La rebeli¨®n de la tierra

Olivares vive pendiente de la lluvia. Este pueblo, situado a 25 kil¨®metros de Granada, lleva m¨¢s de dos semanas de pesadilla, desde que se empez¨® a desprender de la sierra una lengua de tierra que lleg¨® a tener m¨¢s de un kil¨®metro de longitud. Un tercio de la poblaci¨®n fue evacuada, por si el monte avanzaba sobre sus casas. Ya han empezado a organizarles viviendas prefabricadas, pero ellos no las quieren porque temen que no sean provisionales y que, cuando el peligro termine, nadie se acuerde de los vecinos. El alcalde de Mocl¨ªn, cabeza del municipio, aboga por la reimplantaci¨®n del pueblo en un lugar m¨¢s seguro. Mientras, el jefe del servicio provincial de Protecci¨®n Civil de Granada, Jorge Fern¨¢ndez Cuesta, asegura que la evacuaci¨®n total del pueblo est¨¢ ya casi totalmente descartada..., pero que no llueva mucho.

ENVIADA ESPECIALJulio Molina est¨¢ sentado en un mont¨®n de tierra y piedras, pero ¨¦l no cree que sea s¨®lo eso. Al fin y al cabo, hasta hace 12 d¨ªas, hasta que la tierra se comi¨® a la tierra, ah¨ª, donde ahora excavan esas m¨¢quinas que ¨¦l mira absorto, estaba su huerto, un huerto con papas -dice-, habas, ajos y un peral que resist¨ªa desde la ¨¦poca de sus padres. Ten¨ªa tambi¨¦n una alberca, que le permit¨ªa regar y dejaba a sus hijos, cuando la pintaban, pensar que se met¨ªan en una piscina. Julio Molina ocupaba esta casa del barrio del Arenal, en Olivares, con su mujer y seis hijos, todos los cuales viven del sueldo que ¨¦l saca como sanitario del hogar de ancianos de Armilla. Tan s¨®lo Maribel, una de sus hijas, trabaja espor¨¢dicamente, como maestra eventual.

Julio tiene 70 a?os y, seg¨²n su hija Evangelia, se baja aqu¨ª en cuanto vienen las claras del d¨ªa y no sube hasta que anochece. Parece que mir¨¢ndolo lo va a parar. Vive en la casa m¨¢s cercana a la lengua de tierra, que tiene el doble peligro de la avalancha de arena y piedras y del desbordamiento del r¨ªo Velillos, y, desde el, d¨ªa en que empez¨® a venirse abajo la monta?a, ha estado subiendo a la cantera y colocando una piedra a modo de testigo. Todas las ma?anas sube, mira, ve cu¨¢ntos cent¨ªmetros ha avanzado el peligro. Porque, como explica su hija Maribel, "la tierra se mueve como las agujas de un reloj, que sabes que avanzan pero no las ves moverse. Pero lo ven¨ªamos notando de un d¨ªa para otro, y es que se te parte el alma".

Se han amontonado, fisicamente, en Olivares las tierras del Arzobispado con las de los herederos de la marquesa de Casablanca Porque el pueblo, como explican sus habitantes, es as¨ª, mitad de los curas y mitad de don Carlos y do?a Angustias Z¨¢rate y D¨ªez de Rivera, que viven en Granada. Unos y otros tienen arrendadas parte de sus tierras -no precisamente las mejores, como puntualizan piadosamente los vecinos-, pero no han solucionado nunca el problema de la vivienda en Olivares: "Estamos entre dos fincas y no hemos podido comprar solares para construir m¨¢s casas, porque no vend¨ªan ni ced¨ªan los terrenos" dice Eduardo Solana, alcalde accidental de Mocl¨ªn, cabeza del municipio al que pertenece Olivares.

Es Albarcoque, 70 a?os, Emilio Su¨¢rez S¨¢nchez en el carn¨¦ de identidad, a la saz¨®n alcalde ped¨¢neo de Olivares, que no est¨¢ afiliado al PSOE pero ha votado siempre socialista, el que explica que esta cat¨¢strofe del corrimiento de tierras es lo que le faltaba al pueblo, un pueblo cuyas paredes piden con pareja insistencia el no a la OTAN y la reforma agraria. En Olivares gan¨® el no en el pasado refer¨¦ndum y Albarcoque y su mujer r¨ªen cuando se les pregunta sino habr¨¢ castigado Dios a los vecinos por votar eso. El pueblo tiene un millar de habitantes y es "trabajador, pobre y agr¨ªcola, por lo que aqu¨ª, por ejemplo, de derechas hay poco", explica el alcalde. "Siempre ha ganado el PSOE, aunque por poca diferencia sobre el PCE".

Olivares vive "de salir a Francia a la vendimia, de los 20 o 25 d¨ªas que vamos a la aceituna, aqu¨ª cerca, y de que en el paro trabajan ahora 20 o 22 d¨ªas, del empleo comunitario", intenta explicarse Albarcoque. "Aqu¨ª", a?ade, "si no hubiera pasado esto habr¨ªa, como mucho, un par de personas trabajando en cada cortijo, porque casi todo el mundo est¨¢ parado, aunque ahora, con la cat¨¢strofe, llevando agua a un barrio del cerro que se ha quedado sin ella y apa?ando las escuelas para los 160 chaveas, que se los han llevado a una cortijada, trabajan algunos". Hay mucho ni?o en Olivares "porque es un pueblo en el que se duerme mucho", explica socarr¨®n el alcalde.

Albarcoque, o Emilio Su¨¢rez, cuenta que el pueblo era un cortijo de la marquesa de Casablanca, "que muri¨® hace una pila de a?os y dej¨® el cortijo del Medio a los curas (lo administra el Arzobispado de Granada) y la otra mitad, el cortijo de Baeza, a sus herederos. A la marquesa y a ¨¦stos cada colono les pagaba una gallina hasta hace pocos a?os. O sea, que medio pueblo es de los curas y el resto del otro se?orico".

Y eso. El pueblo siempre ha sido pobre y s¨®lo ten¨ªa una "tahonilla" para el pan y otra con cuatro "manda¨²chos" de poca importancia. Emilio Su¨¢rez iba a Granada por "ropilla", por comida o cuando entraba en quintas. Andando. Pasando el r¨ªo por piedras o por un puente de tablas y echando en ello tres o cuatro horas. Isabel Molina iba a Granada al m¨¦dico. Hoy hay dos panader¨ªas muy buenas, cinco tiendas de comestibles, un consultorio, aunque el m¨¦dico vive en otro pueblo, Tiena, y hasta viene la Alsina (autob¨²s de l¨ªnea) dos veces al d¨ªa.

Un panorama no precisamente espl¨¦ndido como para que, adem¨¢s, se rebele la tierra. El pasado d¨ªa 11 empezaron a observarse desprendimientos desde la sierra. El atoramiento del r¨ªo fue el pri