La acorazada de picar ataca
Estruendo de gente armada se escucha por los aleda?os de Las Ventas. Es la acorazada de picar que avanza al ataque, dispuesta a pulverizar todo toro que se le ponga debajo. Si una autoridad superior no lo impide, la acorazada de picar va a conseguir la aniquilaci¨®n del toro, de la lidia y de la fiesta.
Esos puyazos traseros que se gasta, apuntados a donde m¨¢s duele y mata, son la antilidia y la antifiesta, y en ellos rinde sus argumentos cualquier pretensi¨®n de licitud o de belleza que pueda tener la corrida de toros.
Y no les bastan puyazos devastadores, apuntados con siniestra mirada a las blanduras de la ri?onada, sino que adem¨¢s pertrechan al percher¨®n de manguitos gigantescos, que son admin¨ªculos expresamente prohibidos por el reglamento taurino en vigor. Lo cual no impide que sean graciosamente tolerados por una autoridad gubernativa que, debiendo ser celosa veladora del estricto cumplimiento de la normativa, es la primera que se la salta a la torera.
Una acorazada de picar sin ley es la barbarie. Ya pueden los ganaderos seleccionar la casta de sus reses en pureza, criar un toro de trap¨ªo alimentado.con regalo, que si salen al ruedo esos armatostes embragados y forrados de guatas con un incivil tocado de castore?o empe?ado en utilizar de barreno su lanza, la lidia es imposible.
Toda la feria va a depender de ese primer tercio fundamental, antes el m¨¢s atractivo de la corrida, siempre necesario para ahormar la pujanza levantada del toro y para medir el grado de su fortaleza y bravura. Mientras que ahora ha quedado convertido en un sanguinario e injustificable episodio por el grosero empe?o de unos cuantos picadores sin afici¨®n, profesionalidad ni escr¨²pulos y por la irresponsable pasividad de quien preside el espect¨¢culo.
En el horror de la carnicer¨ªa no s¨®lo es culpable el carnicero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.