Una semana 'loca', alumbrada por 325.000 bombillas
La Feria de Abril concluy¨® ayer en Sevilla
Feria de Abril en Sevilla, es decir, la resaca de este lunes de 1986 al apagarse las 325.000 bombillas que, durante una semana, alumbraron la luz de un pueblo loco, borracho de casta?uelas y caballistas, y sevillanas y fino, recluido en los 300.000 metros cuadrados del parque de los Pr¨ªncipes. De estos sevillanos no es posible fiarse, pero tienen grasia y hay que amarlos: unos dicen que por la Feria-86 pas¨® un mill¨®n de personas s¨®lo el viernes ¨²ltimo; otros calculan que esa cifra se ha rebasado pero a lo largo de la semana. ?Qu¨¦ importa! El millar de casetas, centenar m¨¢s centenar menos, fue un hervidero.
A Gaddafi le inventaron una sevillana, una sevillana malaje; Carmen Romero estuvo all¨ª, guapa, guapa, guapa, inteligente, la ni?a faraona-presidenta. Y todo acab¨® como Di¨® manda: borrachos todos, aunque la Cruz Roja sald¨® s¨®lo 400 casos de enfermedad por razones et¨ªlicas; pero "ni un solo incidente grave", palabra de honor de la misma organizaci¨®n. "Sevilla, ciudad egregia, en lo monumental s¨®lo puede compararse a Roma, Par¨ªs, Florencia y Venecia". Esto se lo recuerdan al forastero las gentes del lugar; y hay que encogerse, y escuchar, y ver, y o¨ªr.
Primera advertencia en Madrid: "Sevilla es una ciudad divina, pero ten cuidado porque te afanan como por encanto". Segunda, tercera, cuarta advertencia, de lenguas sevillanas: "?Has sacado todo del coche?, porque te desvalijan seguro". Camino de la Feria del Real que se dice, el forastero liga con un se?or m¨¢s que maduro, que parece una maceta, rosa roja en el ojal, dispuesto a to para que el forastero se entere: "Mire, aqu¨ª tenga mucho cuidado porque en Sevilla la Semana Santa y la Feria son cosas sagradas. Esas ni?as que ve usted, van de gitanas por que sus vestidos tienen m¨¢s vuelo y frunce; el traje con menos frunce y vuelo es el rociero".
La Feria de Abril en Sevilla: polvo y sevillanas, sopla el viento, sevillanas, fino, en cada caseta, el recinto sagrado, donde s¨®lo entran los elegidos: "Soy el marqu¨¦s de Tremor de Abajo y voy a buscar a mi prima la condesa"; el cancerbero se lo cree e invita con seriedad: pase ust¨¦. Esto es la cultura del mundo que se aburre durante todo el a?o para estallar aqu¨ª. Esto es la cultura del caballo con su jinete a lo campero y su ni?a a la grupa; esto es la cultura del olor a cagajoles, que no es el esti¨¦rcol del caballo: "?igame usted, amigo, esto es un cagaj¨®n, y no una bo?iga, que es lo que caga la vaca; y tampoco es una cagarruta, cosa de ovejas y cabras; y mucho menos una mierda, que es lo que cagamo las personas", explica doctamente Joaqu¨ªn, Montoya S¨¢nchez, de profesi¨®n: monto a caballo y soy de Utrera".
R¨ªos de gente, rosarios de caballos y j¨ªnetes y ni?as a su grupa que miran y no ven, o ven lo que quieren. ?Qu¨¦ significa para usted pasearse a la grupa de su caballero? "Lucir el vestido, y el arte, la grasia". Una se?ora se pasea con su hija vestida de gitana, de tres meses de edad. Esto tiene algo de boda, de bautizo, de primera comuni¨®n, de fiesta de pueblo. Antonio Conejero es el jinete m¨¢s joven de la Feria, un ni?o, estudia octavo: "Una ni?a a mi grupa es una alegr¨ªa para el caballo, que se llama Colino". Dos ni?os paseantes: "La Feria es una fiesta pa sevillanos, y no pa madrile?os que no nos caen bien por cursis". Hoy sopla el viento y un feriante sentencia ante la asamblea familiar: "Esto es malo pa los toros", para los que se est¨¢n lidiando en la Maestranza, claro; esto ocurri¨® el jueves, en el mismo momento quiz¨¢ en que Vargas recib¨ªa al toro con el enga?o en forma de "cartucho de pescado", como dictaminan en Sevilla cuando un torero lleva la muleta plegada junto a su cintura, para abrirla en el instante en que el astado llega a su jurisdicci¨®n.
