La VI flota ataca de nuevo una base de misiles libia y alcanza otras dos patrulleras
La batalla del golfo de Sidra, entre Estados Unidos y Libia, continu¨® ayer, por segundo d¨ªa consecutivo, con nuevos enfrentamientos armados entre los dos pa¨ªses, que provocaron, seg¨²n Washington, la p¨¦rdida de otras dos unidades de la Marina de Muammar el Gaddafi y un nuevo ataque norteamericano a la base de misiles SAM-5 de Sidra. Las contundentes respuestas de EE UU se produjeron sin que la VI Flota fuera atacada por misiles libios. El Pent¨¢gono desminti¨® su primera informaci¨®n de que la fuerza aeronaval hab¨ªa recibido el disparo de seis nuevos cohetes libios. El ataque no pudo ser confirmado.
Malta pidi¨® anoche una reuni¨®n urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para tratar sobre la crisis. Mientras en el Mediterr¨¢neo reinaba la incertidumbre sobre el alcance del conflicto, que en Washington no se considera una guerra, sino un incidente grave pero limitado, un nuevo frente de crisis se abri¨® para la Administraci¨®n de Ronald Reagan en Centroam¨¦rica. El presidente decidi¨® ayer el env¨ªo urgente de 20 millones de d¨®lares (2.850 millones de pesetas) de ayuda militar a Honduras para contrarrestar una supuesta incursi¨®n de 1.500 soldados sandinistas en territorio hondure?o.En las primeras 48 horas del conflicto en el Mediterr¨¢neo, Libia ha disparado seis misiles -que no han alcanzado sus blancos- contra las fuerzas de EE UU, que asegura no haber sufrido bajas. La crisis comenz¨® cuando, a las 7.52 del lunes (hora de Washington), fue disparado un cohete SAM-5 contra los aviones norteamericanos. Casi siete horas despu¨¦s, Reagan decidi¨® contraatacar, tras recibir otros cinco disparos. Desde entonces, Libia ha perdido tres patrulleras, una cuarta consigui¨® regresar, da?ada, a puerto, y su base de cohetes SAM-5 de Sidra ha resultado gravemente afectada.
Durante la madrugada del martes, el crucero USS Yorktown dispar¨® dos misiles y hundi¨® una patrullera del tipo Wadi. Dos cazabombarderos A-7 del portaviones Saratoga volvieron a atacar la base de misiles SAM-5, cuyo radar no hab¨ªa sido destruido por completo en el ataque del lunes. A las 7.07 (hora de Washington), el ¨²ltimo incidente del que hab¨ªa informado el Pent¨¢gono a la hora de transmitir esta cr¨®nica, dos cazas A-6, que despegaron del Saratoga y del Coral Sea, hundieron una patrullera Nanuchka cerca de Benghasi.
Mientras tanto, se debat¨ªa en el Congreso la ayuda militar a la contra, y Reagan necesita un ¨¦xito exterior para continuar su pol¨ªtica de presi¨®n militar sobre Nicaragua. El presidente est¨¢ realizando un ejercicio pr¨¢ctico de demostraci¨®n del poder¨ªo militar de Estados Unidos, algo siempre aplaudido por una opini¨®n p¨²blica inmersa en la ola de patriotismo estimulada por esta presidencia. En Filipinas y Hait¨ª se ha visto un nuevo ¨ªntervencionismo norteamericano y un deseo de actuar activamente en defensa de la revoluci¨®n democr¨¢tica en cualquier punto del mundo.
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Washington se prepara ante eventuales represalias de Tr¨ªpoli
Viene de la primera p¨¢gina
Reagan demuestra, coja las acciones de la VI Flota contra Libia, que los miles de millones de d¨®lares gastados en defensa son ¨²tiles, en un momento en que se ha roto el consenso sobre el rearme, que ya se considera excesivo, y el presupuesto va a ser recortado.
Hasta ahora, Reagan ha logra do dos de los objetivos, que persegu¨ªa: poner fuera de combate la base de misiles SAM-5 de Sidra y enviar un serio mensaje a la URSS de que considera excesiva su relaci¨®n militar con Tripoli. Gaddafi dif¨ªcilmente puede permitirse el riesgo de una escalada militar, perder¨ªa el n¨²cleo de sus fuerzas armadas y correr¨ªa el riesgo de ser desestabilizado en un golpe interno, seg¨²n analistas norteamericanos. En segundo lugar, Reagan est¨¢ advirtiendo a Gaddafi que pagar¨¢ por sus acciones de apoyo al terrorismo y que sus intentos expansionistas o de desestabilizaci¨®n de sus vecinos (Chad, T¨²nez, Egipto o Sud¨¢n) ser¨¢n enfrentados con la fuerza. Reagan est¨¢ tambi¨¦n demostrando a la opini¨®n p¨²blica mundial y a sus conciudadanos que su ret¨®rica va a acompa?ada de acci¨®n cuando es necesario.
Estados Unidos dijo ayer que no quiere alargar la batalla de Sidra -iniciada el lunes tras el ataque de misiles libios, de fabricaci¨®n sovi¨¦tica, contra aviones norteamericanos-, cuyo desarrollo "depende de la voluntad de Gaddafi". Washington llev¨® la crisis al Consejo de Seguridad de la ONU y acus¨® a Libia de agresi¨®n.
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