Ni unidos ni independientes
DOS NUEVAS agrupaciones pol¨ªticas acaban de constituirse en extremos opuestos del espectro ideol¨®gico bajo el nombre com¨²n de plataforma. La primera ha sido la Plataforma de la Izquierda Unida, que trata de cubrir, en las pr¨®ximas elecciones, la ausencia de un partido eficaz a la izquierda del PSOE. La segunda es la derechista Plataforma Independiente, cuyo primer congreso se est¨¢ celebrando estos d¨ªas y que no tiene pretensiones inmediatamente electorales. Ambas plataformas se explican por el deterioro de los partidos a un lado y otro del que apoya al Gobierno. El vac¨ªo en una izquierda cl¨¢sica y declaradamente marxista y la desuni¨®n de los comunistas avalar¨ªan en principio las razones de la plataforma de la izquierda. El minifundio partidista de la derecha y sus incrustaciones reaccionarias facilitan, por otro lado, el oportunismo de cuantos quieran apuntarse a formar m¨¢s y m¨¢s minipartiditos conservadores.La Plataforma de la Izquierda Unida (PIU) ha surgido, as¨ª, como resultado de los esfuerzos del PCE, que dirige Gerardo Iglesias, con el objetivo de crear una formaci¨®n electoral m¨¢s amplia que el propio partido comunista. El PCE pretende con ello ampliar su escasa representaci¨®n obtenida en las ¨²ltimas consultas y potenciar la agrupaci¨®n de sectores de pacifistas y ecologistas descontentos con el socialismo. El modelo en que se inspira el PCE para fraguar tal alianza parece una mezcla de comunismo a la italiana y de radicalismo, o de socialdemocracia con verdes. Pero estas comparaciones, en la realidad, pueden llevarse demasiado lejos. En el grupo hay demasiada promiscuidad, propiciada por el circunstancial v¨ªnculo de la campa?a anti-OTAN, y tambi¨¦n una serie de reminiscencias pret¨¦ritas que no contribuyen a concederle la lozan¨ªa de una opci¨®n nueva. La incorporaci¨®n de los prosovi¨¦ticos de Ignacio Gallego -s¨²bitamente convertido al posibilismo tras su reciente viaje a Mosc¨² con motivo del congreso del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica- y la pintoresca reaparici¨®n de Enrique L¨ªster -cualquier cosa, menos un s¨ªmbolo de modernizaci¨®n- convierten la operaci¨®n patrocinada por Iglesias en una recuperaci¨®n de los ancestros, antes que en una f¨®rmula para una sociedad din¨¢mica y cambiante. La ausencia de Carrillo, por su parte -basada en argumentos personales m¨¢s que en una disensi¨®n pol¨ªtica-, arroja nuevas sombras sobre el vigor de la discusi¨®n ideol¨®gica en el seno del comunismo espa?ol.
Efectivamente, muy poco m¨¢s que el prop¨®sito de rentabilizar las im¨¢genes de unidad que ofrecieron las fotograf¨ªas y la televisi¨®n en las manifestaciones contra la permanencia en la OTAN constituye la raz¨®n de ser de esta coalici¨®n de izquierdas, que ha conservado el nombre de plataforma en connotaci¨®n con el r¨®tulo de Plataforma C¨ªvica que presentaba en aquellos d¨ªas. Junto a los comunistas, anfitriones del conglomerado, se re¨²nen tambi¨¦n el extra?o y anaranjado Partido Humanista, un resurrecto Partido Carlista, el antiguo militante mon¨¢rquico juanista Jaime Miralles, las reliquias de Izquierda Republicana, Ram¨®n Tamames y su Federaci¨®n Progresista, Alonso Puerta con un partido de bolsillo llamado Pasoc y, por si fuera poco, Jos¨¦ Luis Balb¨ªn, del que nada puede ni debe decirse como pol¨ªtico y del que ya est¨¢ todo dicho como profesional del periodismo. Con todo esto no es posible pedir una versi¨®n m¨¢s directa de la enso?aci¨®n pol¨ªtica unitaria creada en el posfranquismo y su transici¨®n. Y no es extra?o que los medios reaccionarios de este pa¨ªs jaleen la aparici¨®n de esta verdadera plataforma de izquierdas. Otra cosa dir¨ªan si lo que se perfilara fuera un partido comunista sin querellas internas, capaz de tener una presencia fuerte en las Cortes. Pero sobre esta cuesti¨®n, el futuro del comunismo, y la extra?a decisi¨®n de los prosovi¨¦ticos de este pa¨ªs de sumarse a conglomerados de ese g¨¦nero ya habr¨¢ ocasi¨®n de hablar.
A la originalidad de la plataforma de la izquierda, en la que sus protagonistas tienen que hacer esfuerzos para salir todos en la fotograf¨ªa, pero que es redundante demostraci¨®n del vac¨ªo pol¨ªtico que ha dejado el PSOE en este flanco, se suma el pintoresquismo de la otra plataforma, situada en el extremo opuesto y con la intenci¨®n de agrupar en una organizaci¨®n pol¨ªtica, camuflada de apoliticismo, numerosas resistencias gremiales a las tibias modernizaciones socialistas en el terreno de la sanidad, la educaci¨®n, la justicia, el asociacionismo agrario, el deporte, etc¨¦tera, as¨ª como alguna ambici¨®n pol¨ªtica tambi¨¦n descabalgada de la peripecia de la derecha en los ¨²ltimos a?os.
Tal plataforma, que intenta reproducir modelos de movilizaci¨®n conservadora al estilo de la Mayor¨ªa Moral norteamericana, no es un proyecto para unas elecciones, puesto que ya tienen sus representantes, principalmente en Alianza Popular, sino el intento de organizar un grupo de presi¨®n que sume los agravios de m¨²ltiples sectores bajo un denominador neoliberal y conservador. Supone un esfuerzo de ensanchamiento del radio de acci¨®n de la derecha pol¨ªtica, y una sindicaci¨®n de intereses que quiere incidir sobre el partido que m¨¢s directamente les representa. La presencia de personalidades como Carmen Alvear, presidenta de la Confederaci¨®n Cat¨®lica de Padres de Familia y Padres de Alumnos; Jos¨¦ Mar¨ªa Giralt Forner, dirigente del corporativismo agrario; Benito Castej¨®n, ex presidente del Consejo Superior de Deportes; Mauro Mu?iz, del autodenominado sindicalismo independiente de RTVE, y Ram¨®n Hermosilla, destacado abogado que defendi¨® al general Armada en el proceso por el 23-F, dan tambi¨¦n medida de este nuevo proyecto, presentado como un ang¨¦lico asociacionismo m¨¢s all¨¢ de partidos e ideas.
Ambas plataformas, con las curiosidades que las acompa?an, no tendr¨ªan m¨¢s trascendencia que la de ser un motivo para comidillas pol¨ªticas si no fuera porque, en su propia constituci¨®n y composici¨®n, denotan el tr¨¢gico vac¨ªo pol¨ªtico creado alrededor del PSOE y las dificultades enormes con que tropieza nuestro pa¨ªs para conseguir que la modernidad penetre en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica y de sus organizaciones. Pero siempre hay aspectos c¨®micos en toda tragedia, y ni la izquierda est¨¢ unida en la Plataforma de Izquierda Unida ni hay independientes en la Plataforma Independiente.
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