David Stockman
El 'ni?o prodigio' de la Administraci¨®n de Reagan es hoy su principal cr¨ªtico
La revoluci¨®n econ¨®mica de Ronald Reagan, modelo para los neoliberales en todo el mundo, "estaba condenada al fracaso desde el principio, y el intento ha concluido con la acumulaci¨®n de una deuda p¨²blica masiva que provocar¨¢ cataclismos econ¨®micos". Esto no lo afirma un enemigo de las reaganomics, sino su principal arquitecto ideol¨®gico, David Stockman, de 39 a?os, que ha causado un esc¨¢ndalo en Estados Unidos con la publicaci¨®n esta semana de sus memorias, El triunfo de la pol¨ªtica: por qu¨¦ fracas¨® la revoluci¨®n de Reagan.
Stockman afirma, para esc¨¢ndalo de la clase pol¨ªtica, que la ignorancia de Reagan y la incompetencia de sus asesores, que enga?aron al presidente y al pa¨ªs, crearon un sue?o irrealizable. La pol¨ªtica triunf¨® sobre la realidad, que no se modific¨®, es el mensaje del autor del pol¨¦mico libro. Stockman, hasta el pasado a?o director de la Oficina del Presupuesto, ha cobrado 250.000 d¨®lares (unos 36 millones de pesetas) de la revista Newsweek por los derechos a publicar extractos del libro, y 2,3 millones de d¨®lares por su trabajo, de la editorial Harper and Row.El que fuera el ni?o prodigio de la primera Administraci¨®n de Reagan, destinado a conseguir el objetivo del presidente de reducir el tama?o del Gobierno Federal, y que abandon¨® el Ejecutivo con un d¨¦ficit presupuestario de 200.000 millones de d¨®lares, no deja t¨ªtere con cabeza en el mundo pol¨ªtico de Washington. A los asesores de Reagan, Donald Reagan, James Baker y Michael Deaver, los califica de analfabetos pol¨ªticos, que nunca le¨ªan nada, s¨®lo preocupados de lo que reflejaban los informativos de la televisi¨®n, para ellos la ¨²nica realidad.
La Casa Blanca no tiene de momento comentario sobre el libro, que se vende a 22 d¨®lares y que se ha convertido en un ¨¦xito de ventas. Stockman prev¨¦ que "si Estados Unidos sigue el rumbo actual, la d¨¦cada se cerrar¨¢ con una hiperinflaci¨®n peor que la existente en 1980". El ex director de Presupuestos afirma que Reagan, al que pinta como poseedor de un conocimiento "fundamentalmente impresionista, que registra an¨¦cdotas m¨¢s que conceptos", fue enga?ado por ¨¦l mismo y por los supply-siders (los defensores de que un recorte brutal de impuestos y del gasto p¨²blico liberar¨ªa las fuerzas econ¨®micas y provocar¨ªa autom¨¢ticamente mayores ingresos y un salto en el crecimiento).
El presidente "nunca comprendi¨® la relaci¨®n entre el sistema fiscal y el presupuesto. ?Qu¨¦ se puede hacer cuando tu presidente ignora todos los datos relevantes y vaga en c¨ªrculos?", se pregunta Stockman. "Reagan era un pol¨ªtico de consenso, y no un ide¨®logo. No estaba preparado ni quer¨ªa hacer una revoluci¨®n. S¨®lo ten¨ªa una visi¨®n conservadora. No era un radical y no ten¨ªa un programa concreto para dislocar y traumatizar la sociedad norteamericana".
Stockman define la revoluci¨®n fracasada como "un asalto frontal contra el Estado del bienestar", ¨²nica f¨®rmula para pagar por la masiva reducci¨®n impositiva decretada al llegar Reagan al poder. Stockman confiesa que "s¨®lo hicimos lo f¨¢cil, el gigantesco recorte de impuestos, la parte de la doctrina que supon¨ªa dar algo al electorado, no quitarle algo". El presidente, incoherentemente con lo que predicaba, se neg¨® luego a ser radical en los recortes presupuestarios. Hab¨ªa que haber eliminado por completo las subvenciones a los agricultores y a los empresarios y acabar con la Seguridad Social para los pobres capaces de trabajar, y no dar a los retirados m¨¢s dinero de la Seguridad Social del que hab¨ªan contribuido. "S¨®lo un canciller de hierro lo hubiera hecho, y Reagan no estaba por esa labor. Era demasiado blando y sentimental", explica Stockinan.
El propio S tockinan, hoy director ejecutivo con la banca de inversiones Salomon Brothers, en Wall Street, confiesa que ¨¦l tiene gran parte de la culpa por no avisar al presidente a tiempo de que las cifras no cuadraban. "Como ide¨®logo radical", admite Stockman, "en la c¨²spide del poder no pens¨¦ en c¨®mo me juzgar¨ªa la historia en el futuro y me dediqu¨¦ a incubar trucos a corto plazo para enmascarar la realidad de que el agujero presupuestario s¨®lo podr¨ªa ser cerrado por un dictador. En 1984 la Casa Blanca se hab¨ªa convertido en un pa¨ªs de las hadas, convirtiendo a la econom¨ªa norteamericana en reh¨¦n de una pol¨ªtica fiscal temeraria e inestable basada en una pol¨ªtica de gastos elevados y una doctrina de bajos impuestos".
"La verdadera revoluci¨®n de Reagan", afirma el libro, "nunca tuvo una oportunidad. Desafi¨® todas las aplastantes fuerzas, intereses e impulsos de la democracia norteamericana. Nuestro gobierno de controles y equilibrios, las tres ramas del poder, dos C¨¢maras legislativas y un poder infinitamente repartido, es conservador, no radical. Se abraza con fuerza a la historia anterior. Va hacia el futuro paso a paso. No puede saltar en revoluciones sin darse de bruces contra el suelo". Stockman explica en su libro que lo ocurrido supone en realidad un refer¨¦ndum sobre el estado de asistencia y seguridad social, y el fracaso de la revoluci¨®n de Reagan deriva de que el pa¨ªs ha votado por mantenerlo.
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