Los norteamericanos apoyan el ataque, a pesar de que ha empeorado el di¨¢logo con Mosc¨²
El 70% de los norteamericanos apoya el ataque militar contra Libia, pero Estados Unidos ya ha comenzado a pagar un precio por el mismo: el deterioro del di¨¢logo con la URSS y un aumento de las tensiones en el seno de la OTAN. Ambos son, sin embargo, riesgos calculados y cuyos efectos pueden limitarse a corto plazo, seg¨²n la diplomacia estadounidense. La acci¨®n norteamericana, un cambio fundamental en la lucha desarrollada por Occidente desde hace 20 a?os contra el terrorismo, ha puesto en peligro la cumbre entre Reagan y Gorbachov, proyectada para este a?o en Washington, que ya dif¨ªcilmente podr¨¢ celebrarse este verano, como deseaba el presidente. Pero en Washington se cree que el conflicto con Libia no conducir¨¢ a un enfrentamiento militar con Mosc¨² ni impedir¨¢ la cumbre.
Mosc¨² cancel¨® el martes la reuni¨®n preparatoria que iban a celebrar, a mediados de mayo, los ministros de Exteriores de los dos pa¨ªses. Reagan manifest¨® ayer su "disgusto" por este hecho al ministro de Exteriores de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Hans-Dietrich Genscher, que se encuentra en Washington explicando la frustraci¨®n europea tras el ataque. Sin embargo, Washington cree que la cumbre es a¨²n posible a finales de noviembre o en diciembre, y que Mosc¨² ha realizado un gesto pol¨ªtico t¨¢ctico, a corto plazo, al suspender la reuni¨®n de George Shultz y Edvard Shevarnadze. "Es un error y demuestra donde se sit¨²a la URSS en el tema del terrorismo", afirm¨® el portavoz presidencial, Larry Speakes. El secretario de Estado Shultz dijo que la decisi¨®n sovi¨¦tica "l¨®gicamente disminuye las oportunidades de un encuentro al m¨¢ximo nivel este verano".Reagan est¨¢ convencido de que la demostraci¨®n de que Estados Unidos est¨¢ dispuesto a defenderse y el abandono de su antigua imagen de gigante impotente, beneficiar¨¢ su pol¨ªtica exterior a medio y largo plazo y reforzar¨¢ su posici¨®n negociadora con la URSS. Observadores independientes sugieren, por el contrario, que la Administraci¨®n de Reagan, empujada por el convencimiento de que la URSS est¨¢ a la defensiva, est¨¢ calculando mal los riesgos con una pol¨ªtica agresiva hacia Libia y otros puntos del Tercer Mundo.
En una carta enviada ayer a los l¨ªderes del Congreso, Reagan afirma que EE UU actuar¨¢ en "leg¨ªtima defensa" y responder¨¢ nuevamente si Libia sigue apoyando actos de terrorismo antinorteamericanos. Un alto representante del Departamento de Estado afirm¨® ante el Congreso que el Gobierno de EEUU no buscaba "asesinar" a Gaddafi.
Gorbachov, afirman estas fuentes, no est¨¢ dispuesto a aceptar la vinculaci¨®n que quiere hacer Estados Unidos del control de armamentos y el comportamiento sovi¨¦tico en la periferia regional del mundo.
Reacci¨®n m¨ªnima
La reacci¨®n sovi¨¦tica al ataque contra Libia, al que calific¨® de "acto criminal", es, sin embargo, "el m¨ªnimo" que cabr¨ªa esperar de Mosc¨² para defender a un pa¨ªs amigo, seg¨²n fuentes gubernamentales. Hay que tener en cuenta que la URSS es el principal suministrador de armas a Gaddafi, que miles de t¨¦cnicos sovi¨¦ticos y de otros pa¨ªses del Este manejan su Ej¨¦rcito, y que varios aviones Mig-23, han sido destruidos por EE UU sobre suelo libio. En Washington se espera que Gaddafi le pida a la URSS que reemplace el material militar perdido en los combates, a lo que Gorbachov puede acceder pidiendo a cambio una base naval en Libia.El presidente se reuni¨® ayer con sus principales colaboradores para estudiar el futuro del tratado SALT-2, el ¨²nico acuerdo importante de control de armamentos nucleares a¨²n en pie entre las dos superpotencias.
Desde que comenz¨® la crisis con Libia, hace tres semanas, Washington y Mosc¨² han estado en contacto para evitar una escalada producida por malentendidos o la p¨¦rdida de vidas sovi¨¦ticas en los ataques. El 27 de marzo, Estados Unidos comunic¨® a la URSS y a la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) que Gaddafi. planeaba un atentado en Berl¨ªn contra intereses norteamericanos, utilizando a su Embajada en la RDA. EE UU pidi¨® que fuera cerrada la representaci¨®n diplom¨¢tica libia. El 5 de abril, despu¨¦s del atentado de la discoteca, un miembro de la Embajada sovi¨¦tica en Washington fue lla mado al Departamento de Estado, donde escuch¨® cr¨ªticas por la inacci¨®n de su pa¨ªs.
La pasada semana, Shultz co munic¨® al embajador saliente de la URSS, Anatoli Dobrinin, que EE UU "no puede continuar so portando el terrorismo libio". "Vamos a tener que hacer algo", a?adi¨® el secretario de Estado. Dobrinin respondi¨® que un ataque "tendr¨ªa consecuencias sobre las relaciones bilaterales". Minutos despu¨¦s del bombardeo del lunes, el encargado de negocios sovi¨¦tico fue llamado al Departamento de Estado para se?alarle que la acci¨®n no ten¨ªa nada que ver con las relaciones entre los dos pa¨ªses.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.