M¨²sica, vino, 'faralaes'
Dos ni?as vestidas de pa¨ªsano porque ya se han jartao de los faralaes "Esto nos gusta por la gente, la m¨²sica y el vinito". ?Y no para ennoviar? "No, no, adi¨®s". En la caseta, Pe?a de los de la Efe: "No puede usted entrar, nada, que no Bueno. Otra caseta, Pe?a Flamenca Torres Macarena. Nada, hay que ser socio. Antonio Llaguno, jinete de corto vestido, piafa con su caballo que es un primor. Otra caseta, Puesto de Mando: un ligero chalaneo con el guardameta y "puede usted pasar pero s¨®lo a beber una copita en la barra del bar y no a sentarse". Lomo embuchado jam¨®n serrano, fino Osborne; "media botellita se?or, es lo m¨ªnimo". Vale. El consumidor invita al camarero, que brinda: "Por usted, por m¨ª y por la vida". Otra vez el paseo del Real; esto es una chuler¨ªa de sesi¨®n continua; los jinetes y sus amazonas miran, saludan, para ser vistos: "Oye, Manoliyo".En la caseta municipal rueda la televisi¨®n francesa; Roger Gicquel, divo de la peque?a pantalla del otro lado de los Pirineos, confiesa: "Esto de la Feria es tan sorprendente como insoportable". En la emisi¨®n va a intervenir el modista Adolfo Dom¨ªnguez. Gicquel se aventura a imaginar que el traje de gitana "es s¨ªmbolo de igualdad de clases sociales". Toma y daca en torno a la definici¨®n de una fiesta: "La Feria es un arca¨ªsmo, hay que emborracharse para entrar dentro, como en todas las fiestas arcaicas; la fiesta soy yo en cada instante de mi vida". Piluca y Gloria est¨¢n locas: "Para m¨ª la fiesta es un momento de gozo con alguien alrededor". Gloria: "No hay nada como esto. Para conocer la Feria hay que vivirla, pasar tres d¨ªas bebiendo, charlando, bailando". Jos¨¦ Mar¨ªa Arjona, andaluz a lo bestia, escucha a dos for¨¢neos: "Me encanta esta tierra", dice uno y corrobora el otro. Y Arjona: "Por favor, tomen dos copitas y que las apunten en mi cuenta". Un jinete que parece mirar desde el tendido del cielo: "Esto de la Feria es un arte, un poder¨ªo, un demasi¨¦". Al abajo firmante le tienta una vuertecita en el tranco (coche de caballos), a 4.000 pesetas la hora. Esto, es la locura de la lucidez. Dos estudiantes japoneses: "S¨ª, bueno, Espa?a es esto y los toros". Matilde y Reyes ya no pueden m¨¢s con, sus 16 a?os y toda la Feria a cuestas: "Lo ¨²nico que nos gusta m¨¢s; es la Semana Santa; ver c¨®mo llevan a las v¨ªrgenes los nazarenos; y, cuando vemos a nuestro Cristo., que es el Cristo de la buena muerte, lo sentimos todo". ?Es algo sexual? "Es todo". Tres catalanas, Emma, Encarna y Silvia: "La gente se manifiesta tal cual es; esto es clasista porque no todos pueden entrar en las casetas". Joaqu¨ªn Vidal, el cr¨ªtico taurino: "Cuidado, mucho cuidado, lo que le da categor¨ªa a la Feria del Real es la Feria taurina de la Maestranza". Un camarero de El Coliseo a quien se pregunta si liga mucho responde: "Yo no jodo el d¨ªa que no quiero", y apuntilla: "La Feria es un explotador de bobos". All¨¢ ¨¦l y se jodi¨® todo.
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