Arco 86, una calidad homog¨¦nea
Pocas sorpresas deparan las obras expuestas en Arco 86 de las ¨²ltimas generaciones de artistas espa?oles. La calidad media de estos artistas es m¨¢s elevada, homog¨¦nea y estabilizadora, sin los violentos contrastes habidos en ediciones anteriores de la Feria de Arte Contempor¨¢neo. Arco 86, que se clausura el martes, realiza hoy dos mesas redondas sobre coleccionismo y cine, adem¨¢s de proyecciones de v¨ªdeo y cine. El libro de visitas es de las doce de la ma?ana a las nueve de la noche.
Un recuento de lo que en sentido nato podr¨ªamos denominar como los representantes art¨ªsticos espa?oles de las ¨²ltimas generaciones, que ahora exponen en Arco 86, resultar¨ªa abrumador. Para que se hagan una idea, revisando mis notas sobre aquellos, que, en principio, por una u otra causa, merecen cierta atenci¨®n, resulta que suman un n¨²mero que sobrepasa el medio centenar.En el ambiente de euforia con que se ha vivido el tema de las artes pl¨¢sticas en Espa?a durante los ¨²ltimos a?os, aparte, naturalmente, del mayor porcentaje de artistas j¨®venes que se da en todas Ias ¨¦pocas por ley natural, este hecho no es extra?o. Lo que s¨ª me ha parecido un s¨ªntoma significativo como novedad en la presente edici¨®n es la existencia de un nivel de calidad medio m¨¢s homog¨¦neo, sin esos violentos contrastes de anta?o entre lo sobresaliente, acaparado por unas pocas figuras aisladas, y lo muy mediocre de la mayor¨ªa.
S¨ªntoma de madurez
Ha subido la calidad media, en efecto, y quiz¨¢ por eso mismo el visitante de la actual feria de arte tenga m¨¢s dificultades para deslumbrarse ante las individualidades comparativamente geniales. Este positivo s¨ªntoma de madurez art¨ªstica tiene la contrapartida de producir menos emociones y sobresaltos, de suscitar un ambiente m¨¢s tibio, acolchado y, quiz¨¢ para algunos, por monocorde, m¨¢s aburrido.Lo parad¨®jico de esta sensaci¨®n es que, de hecho, como antes apuntaba, no s¨®lo ello se debe a lograrse una estabilizaci¨®n de un nivel de calidad medio superior, sino tambi¨¦n a que, como consecuencia de ello, no se dan las espectaculares fiebres mim¨¦ticas de antes, que hac¨ªan aparecer las modas y los gui?os, asumidos de la manera m¨¢s ingenua, como trallazos adolescentes.
Por otra parte, en este resultado m¨¢s, si se quiere, plano, influye asimismo la tendencia general actual al expresionismo perfumado y elegante, la recuperaci¨®n del romanticismo intimista, la tendencia compositiva minimalista, la b¨²squeda de una intensa concentraci¨®n casi m¨ªstica a lo Malevitch y el uso de los peque?os formatos, todo lo cual parece la reacci¨®n de la resaca producida por la org¨ªa de violento expresionismo anterior a la vez que nos confirma en el giro que se est¨¢ produciendo internacionalmente en la sensibilidad.
En este ambiente general de serena madurez, los mayores, en buena parte ya convertidos en cl¨¢sicos de su generaci¨®n, tienen ya trazas armoniosas de figuras asentadas, fijadas con seguridad en su estilo personal. Tales son los casos de Guillermo P¨¦rez Villalta, Manolo Quejido, V¨ªctor Mira, Jos¨¦ Manuel Broto, Pancho Ortu?o, Carlos Le¨®n, Luis Claramunt (?excelentes pinturas!), Miguel Yb¨¢?ez, Soto Mesa, Luis Canelo, Carmen ?lvarez, Marta C¨¢rdenas, F. Carc¨ªa Sevilla, Sergi Aguilar, A. Gort¨¢zar, M. P. Herrero, Jos¨¦ Morea, Juan Su¨¢rez o Gloria Garc¨ªa.
Entre los m¨¢s j¨®venes, pero con una trayectoria suficientemente reconocida, se aprecia tambi¨¦n una tendencia hacia la consolidaci¨®n de los lenguajes, y pondr¨ªa como ejemplos los de Leiro, Ceesepe, Yariscal, Plepsa, Melquiades Alv¨¢rez, Pelayo Ortega, J. Balde¨®n, P. Dur¨¢n, J. Juste o J. Benn¨¤ssar.
Sorpresas
Entonces, ?no hay sorpresas en Arco 86? ?Ninguna revelaci¨®n rese?able? Sorpresa ha sido el descubrimiento de Ant¨®n Lamazares como escultor, aunque creo que lo que hace en este campo no supone una ruptura con su l¨ªnea pict¨®rica.Por lo dem¨¢s, no s¨¦ si en el sentido estricto de revelaci¨®n, pero desde luego relacionado con ¨¦l de una u otra manera, habr¨ªa que citar, desde mi punto de vista, a los escultores Fernando Sinaga y Tito, a los pintores Guillermo Paneque, Curro Gonz¨¢lez, Juan Lacambra, Mar¨ªa Carbonero, Juan Savater, Polo Pita (?l¨¢stima que est¨¦ tan mal colgado!), Pepe Carretero, Dar¨ªo Urzay y Elena de Rivero (con una muestra individual en la galer¨ªa Estampa). Por ¨²ltimo, no quisiera terminar esta revisi¨®n forzosamente parcial sobre nuestro arte joven sin mencionar, tambi¨¦n a modo de ejemplo, el caso de la galer¨ªa Vegueta, que ha presentado, junto al siempre vitalista Tony Gallardo, con su renovaci¨®n escult¨®rica ¨²ltima, a tres j¨®venes -Adri¨¢n Alem¨¢n, J. L. P¨¦rez Navarro y Carlos Matalla-que han sido seleccionados con acertado criterio.
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