T¨²nez, quebrantado
LE MONDEEl ataque norteamericano contra Libia, al igual que cualquier conmoci¨®n de un conjunto inestable por naturaleza, tiene consecuencias inmediatas y otras m¨¢s le'anas y menos visibles. En el aspecto siniestramente espectacular, el anuncio del ahorcamiento de un reh¨¦n brit¨¢nico en L¨ªbano, mediante el cual Tr¨ªpoli "se venga de la se?ora Thatcher", y la presentaci¨®n de una pel¨ªcula de su ejecuci¨®n acaban de demostrar que todo es concebible. En cuanto a los efectos internacionales, el caso de T¨²nez es particularmente digno de inter¨¦s.V¨ªctima de las maniobras de Gaddafi y, si se tercia, de sus intrusiones, el peque?o y pac¨ªfico pa¨ªs del Magreb es lugar para el castigo que Reagan ha cre¨ªdo deber infligir a su temible vecino en una situaci¨®n casi insostenible (...) Enfrentado a una dif¨ªcil coyuntura econ¨®mica, evaluando el vac¨ªo y la incertidumbre que dejar¨¢ un d¨ªa la desaparici¨®n del presidente Burguiba, minado, como tantos otros, por el auge del extremismo isl¨¢mico, el T¨²nez prooccidental no ten¨ªa apenas razones para ponerse de luto tras el bombardeo de Tr¨ªpoli y Bengasi.
Despu¨¦s del ataque israel¨ª contra la sede de la OLP cerca de T¨²nez -condenado esta vez con vigor por el pa¨ªs anfitri¨®n-, algunos hubieran querido organizar grandes manifestaciones, pero el poder, temeroso de posibles excesos, se limit¨® a un mitin y a la entrega de una protesta en la Embajada norteamericano. Hace una semana, la oposici¨®n ha querido reunir, en pleno centro de la capital, a manifestantes cuyo n¨²mero e indignaci¨®n inquietabar. a las autoridades, T¨²nez no pretende enemistarse con Washington y alterar unas relaciones muy amistosas con el riesgo de privarse de un apoyo precioso en tiempos dif¨ªciles.
Por haber intentado manifestarse el 17 de abril, Ahmed Mestiri ha sido condenado a cuatro meses de prisi¨®n. No puede pretenderse que el dirigente del movimiento de los dem¨®cratas socialistas, antiguo ministro de Burguiba, sea un perturbador del orden o un agitador prolibio. Sus partidarios se?alan que era natural organizar manifestaciones de masas ante el hecho de que el Gobierno callase ante una operaci¨®n norteamericana poco apreciada, en la misma Europa, por los fieles aliados de Estados Unidos.
24 de abr¨ªl
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