El Gobierno no considera posible una reducci¨®n sustancial del desempleo, gane quien gane las elecciones
Tras la experiencia de tres a?os y medio de gobernar, el Ejecutivo socialista entiende que en un nuevo per¨ªodo de cuatro a?os no es factible eliminar de forma sustancial los actuales niveles de paro, ni mucho menos conseguir el pleno empleo. Frente a la promesa electoral de generar 800.000 puestos de trabajo neto, el Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE) se plantea para la pr¨®xima legislatura el objetivo gen¨¦rico de "estimular el crecimiento econ¨®mico sostenido en una econom¨ªa ya saneada, de modo que surjan nuevas empresas y, con ellas, comience el crecimiento estable del empleo".
Ni en las mejores condiciones de reactivaci¨®n de la econom¨ªa mundial en los pr¨®ximos cuatro a?os ser¨¢ posible disminuir sustancialmente los actuales niveles de paro. Se podr¨ªa rebajar en algunos puntos el actual porcentaje de desempleo (superior al 21%, el m¨¢s alto de los pa¨ªses de la OCDE), pero el problema estructural no variar¨¢. Un cambio sustancial en las condiciones del desempleo en el mundo occidental conlleva arreglos institucionales. que dependen del conjunto de la zona, no de las pol¨ªticas econ¨®micas aut¨®nomas de un solo pa¨ªs. Esos arreglos institucionales pasan por acuerdos en la jornada de trabajo, edad escolar, flexibilidad laboral, evoluci¨®n de los salarios en relaci¨®n a la productividad, etc¨¦tera. Es decir, seg¨²n altas instancias del Gobierno actual, para cambiar sustancialmente el panorama laboral en el mundo desarrollado habr¨¢n de coincidir un alto crecimiento econ¨®mico sostenido y un gran pacto institucional, condiciones que se deber¨ªan mantener al menos por una d¨¦cada.
No al despido libre
Mientras esto sucede, el margen existente ser¨ªa aprovechado por un nuevo Gobierno socialista aumentando, la flexibilidad del mercado de trabajo -espa?ol. Ello no significa que, al menos en una primera fase, se vaya a conceder el despido libre. Sin embargo, esta posibilidad no est¨¢ denegada intelectualmente. Mayor flexibilidad significa, seg¨²n estas fuentes, la eliminaci¨®n de muchas ordenanzas laborales existentes; la supresi¨®n de los convenios que instituyen un salario m¨ªnimo de entrada superior al salario m¨ªnimo interprofesional (SMI); convencer a sindicatos y patronales de la conveniencia de un l¨ªmite m¨¢ximo a las indemnizaciones por despido; ligar los salarios a la productividad, etc¨¦tera. Pese a todas estas posibles medidas, un Gobierno socialista no suprimir¨ªa -pese a algunas tentativas- el SMI a los j¨®venes.Por otra parte, el empleo sigue ligado a los niveles de inflaci¨®n y a los salarios. En el futuro inmediato, cerrados los problemas m¨¢s duros del ajuste (el programa electoral habla de "una econom¨ªa saneada ya"), la previsi¨®n es de mantenimiento de los salarios reales, pero no creciendo nunca por encima de la productividad. Cara al ejercicio de 1987 y vista la evoluci¨®n de la coyuntura, se comienza a manejar un nivel de inflaci¨®n del 4%. Si se excluyen los efectos del impuesto sobre el valor a?adido (IVA), se cree que la tasa de inflaci¨®n subyacente de la econom¨ªa espa?ola oscila en la actualidad entre un 5% y un 6%. Adem¨¢s, se contempla la hip¨®tesis de crear una comisi¨®n de sabios lo m¨¢s neutral posible, sin presencia de los partidos pol¨ªticos, que elabore un amplio estudio sobre la realidad del paro en Espa?a; es decir, cu¨¢ntos parados reales sobreviven y cu¨¢ntos han engrosado las filas de la econom¨ªa sumergida. Mientras tanto, el Gobierno ya tiene una estimaci¨®n, que por el momento no se har¨¢ p¨²blica, de los niveles de la econom¨ªa sumergida.
Otra preocupaci¨®n en algunos niveles del Ejecutivo es el reciente acuerdo preelectoral entre UGT y el PSOE, de forma que el partido incorpore a su programa electoral algunos de los puntos exigidos por el sindicato. El m¨¢s llamativo de estos acuerdos se refiere a la extensi¨®n de las pensiones a colectivos que hasta ahora no ten¨ªan derecho a ellas. Despu¨¦s de un primer estudio, representantes del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda han llegado a la conclusi¨®n de que las peticiones de la central sindical que preside Nicol¨¢s Redondo no rompen con los esfuerzos realizados para racionalizar la Seguridad Social, ni tampoco con la tendencia de una reforma estructural de la misma.
Segunda reconversi¨®n
?Habr¨¢ una segunda fase de la reconversi¨®n industrial, m¨¢s dura que la primera, y que afectar¨¢ a empresas -como Hunosa? Para llevar a cabo esa segunda fase, ?ser¨¢ precisa una pol¨ªtica econ¨®mica del Ejecutivo en solitario, esto es, sin un nuevo pacto social? Los actuales gobemantes dan el silencio por respuesta, aunque matizan: se van a producir todav¨ªa ajustes importantes en el mercado de trabajo y en la empresa p¨²blica, pero en ning¨²n caso ser¨¢n tan dolorosos como los que hubo en los a?os 1983 y 1984.
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