El Supremo absuelve a los dos jueces implicados en la liberaci¨®n de Bardellino
La Sala Segunda del Tribunal Supremo absolvi¨® ayer a los magistrados Jaime Rodr¨ªguez Hermida y Ricardo Var¨®n Cohos, as¨ª como a la amiga del primero, Josefa Su¨¢rez Peral, la Pepa, del delito de prevaricaci¨®n (dictar a sabiendas resoluci¨®n injusta) del que estaban acusados por la puesta en libertad provisional del jefe de la Camorra napolitana Antonio Bardellino, Tonino. La deliberaci¨®n del tribunal se resolvi¨® por tres votos a favor de la absoluci¨®n y dos en contra. Los tres magistrados del alto tribunal consideraron que la puesta en libertad de Bardellino no constituy¨® delito alguno y que la actuaci¨®n del juez Var¨®n Cobos fue perfectamente legal, por lo que, en consecuencia, la intervenci¨®n de losotros dos procesados no pod¨ªa ser considerada como delictiva.
Contra esta sentencia del Supremo no cabe recurso alguno, y la ¨²nica posibilidad de una sanci¨®n contra los magistrados radica en la reapertura del expediente disciplinario que fue incoado por el Consejo General del Poder Judicial y que qued¨® paralizado cuando el fiscal present¨® la querella contra los dos Jueces.Los magistrados Jos¨¦ Hijas Palacios, presidente del tribunal, Antonio Huerta ?lvarez de Lara y Fernando Cotta M¨¢rquez de Prado, de ideolog¨ªa conservadora, votaron mayoritariamente a favor de la absoluci¨®n de sus compa?eros. Se da. la circunstancia de que ¨¦ste fue el ¨²ltimo case, que celebr¨® Hijas, pues ayer fue: publicado en el BOE su cese por jubilaci¨®n al haber cumplido la edad reglamentaria de 70 a?os. Una muy alta fuente jur¨ªdica coment¨® al conocer la sentencia: "No se puede poner a presidir un juicio de estas caracteristicas a una persona que se jubila al d¨ªa. siguiente".
Luis Vivas Marzal y Juan Latour Brotons son los dos magistrados que, formularon voto particular por disentir del contenido de la sentencia y entender que se hab¨ªa producido delito de prevaricaci¨®n. Estos dos rnagistrados apuntan en el relato dehechos probados de su resoluci¨®n que Josefa Su¨¢rez recibi¨® cinco millones por sus buenos oficios y el magistrado Hermida alert¨® al mafioso Bardellino para que pudiera fugarse. (Este voto particular se explica detalladamente en la. columna de al lado.)
Liberaci¨®n correcta
En el relato de hechos probados de la sentencia se se?ala que Antonio Bardellino era considerado peligroso por la pollic¨ªa, pero que en la solicitud de extradici¨®n formulada por las autoridiades italianas se hab¨ªan retirado las acusaciones de homicidio, robo a mano armada y tenencia il¨ªcita de armas y explosivos. Por eso Var¨®n Cobos decret¨®, su libertad provisional, bajo fianza de cinco milllones de pesetas, "medida que adopt¨® despu¨¦s de estudiar el expediente y por estimarla correcta, atendiendo el ruego que en tal sentido le hizo el tambi¨¦n procesado Jaime Rodr¨ªguez Hermida, magistrado de la Sala Tercera del Tribunal Supremo, a quien se lo hab¨ªa interesado as¨ª, a su vez, la otra procesada, Josefa Su¨¢rez Peral, con la que ten¨ªa relaciones de amistad muy estrellas".
