Con Jerez fue el delirio
La primera parte del pas¨® sin ning¨²n sobresalto especial. M¨¢s bien al contrario, en alg¨²n momento temimos que el tedio malograra una idea ambiciosa.Manuel Machado es uno de los poetas que m¨¢s se han aproximado, y con mayor fortuna, al aliento popular de la copla ("Que a todos nos han cantado / en una noche de juerga / coplas que nos han matado"). Pese a ello, y aun reconociendo el esfuerzo de Ortiz Nuevo por hacer una adaptaci¨®n de los versos adecuada a los estilos flamencos, en algunos casos se percibieron ciertas dificultades. En definitiva, el cantaor / cantaora es quien canta la copla, quien tiene que meterla en el son preciso, y si no la siente es muy dif¨ªcil que pueda hacerlo con verdad. La dificultad fue evidente en las cantaoras jerezanas, habituadas a las mismas copias que oyeron y aprendieron en su entorno.
Cantando la pena
.., la pena se olvidaCalixto S¨¢nchez, Chano Lobato, Mar¨ªa La Burra, Juana de Jerez. Toque: Manolo Franco, Pedro Bac¨¢n, Moraito Chico. Baile: Carmen Ledesma, Currillo de Bormujos. Basado en Cante hondo, de Manuel Machado. Alcal¨¢ Palace. Madrid, 19 de abril
As¨ª que la primera parte no acab¨® de calentar los ¨¢nimos. El escenano creado por Moreno Galv¨¢n funcionaba a base de una caja negra con s¨®lo espacios luminosos diferenciando los planos. La composici¨®n de las figuras evocaba con sobriedad y encanto la estampa de los viejos cuadros flamencos. Los artistas iban desgranando su arte lo mejor que sab¨ªan, y algunos saben mucho. Los tres guitarristas son tres maestros, cada uno en su estilo: Manolo Franco hace un toque rico, directo, que brilla por igual en concierto o acompa?ando al cante o al baile; Pedro Bac¨¢n, nieto del Pinin¨ª, es quiz¨¢ m¨¢s limitado pero su jondura llega a lastimar una y otra vez, constantemente; Moraito Chico tiene en sus cuerdas toda la gitaner¨ªa andante del barrio de Santiago jerezano, y por buler¨ªas y por soleares hizo locuras.
En esa primera parte, Calixto S¨¢nchez ofreci¨® su cante extenso, brillante, que a un sector del p¨²blico le vuelve loco; su cante por ton¨¢ y siguiriya fue grande; su cante por grana¨ªnas tuvo la brillantez propia del g¨¦nero, lo cual, unido a la brillantez del cantaor, hizo que consiguiera tambi¨¦n unos tientos convincentes. Chano Lobato cant¨® por tangospara Carmen Ledesma, una bailaora con detalles, con un cierto desgarro temperamental que despu¨¦s se manifestar¨ªa de manera m¨¢s notable por alegr¨ªas y por buler¨ªas. Currillo de Bormujos no pudo traspasar en toda la noche una barrera de frialdad, de distanciamiento. Juana Fern¨¢ndez y Mar¨ªa La Burra comenzaron a templarse haciendos cantes por sole¨¢ de manera ejemplar.
En la segunda parte, la celebraci¨®n se puso donde deb¨ªa estar. Abri¨® la cuenta Chano Lobato, que le cant¨® a Carmen unas alegr¨ªas de las que se oyen pocas veces, siendo uno de los palos m¨¢s frecuentados actualmente; Chano las hizo con ese arte suyo tan personal, tan propio, que nadie le puede copiar aunque muchos quieran imitarle; con rajo, con gitaner¨ªa, bail¨¢ndolas literalmente sin levantarse de la silla. Y despu¨¦s ya todo fue la fiesta jerezana por buler¨ªas. La hija de El Borrico, Mar¨ªa, esfinge morena de voz grave y sin brillo pero con todos los duendes de lo jondo, hizo sus cantes y sus bailes con un se?or¨ªo fastuoso, bien secundada por Juana. Chano hizo lo suyo tambi¨¦n, aun no siendo jerezano, porque Chano es un maestro en casi todo. El fulgor buleariero fue pasando de unos a otros como calambrazo de alta tensi¨®n, y hasta Calixto S¨¢nchez se contagi¨® e hizo sus pinitos. El p¨²blico lleg¨® en ocasiones a las palmas, y a comp¨¢s. Con Jerez fue el delirio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.