza comercial luso-espa?ola.
Un tema particularmente importante es el de los grandes ejes de transportes terrestres. La colocaci¨®n de las primeras piedras de los puentes sobre el r¨ªo Mi?o y el Guadiana y la eliminaci¨®n de los problemas burocr¨¢ticos que del lado portugu¨¦s impiden todav¨ªa la supresi¨®n de la doble frontera en los principales pasos, son gestos simb¨®licos que las dos partes se han comprometido a acelerar.
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