Ega?a afirma que se sinti¨® moral y mentalmente torturado durante los 19 d¨ªas que estuvo secuestrado por ETAm
Jos¨¦ Mar¨ªa Ega?a, el industrial donostiarra secuestrado por ETA Militar y liberado el s¨¢bado tras 19 d¨ªas de cautiverio, afirm¨® ayer haberse sentido moral y mentalmente torturado. En su primera comparecencia ante los medios informativos, el reci¨¦n liberado, de 61 a?os, padre de seis hijos, mostr¨® una actitud bien distinta a la adoptada por aquellos; secuestrados v¨ªctimas del s¨ªndrome de Estocolmo. Reconoci¨® haber sentido miedo de que el comando acabara con su vida en el supuesto de que fracasaran las negociaciones.
Ega?a dijo que ha vivido estas semanas "hecho una piltrafa, sin saber nada y privado de decisi¨®n. Es una experiencia impresionante", se?al¨® el industrial en uno de los breves par¨¦ntesis de la conferencia de prensa en los que rememor¨® sus d¨ªas de cautiverio. "Ellos quer¨ªan ser amables, pero yo opt¨¦ por no preguntarles nada ni hablar m¨¢s all¨¢ de lo necesario, s¨®lo cuando ten¨ªa que ir al retrete o quer¨ªa comer. En todo momento", subray¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Ega?a, "yo les di a entender que ellos eran mis secuestradores".Antonio El¨®segui, portavoz de los Ega?a, justific¨® ayer las reservas que mantiene la familia ante todo lo relacionado con el rescate y las negociaciones, aludiendo expresamente a las instrucciones dadas en tal sentido por la propia ETA Militar.
Seg¨²n fuentes consultadas por este peri¨®dico, el rescate exigido inicialmente por la organizaci¨®n terrorista ascend¨ªa a 500 millones de pesetas, aunque esta cifra fue finalmente rebajada a una cantidad pr¨®xima a los 300 millones de pesetas. La empresa Krafft, SA, cuyo consejo de administraci¨®n preside Jos¨¦ Mar¨ªa Ega?a, se estima que ha participado econ¨®micamente: en el rescate, renunciando quiz¨¢ a la ampliaci¨®n que proyectaba.
Obviamente, el rescate alivia la maltrecha econom¨ªa de ETA Militar, una organizaci¨®n que en los ¨²ltimos meses ha llevado a cabo el secuestro de Juan Pedro Guzm¨¢n, posteriormente frustrado por los GEO, y otros intentos de secuestro.
El presidente del consejo de administraci¨®n de Krafft ha permanecido, estos 19 d¨ªas en un mismo lugar, al parecer cerca de San Sebasti¨¢n, custodiado por uno o m¨¢s de sus guardianes, tres hombres j¨®venes que ante ¨¦l ocultaban sus rostros con capuchas y que hablaban entre ellos en euskera. Jos¨¦ Mar¨ªa Ega?a se alimentaba preferentemente de cocido, garbanzos, lentejas y carne, y mataba el tiempo leyendo libros que ¨¦l mismo solicit¨® a sus secuestradores y haciendo crucigramas.
Ocupaba junto a sus guardianes un peque?o habit¨¢culo de dos metros y medio de largo, totalmente aislado del exterior, amueblado con una mesa, dos sillas de campamento y tres literas. El cuarto comunicaba directamente con un pasillo de tres o cuatro metros de largo por uno de ancho, en el que se encontraba el retrete y el lavabo.
La brevedad de los trayectos que realiz¨® en coche, siempre custodiado, parece demostrar que permaneci¨® secuestrado en una localidad pr¨®xima a San Sebasti¨¢n. Su secuestro se produjo el pasado d¨ªa 10 en la calle de Fuenterrab¨ªa de San Sebasti¨¢n, muy cerca del edificio de Correos, que custodia permanentemente la Guardia Civil, en el momento en que se dispon¨ªa a poner en marcha su veh¨ªculo.
Sin noticias de su familia
Jos¨¦ Mar¨ªa Ega?a no tuvo informaci¨®n alguna de las iniciativas de su familia y de las reacciones que su secuestro despert¨® en la sociedad vasca, ya que sus guardianas, al parecer los mismos que llevaron a cabo la acci¨®n del secuestro, le censuraron las noticias de los peri¨®dicos Egin y Diario Vasco que se refer¨ªan a ¨¦l.
"S¨®lo hubo una excepci¨®n, quiz¨¢ por un despiste, y un d¨ªa pude leer que mi familia ped¨ªa tranquilidad. Eso", indic¨®, "me levant¨® enormemente la moral". A lo largo de estas casi tres semanas el industrial recibi¨® puntualmente de manos de sus secuestradores el medicamento que toma ocasionalmente para contrarrestar la pericarditis, una afecci¨®n de la que seg¨²n ¨¦l no se ha resentido.
"Me costaba conciliar el sue?o", dijo, "porque era consciente de lo que pod¨ªa ocurrirme".
Fue liberado a las 20.30 horas, maniatado, en las inmediaciones del asador Patxiku Enea, de Lezo (Guip¨²zcoa), tras un viaje de unos 25 minutos en el que los secuestradores cambiaron varias veces de carretera, probablemente con el ¨¢nimo de desorientarlo.
"Yo iba en el maletero, y lo pas¨¦ muy mal porque hab¨ªa un escape de humo. Cuando me sacaron de all¨ª me ataron, me quitaron la capucha y se fueron. Al principio", coment¨®, "no estaba muy convencido de que me hubieran dejado libre, pero luego, al sentirme solo, con paciencia, fui desat¨¢ndome".
"No s¨¦ todav¨ªa qu¨¦ voy a hacer de aqu¨ª en adelante; nunca pens¨¦ que podr¨ªa ocurrirme algo as¨ª. Es triste que tengamos que vivir en esta situaci¨®n; cada vez somos m¨¢s los que tenernos ganas de reaccionar contra todo esto", se?al¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Ega?a.
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