El tribunal omite toda referencia al dinero empleado en la operaci¨®n, a los motivos del inter¨¦s de Josefa Su¨¢rez y de Rodr¨ªguez Hermida en la libertaddel delincuente, ni a las advertencias hechas al juez Var¨®n por un oficial de su juzgado sobre la peligrosidad del mafioso y el agravio comparativo que supon¨ªa que Bardellino fuera puesto en libertad y no su lugarteniente, Raffaele Scarnato. Salvados estos detalles, el Supremo se?ala que la actuaci¨®n del magistrado de la Audiencia Nacional fue correcta. "Resulta claro", dice la sentencia, "que el auto que se tacha de injusto por el ministerio fiscal y por el que el se?or Var¨®n Cobos modific¨® la situaci¨®n de prisi¨®n incondicional de Antonio Bardellino sustituy¨¦ndola por la de libertad con fianza no es resoluci¨®n injusta desde el punto de vista legal, ya, que, de una parte, estaba autorizado a hacer lo que hizo ( ... ) siendo, de destacar, por otra parte, la legalidad del auto de libertad dictado".
La sentencia precisa tambi¨¦n que "las excusas con que dicho se?or juez (se refiere a Var¨®n Cobos) ha defendido sus actos, no contradichas por la prueba practicada e imposibles, de desvirtuar con el examen de su propio comportamiento, son suficiente demostraci¨®n de que tal autoridad judicial no procedi¨® con malicia".
Omisiones
El Supremo recalca que Bardellino fue puesto en libertad con fianza de cinco millones de pesetas, que es la segunda fianza m¨¢s alta de las exigidas en los juzgados de la Audiencia Nacional, y que, aunque luego el reclamado se escap¨®, su puesta en libertad fue legal y el juez Var¨®n Cobos tiene que ser absuelto. La sentencia razona, omitiendo toda referencia al comportamiento de Josefa Su¨¢rez o a los motivos y m¨¦todos de Rodr¨ªguez Hermida para intereeder ante Var¨®n, que si el juez que pluso en libertad a Bardellino no cometi¨® delito, tampoco pudieron cometerlo quienes no ten¨ªan posibilidad de decisi¨®n sobre su libertad.
Los magistrados reconocen que los hechos del caso Bardellino fueron "debida y oportunamente, denunciados por los medios de comunicaci¨®n social en uso del derecho y obligaci¨®n que les asiste y tienen".
El dinero que nunca existi¨®
Lo que no est¨¢ en los hechos probados de las sentencias no ha existido, seg¨²n lo que se ense?a en las facultades de Derecho. Los cinco millones de pesetas que figuraban en la cuenta corriente abierta por Josefa Su¨¢rez, la Pepa, y que, seg¨²n una testigo, proced¨ªan del dinero que le hab¨ªa entregado Rita de Vita, compa?era de Bardellino, para conseguir la libertad del jefe de la Camorra, no constan en la sentencia del alto tribunal, luego no existieron. Incluso el fiscal no debi¨® de darse cuenta de que ese dinero no existi¨®, ya que pidi¨® al tribunal que fuera intervenido.
Los 3.400.000 pesetas que ingres¨® en su cuenta Luis Plana, el Catal¨¢n, tampoco constan en la sentencia.- La compa?era del lugarteniente de Bardellino afirm¨® en el juicio que el Catal¨¢n recibi¨® la tercera parte de 10 millones de pesetas a cambio de sus servicios de intermediario en la libertad de Tonino, pero debi¨® de volverse loca porque el dinero no existi¨®.
La pulsera de oro con dibujo de herradura comprada en una joyer¨ªa de la Gran V¨ªa, que cost¨® 170.000 pesetas y que fue entregada a uno de los jueces en el curso de una cena, tampoco consta en la sentencia. La misma testigo, Encarnaci¨®n Rea?o, fue a comprarla personalmente junto con la compa?era de Bardellino, quien le manifest¨® que se la hab¨ªa hecho llegar a uno de los magistrados en agradecimiento, pero su locura era evidente porque la pulsera no existi¨®.
El Tribunal Supremo es la instancia superior de la justicia y, por ende, la m¨¢s cualificada, por lo que cabr¨ªa preguntarse si asisti¨® el tribunal al mismo juicio.
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